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viernes, 1 de marzo de 2013

“El Fundamentalismo islámico se utiliza para justificar la guerra contra el terrorismo”

“El Fundamentalismo islámico se utiliza para justificar la guerra contra el terrorismo”



Alfredo Embid (Zaragoza, 1950) posee en su haber una extensa trayectoria profesional. Es fundador y coordinador general de la Asociación de Medicinas Complementarias. En 2001, fundó el Colectivo de Investigación sobre las Armas Radiactivas (CIAR), un grupo de voluntarios españoles que colaboran en la denuncia del aumento de la contaminación radiactiva. Autor de libros editados desde 1971, conferenciante y analista político. El Nuevo Fígaro ha tenido ocasión de entrevistarle. Esta vez, hablará de un reino cuyo principio básico es el fundamentalismo. Se trata de Arabia Saudí, para muchos autores y analistas, el estado más fundamentalista que existe junto a su gran aliado, Estados Unidos.

-El Nuevo Fígaro: Según el escritor libanés Gilbert Achcar, “el reino saudí es el estado islámico más fundamentalista de la tierra”. Le atribuye adjetivos como oscurantista, reaccionario y opresivo (con las mujeres). Además, añade: “Si comparamos este reino con Irán, éste parece el faro de la emancipación de la mujer”. ¿Qué opina al respecto?
-Alfredo Embid: Tienes razón, hay muchos ejemplos de lo que dices: En Arabia Saudí, una mujer no puede conducir, ni tampoco puede viajar y, ni siquiera, ser admitida en un hospital sin permiso de su marido o tutor masculino. Esto da lugar a situaciones surrealistas como la que se produjo en 2002 durante un incendio nocturno en una escuela femenina de La Meca. A los bomberos no se les permitió entrar porque las niñas no estaban vestidas “adecuadamente”. Resultado: 15 murieron y otras 50 resultaron quemadas.
Las trabajadoras importadas viven en condiciones de semi esclavitud. De hecho, las trabajadoras domésticas se consideran como “propiedades“ de los que las emplean, trabajan más de 12 horas al día, duermen en el suelo de la cocina o del baño, no tienen derecho a salir, sufren abusos sexuales, etc. Sus raras quejas, cuando se producen, no van a ninguna parte. El sistema judicial da la razón al “propietario”. No se puede esperar mucho de una “justicia” que ha llegado a condenar a muerte por decapitación a mujeres acusadas de ser “brujas”, publicamos la foto. Al menos 45 mujeres esperan actualmente ser decapitadas.
Pero el régimen no solo es opresivo con las mujeres. Todos los trabajadores importados viven en condiciones de semi esclavitud y son, por lo menos, unos siete millones. En 2001-2002, los trabajadores inmigrados constituían el 40% de los condenados a la decapitación. En 2011, ejecutaron a 82 personas y a 79 el año pasado. Todo esto con el silencio cómplice de la comisión de derechos humanos de la ONU.

