Diez razones para preocuparse de Irán
DetallesPublicado en Martes, 07 Febrero 2012 12:33 Escrito por Mary Abadie .Amigos de Israel en línea, dejemos de marear la perdiz
Expongo hechos concretos:
1) Está totalmente demostrado que Irán pretende conseguir armas nucleares.
2) Irán está muy cerca de conseguirlo; algunos expertos dicen que antes de fin de año.
3) Eso sería un peligro mortal; porvocaría una verdadera hecatombe, no sólo en la región sino en todo el mundo.
4) Ya se vienen llevado nueve años de negociaciones de todo tipo sin resultado alguno.
5) Ante todo esto: si Irán no retrocede pacificamente y ahora mismo de su aventura, será objeto en poco tiempo de un ataque masivo que aniquile por completo sus instalaciones nucleares y militares. Y el régimen fanático de los ayatolas será el único responsable.
6) Aún está a tiempo de retroceder, pero nuestro reloj de la cuenta atrás sigue en marcha y cada vez queda menos. El ataque, en ese caso, estará plenamente justificado.
7) Los ayatolas y su régimen se equivocaron de opción y de enemigo. De opción, porque la nuclear no la necesitan; tienen más que suficientes medios para obtener energía sin necesidad de recurrir al uranio enriquecido que, a estas alturas, ya no puede creerse que lo quieran sólo para usos pacíficos. De enemigo, porque Israel es un pueblo fuerte, acostumbrado a pelear con uñas y dientes por su supervivencia a la que tienen sobrado derecho, y vencerá si hay una contienda.
8) Por lo demás, no hay constancia de que Israel haya dicho jamás «vamos a borrar a Irán del mapa», mientras que los señores Jamenei y Ahmadinejad se deleitan pronunciado frases de ese estilo refiriéndose a Israel y a sus ciudadanos.
9) Parece que la trayectoria iraní no deja otro camino que la intervención militar. Israel no va permitir la existencia de una amenaza de ese tamaño en la misma puerta de su casa. O sea que se aproxima una complicada guerra. Y, como en el caso de cualquier guerra, sólo pido dos cosas. Que sea rápida y que la ganemos.
10) Evitarla no está en nuestras manos.
Los saludo cordialmente.
Mary Abadie
Herzlía
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