Palabras de Teresa Carmona en el marco de Pasos por la Paz y a un año del asesinato de su hijo
Cancún, Quintana Roo a 14 de Agosto de 2011.- Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad
El día de hoy en la ciudad de México, el escritor y poeta Javier Sicilia, encabeza una movilización ciudadana que partió a las 11:00 am del museo de Antropología a la residencia oficial de los Pinos y culminará con un mitin frente a las oficinas del senado de la República.
El objeto de esta marcha es invitar a los mexicanos a tomar conciencia sobre los efectos devastadores de una guerra impuesta al gobierno mexicano desde el extranjero, guerra que ha costado más de 50 mil asesinatos, miles de desplazados, desaparecidos, secuestrados.
Para legalizar esta guerra se plantea la aprobación de una ley de seguridad nacional que daría poderes meta constitucionales al presidente de la república y al ejército mexicano, con ello nos estaremos acercando gravemente a una dictadura de corte militar.
Hace tres semanas, en el alcázar del Castillo de Chapultepec fui testigo de las promesas de diputados y senadores de escuchar nuestra voz y atender nuestros reclamos, el desengaño llegó a los pocos días. Traicionando la palabra empeñada, la comisión de gobernación de la cámara de diputados aprobó, en lo general, la minuta de la llamada Ley de Seguridad Nacional demostrando así que el presidente de la República y las fuerzas armadas están empeñados en continuar con una lógica de guerra en nuestro país.
Evidentemente en el MPJD estamos contra los criminales y la delincuencia organizada, ese fue uno de los primeros planteamientos de Javier Sicilia, pero nos extraña, nos parece inaudito que usando los presupuestos más altos de la historia del país para la SEDENA, la Marina, la PGR y la Secretaria de Seguridad Publica Federal, no se haya trabajado el tema del combate frontal al lavado de dinero del narcotráfico. Seguramente allí podrían encontrarse nexos entre la política, el empresariado y el narco.
El MPJD exige una comisión de la verdad para conocer cada caso, caso homicidio, cada secuestro, cada levantón, cada ejecución, cada una de estas personas tenía un rostro, un nombre, una familia, una historia propia.
Nosotros luchamos por una fiscalía nacional para investigar todas las desapariciones que, a lo largo y ancho del país, carcomen la tranquilidad y la estabilidad de miles de familias mexicanas.
A mi hijo lo asesinaron hace un año y siete días en la Cd. De México y aún no ha recibido la justicia que merece y la dignidad que el estado mexicano le niega, pero no me mueve únicamente mi tragedia personal. Me mueve la tragedia compartida con miles de hermanos, me mueven los pueblos Wirrarika (huicholes) y los Tepehuano, me mueven los millones jóvenes que tienen una realidad de mierda, me mueve la tragedia de la trata de niños y niñas, me mueven los bosques michoacanos depredados por talamontes coludidos con ¿con quién sabe quién?, me mueve la tierra devastada concesionada a las mineras extranjeras, me mueve la contaminación de ríos, los lagos , las costas , me mueve la “pobreza alimentaria” en Hidalgo, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, etc., etc., etc.,me mueve la desigualdad atroz que existe en esta mi Patria, me mueven los periodistas asesinados, los defensores de derechos humanos acosados, me mueve la violencia hacia las mujeres y la explotación sexual de nuestros niños, me mueven las madres de los soldados y policías muertos en esta guerra absurda, pero también me mueven las muestras de solidaridad que he encontrado desde que empezamos a movilizarnos. Me mueve la dignidad de los indígenas mexicanos, de las distintas comunidades que nos han compartido su pan y sus historias. Me mueve el amor y la entrega de personas como Don Alejandro Solalinde y como nuestra invaluable Lydia Cacho, como Abel Barrera y muchos otros luchadores incansables.
No queremos ser un movimiento de 200 o 400 mil víctimas, queremos ser un movimiento de mexicanos solidarios y conscientes de que el poder reside en nosotros, de ciudadanos dispuestos a entregar parte de nuestro tiempo y esfuerzo para la construcción de la Paz, dispuestos a comprometernos con tareas que nadie puede hacer por nosotros si es que en verdad queremos un México sin corrupción, con autoridades honestas y eficientes, donde nadie se muera de hambre, donde no haya niños sicarios, ni narcofosas. Queremos medios de comunicación éticos y comprometidos con nuestra realidad. Queremos un sistema educativo que desarrolle el potencial de nuestros niños y jóvenes. Queremos vivir sin vergüenza por el trato que sufren los migrantes en México. Queremos respeto a la diversidad en una convivencia nueva y humana. Queremos vivir sin miedo de que alguien pueda dañar a nuestros hijos. Queremos vivir en Paz con Justicia y Dignidad.
Tomemos la responsabilidad que corresponde a cada unos de nosotros y construyamos el México que queremos, hay muchas maneras de participar, se requiere tan solo de tener la voluntad de hacerlo y ante la emergencia, este es el mejor momento para empezar.
Teresa Carmona
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