-ENF: El programa educativo de Arabia Saudí se discute en el Congreso de los Estados Unidos, curioso tratándose del “País de la libertad”…
-A.E.: Lo dices con sorna y haces bien. La libertad en Estados Unidos es una ilusión, y la educación un burdo adiestramiento que, por otra parte, es un fracaso como explicamos recientemente con ocasión de las masacres escolares. Sigue siendo un país que se basa en el negacionismo del genocido de 50 millones de los pobladores originarios sin cuya ayuda los primeros colonos no hubieran sobrevivido. Los pobladores originarios no eran unos salvajes, tenían un alto grado de civilización sin propiedad privada, superior en sus principios éticos al de los colonos europeos. No solo no combatieron a los primeros colonos, sino que les acogieron y, en muchos casos, les salvaron la vida. Algo que evidentemente no se cuenta en las escuelas. La historia real de Estados Unidos se basa de entrada en esta ocultación y continúa a partir de ahí, inevitablemente, con una cascada de mentiras crecientes hasta hoy.
Del mismo modo, se ocultan los siniestros orígenes de Arabia Saudí. Cuando Arabia formaba parte del Imperio Otomano, sobre 1750 la tribu nómada de los Saud se asoció con el clan fanático de los wahabitas que eran bárbaros, esclavistas y extremadamente crueles. Una de sus especialidades, por cierto, era cortar cabezas como siguen haciendo sus mercenarios hoy en Libia, en Siria y en Arabia Saudí encima avalados por la ley. Sus salvajadas sobre los habitantes e incluso sus profanaciones de los lugares santos fueron tan notorias e inaceptables para la población, que el Imperio Otomano acabó con ellos con tropas egipcias.
Cuando Gran Bretaña ocupó Bahréin en 1820, se alió precisamente con los restos de la tribu de saud y los asesinos wahabitas, es decir, con la crema de lo peor de lo peor de la región. Irónicamente, convirtieron al jefe de la tribu Ibn saud en un respetable “Sir”. Evidentemente, ni siquiera se les pasó por la cabeza que estos energúmenos iban a llevar la democracia a la región, se trataba de utilizar su antiguo antagonismo para debilitar a los otomanos y colocarlos como perros guardianes que protegiesen la ruta a la “joya de la corona”, es decir sus colonias indias.
Estos orígenes constituyen un baldón sobre la casa de Saud, hasta el punto de que Aramco, la compañía nacional saudí de petróleo que, poco tiene de nacional, ya que fue fundada por Rockefeller a partir de una rama de su Standard Oil, ha financiado un estudio para falsificar la historia de la familia atribuyéndole un origen noble y, por si fuera poco, el ser descendientes del mismísimo profeta Mahoma.

-ENF: ¿Desea EEUU modificar el fundamentalismo del reino? O, por el contrario, ¿le interesa su continuidad?
-A.E.: Mira, los británicos desde el siglo XIX apoyaron a la tribu de Saud y a los Wahabitas precisamente porque eran fundamentalistas. Estados Unidos ha hecho lo mismo en todas partes así que está claro que la respuesta a tu primera pregunta es no. Le da igual que sean unos hijos de puta, a condición de que “sean sus hijos de puta” es algo que dijo un político norteamericano en los 90 refiriéndose a los talibanes que ellos mismos pusieron en el poder. En el caso de Arabia Saudí o de todas las dictaduras que han apoyado en todos los continentes, lo que cuenta es que el sistema de gobierno se mantenga fiel a sus intereses y eso exige inevitablemente que sea lo menos democrático posible.
En este caso la relación entre el fundamentalismo y su utilización política, puedes ver que se ha vuelto mucho más íntima con la fraudulenta guerra contra el terrorismo. Arabia Saudí es una pieza fundamental en ella suministrando la ideología y la materia prima humana. Así que, sin duda, intentarán mantenerlo, a diferencia de las dictaduras de Túnez y Egipto que pueden ser substituidas sin demasiados problemas por gobiernos islámicos, como hemos visto. Pero, Arabia saudí ya tiene el gobierno más fundamentalista que existe, así que ¿por qué sustituirlo?
La anacrónica dictadura familiar de la casa de Saud solo se mantiene gracias al apoyo de Estados Unidos, pero está tan corrompida internamente que apesta y es poco probable que sobreviva.

-ENF: ¿Cuentan con el apoyo del Ejército?
-A.E.: Aunque se oculta, existe un descontento creciente que se da incluso en el ejército, en las fuerzas de seguridad y se ha manifestado ya en la práctica. Como cuando atacaron Yemen durante la guerra en 1962 para aplastar la revolución republicana en el norte del país que había derrocado a sus colegas de la monarquía. Los pilotos saudíes se rebelaron, se negaron a bombardear y se unieron a Yemen. La guerra duró hasta 1965 pero no consiguió acabar con la república apoyada por el Egipto de Nasser.
Los Saud no cuentan con el apoyo de la mayoría de la población y, lógicamente, temen y evitan tener un ejército popular. Saben bien que en Irak, Siria, Egipto o Libia, las monarquías como la suya han sido derrocadas por ejércitos nacionales.
Así que, no es extraño que no haya un ejército nacional en Arabia. Quiero decir que no hay un ejército nacional que integre a todos los sectores de la población como en Siria, donde los ciudadanos hacen la “mili”. El fracaso del autodenominado Ejército Libre Sirio, que no es ni libre ni sirio ya que está financiado por occidente y atestado de mercenarios extranjeros, se debe al apoyo real de la población a lo que justamente consideran como su ejército, ya que está compuesto por sus propios hijos.
Además, si las cosas se ponen feas, siempre pueden recurrir a las tropas USA listas para intervenir como sucedió cuando Iraq invadió Kuwait en 1991. O a otras de sus aliados europeos como en 1979, cuando hubo una rebelión en la Meca el 20 noviembre durante la cual, 200 fundamentalistas armados tomaron la Gran Mezquita. Los Saud tuvieron que recurrir a las fuerzas especiales francesas (GIGN) para liberarla. Esto fue un escándalo. No solo por el fracaso de las fuerzas de seguridad nacionales, a pesar de estar súper pertrechadas sino, sobre todo, porque los occidentales no pueden entrar en la gran mezquita, con lo que el desprestigio del gobierno aumentó.

-ENF: ¿Qué papel desempeña la burguesía saudí?
-A.E.: Para contestarte, déjame primero explicar que la composición de clases en Arabia Saudí tiene poco que ver con la de otros países árabes como Egipto o Libia. En Arabia Saudí hay revueltas desde hace decenas de años que son sistemáticamente ocultadas. Por ejemplo, en los años 60, la clase obrera se rebeló exigiendo mejores condiciones de trabajo con huelgas. La solución del régimen fue radical: Suprimirla.
Fue sustituida casi en su totalidad por trabajadores importados. Aunque las cifras oficiales son muy poco creíbles, al menos representa un 70% de la población activa. Pero se cuidó bien de que no fueran árabes, así se estima que unos cuatro millones son del tercer mundo.
-ENF: ¿Por qué?
-A.E.: Muy sencillo, para prevenir una posible solidaridad con los trabajadores locales, promover el racismo y poder mantenerlos en condiciones de semi-esclavitud que, como te dije, persisten hasta hoy. Todo lo contrario que en Libia donde los trabajadores africanos tenían los mismos derechos que los libios, como agua, educación y sanidad gratuitas, no había racismo y vivían mejor que en Europa.
En este contexto social particular, existe una Burguesía que también es diferente de la de otros países árabes. Una característica propia es que el gobierno Saudí prefiere importar también técnicos extranjeros en lugar de formar a los hijos de la burguesía, no vaya a ser que se constituya una clase educada que pueda aspirar al poder. De este modo, al lado de los obreros semi-esclavos importados, hay trabajadores occidentales en sus guetos de lujo muy bien pagados (mejor que en sus países), con billetes de avión gratis para que celebren las orgías navideñas en sus casas y nutridas becas para sus hijos.
Un sector de esa burguesía, desea desarrollar mayor independencia nacional y hay un movimiento que reclama la constitución que Arabia Saudí no tiene. A este respecto es importante recordar que el mismo profeta Mahoma estableció una constitución en Medina y, todavía más importante es que, ésta definía derechos iguales para los musulmanes, los cristianos y los judíos, algo que los fundamentalistas pretenden ignorar.
Algunos sectores de la burguesía quieren una monarquía constitucional, otros directamente plantean derrocar a la dinastía de la casa de Saud. A pesar de que el gobierno financia programas sociales para calmarlos, hay una parte importante que se opone a la dictadura, lo que ha provocado incidentes, enfrentamientos, arrestos, ejecuciones y muchos han tenido que exiliarse.
Dentro de esta particular composición de clases de la sociedad, el papel de la burguesía sometida y sobornada es conservar sus privilegios a costa de mantener una sociedad profundamente desigual y esclavista, para lo que tiene que apoyar el papel que Estados Unidos le ha asignado a su gobierno títere.

-ENF: Hábleme de los fundamentalistas en el reino. ¿Es cierto que provienen de los segmentos más desfavorecidos de la sociedad? Y, por otra parte, ¿por qué adoptan la forma de fundamentalismo islámico?
-A.E.: Los que ahora hacen de carne de cañón como mercenarios en Libia, Iraq o Siria evidentemente sí, pero los que los dirigen, como el principe Turki, director de los servicios secretos sauditas, no y los magnates que lo financian menos todavía. Como te dije antes, la relación de los fundamentalistas con la clase gobernante saudí no es de hoy, se remonta nada menos que al siglo XVIII.
La ideología de los fundamentalistas wahabitas, también llamados salafistas o tafkiristas es profundamente autoritaria, racista e intolerante y, por lo tanto, perfecta para que sus adeptos sean manipulados. Así, el Jeque Adnan Al-Tavies líder espiritual de los salafistas sirios, llama a “hacer picadillo a los alauitas y a echárselo a los perros”, literalmente.
Esta ideología aberrante está en flagrante contradicción con el propio Islam y con su tolerancia gracias a la cual tú y yo estamos aquí y no fuimos exterminados como les sucedió a buena parte de los indígenas norteamericanos.
En el polo opuesto tienes a Libia, Siria e Irán. Me refiero a Libia antes de que occidente la destrozara. En ambos, todas las religiones convivían en paz. En Libia hubo una importante reunión entre representantes del islam y cristianos para pacificar el país a la que contribuyó la OTAN bombardeándola. En Siria, en la mezquita de Damasco, se reunían miembros de todas las religiones para orar juntos y lo siguen haciendo hoy menos los judíos. En Irán, que es un objetivo próximo, los judíos conviven con los musulmanes, practican libremente su religión, tiene representantes en las instituciones públicas y, de hecho, no quieren marcharse a pesar de las presiones del gobierno sionista de Israel.
Es notable que los países que son ejemplos de tolerancia en el mundo islámico, sean precisamente los objetivos del imperialismo occidental. Y es lógico; la tolerancia une a la gente mientras que la intolerancia hace lo contrario, y es parte de la estrategia de dividir para vencer.

-ENF: ¿Podría decirse que son el instrumento de Estados Unidos para llevar a cabo su estrategia de dominio en Oriente Medio?
-A.E.: Si, junto con el estado de Israel, esto no es algo nuevo y desborda el marco regional.
Los intereses económicos del petróleo no es lo único que une a la casa de Saud con los Estados Unidos, también los une la lucha contra el comunismo y la guerra contra el terrorismo inventada.
De hecho, el rey Ibn Saud pidió a Truman que tirase la bomba atómica sobre la URSS y su familia siempre ha sido furiosamente anticomunista, como es lógico, ya que son una monarquía absoluta que no tiene el respaldo del pueblo.
Desde hace décadas, se utilizó su versión pervertida del Islam como arma política contra el nacionalismo árabe laico. Esto se institucionalizó con la creación de la liga islámica mundial en 1962. Fue encabezada por el rey Faycal de Arabia saudí estableciendo su sede permanente en la Ciudad Sagrada de Makka (
Meca, Arabia Saudita). No es sorprendente, por lo tanto, que su tendencia ultraconservadora estuviese en la línea extremista wahabita cuyo principal promotor es Arabia Saudí.
Básicamente, se utilizó el panislamismo reaccionario contra el anticolonialismo exitoso de Nasser intentando, incluso, asesinarlo a través de los hermanos musulmanes igual que lo intentarían luego con Gadaffi.
Luego, Arabia Saudí fue también parte de la liga anticomunista mundial creada en 1967 por Estados Unidos. En ella se codeaba con criminales de guerra nazis y japoneses, grupos fascistas europeos y latinoamericanos, la iglesia de la unificación del reverendo Moon, etc. Este batiburrillo de gentuza luchó contra los movimientos revolucionarios en todos los continentes incluyendo Europa.
Arabia Saudí fue también parte creación del Safari Club en 1976, que no era precisamente un club para que la nobleza europea fuese a entretenerse matando elefantes. Su objetivo era el mismo que el de la liga anticomunista mundial pero a nivel regional: Combatir el comunismo en África y Oriente Medio. El club estaba orquestado por la CIA, dirigida entonces por G. Bush padre con el secretario de estado y premio nobel de la paz H. Kissinguer, pero además los servicios de inteligencia de Francia, Marruecos (Hassan II), Irán (Sha), Congo (Mobutu) y Egipto (Sadat). Se utilizó para coordinar la represión de movimientos populares, por ejemplo, en la región minera de Katanga Congo, en la guerra de Ogaden de la Somalia del títere Siad Barré y también para consolidar el acercamiento de Egipto con Israel.

-ENF: Actualmente, ese mismo fundamentalismo es sinónimo de “Guerra contra el terrorismo”…
-A.E.: Hoy, el fundamentalismo islámico en sus formas más extremas es utilizado para justificar la guerra contra el terrorismo y para encubrir el reclutamiento de mercenarios terroristas promocionado por Arabia Saudí. Esta instrumentalización de grupos islámicos con fines políticos no solo se hizo en Oriente Medio, en realidad solo hacen de intermediarios para llevar a cabo la agenda de dominación global de Occidente en todo el mundo.
Por ejemplo, en Afganistán se utilizaron antes de la mal llamada “invasión soviética” para desestabilizar al gobierno procomunista que estaba haciendo cosas inaceptables para Estados Unidos como la reforma agraria, dando educación a todos e igualdad a las mujeres etc. El Comité por un Afganistán Libre que alimentaba a los fanáticos whabitas, irónicamente denominados “luchadores por la libertad” incluyendo a Bin Laden, tenía su sede en la Fundación Heritage de Estados Unidos y era parte de la liga anticomunista mundial. El objetivo a largo plazo iba más allá; era “darle a los rusos su propio Vietnam” en palabras de Brezezinsky, el estratega de Carter y fundador con Rockefeller de la Comisión Trilateral.
Después de la guerra contra Afganistán iniciada por Carter y luego desarrollada con Reagan, el fundamentalismo islámico se siguió utilizando para luchar contra el comunismo, por ejemplo en Chechenia o en China, o para derrocar gobiernos que no se someten a la orden de las multinacionales y defienden formas de socialismo como en Yugoslavia, en Libia y ahora en Siria.

-ENF: El reino saudí no se caracteriza precisamente por tratarse de una sociedad democrática. No existe un movimiento obrero. Sin embargo, se trata de un estado al que cortejan las “democracias occidentales”. ¿Por qué?
-A.E.: Así es, el movimiento obrero fue eliminado de raíz suprimiendo a los obreros y sustituyéndolos por trabajadores importados, como te dije. Pero no es el único cortejado, todas las petromonarquías del Golfo son apoyadas por occidente por los mismos motivos: Bahréin, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
Curiosamente, todos estos países que forman el Consejo de Cooperación del Golfo liderado por Arabia Saudí, flotan en lagos de hidrocarburos, hasta el punto en que juntos detentan el 45% del petróleo mundial. Su función evidente es, pues, proteger estas reservas para nutrir a las multinacionales occidentales, pero esa no es la única.
Arabia Saudita con Estados Unidos crearon el Consejo de Cooperación del Golfo (alias consejo de cooperación de golfos) el 25 de mayo de 1981, curiosamente un año después de que se produjese la revolución en Irán que derrocó al régimen títere del Sha, sustituyéndolo por un Gobierno hostil a Estados Unidos.
Así que, otra función del consejo no revelada, también es luchar contra la influencia del Irán chiíta sobre las poblaciones igualmente chiítas presentes en sus países. Éstas, en Arabia, son una minoría 6.8%, pero en Bahréin son la mayoría, 70% de sus habitantes, ya que pertenecía a Persia antes de ser inventado por los británicos.
No es muy conocido que en Arabia, antes de la dominación de la casa de Saud puesta en el poder por los británicos hubo otros gobiernos más “democráticos”. El reino de Hedjaz, que incluía las ciudades santas la Meca y Medina, a pesar de estar dirigido por el califa musulmán, Hussein Ben Ali, tenía prensa libre, partidos políticos e, incluso, una constitución relativamente progresista. Tras la caída del imperio otomano, los fanáticos wahabitas aliados con la tribu de Saud lo destruyeron en 1924 y masacraron a su población incluyendo a sus clérigos musulmanes con la aprobación y el apoyo de los “demócratas” británicos.

-ENF: ¿Cómo surgió esta “alianza” entre Arabia Saudí y Estados Unidos?
-A.E.: Históricamente, en 1932 los británicos le dieron la independencia a Arabia Saudí . Pero en realidad Arabia Saudí fue creada por el imperio inglés en el siglo XIX, poniendo en el poder a una familia; la casa de Saud que, a su vez, llevaba más de un siglo aliada a los fanáticos wahabitas y juntos aspiraban a imponer su control sobre toda la región. En esa época, aún no se conocía que Arabia era un lago de petróleo.
Desde 1908 empezó a explotarse el petróleo iraní por las compañías británicas que acabaron controlando todos los campos petrolíferos de oriente medio. Los saud pidieron en 1933 a las compañías británicas un alto precio por explorar sus recursos y estas se negaron.
La Standard Oil de Rockfeller “estaba al loro” e, inmediatamente, estableció acuerdos con los saudíes. Con otras compañías formó Saudí Aramco, la compañía nacional saudí de petróleo. Cuando descubrieron el 25% de las reservas mundiales de petróleo bajo el suelo saudí, el país pasó a considerares todavía más vital para los intereses de Estados Unidos.
En 1945, los norteamericanos construyeron su base militar en Dahran al lado de la ciudad de los empleados de Aramco, base que fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial. En la conferencia de Yalta, en febrero de 1945, el presidente Roosvelt con el rey Ibn Saud ataron un acuerdo que, básicamente, consistía en institucionalizar un intercambio de petróleo barato por protección militar. Es un hecho que entonces EEUU no necesitaba el petróleo saudí, incluso tres años después, en 1948 Estados Unidos solo importaba el 6% de su consumo de este país. Se pensaba a más largo plazo. Europa sí necesitaba los hidrocarburos de oriente medio y controlarlos era también una forma de controlar todavía más a Europa, entonces ya bastante debilitada por la guerra.
No importa que Europa fuese aliada, también lo era la URSS; los aliados de hoy pueden ser los enemigos de mañana. Es la misma estrategia de impedir el ascenso de posibles competidores que occidente utiliza hoy para controlar e intentar debilitar a China impidiéndole el acceso a los hidrocarburos y a otras materias primas de Oriente Medio y de África.
En los años 50, Eisenhower y el secretario de estado J.F. Dulles presentaron a Arabia Saudita como un país ejemplar aliado de EEUU que, supuestamente, era opuesto al colonialismo. Es notorio que los Estados Unidos se disfrazaban entonces de anticolonialistas en África para contrarrestar la política abiertamente colonial de Inglaterra y Francia. Eran sus corporaciones las que se implantaban y ejecutaban directamente el pillaje de los recursos con la complicidad de las elites locales sobornadas con dólares y armas.
De este modo, tras la segunda guerra mundial, Estados Unidos suplantó progresivamente al colonialismo europeo. Estados Unidos tomó el relevo y se benefició de un maná de petróleo vendido barato y pagado exclusivamente en dólares.
Los petrodólares, de todos modos volvían a casa de dos formas: Vendiéndoles monstruosas cantidades de armas (aunque no se utilicen) para que controlen a sus propias poblaciones y armen a los grupos terroristas de todo el mundo. Ahora mismo Arabia Saudí acaba de firmar un contrato para importar Drones.
Reinvirtiéndose en las instituciones financieras occidentales anglosajonas fundamentalmente. Por ejemplo, fue notoria la participación del Ben Laden Group, la mayor empresa constructora no solo de Arabia Saudí sino del mundo, en el grupo Carlyle que también gestionaba los negocios de la familia Bush.
De este modo se consolida simultáneamente el poder militar y el poder financiero.

-ENF: ¿Le influye en algún aspecto a Israel esta confluencia de intereses entre ambos estados?
-A.E.: Desde un punto de vista global, claro que sí. Los hechos demuestran que Israel juega el mismo papel en oriente medio que Arabia Saudí y ahora Qatar. De hecho, Arabia Saudí e Israel tienen un pacto de no agresión y los tres son armados y apoyados por Estados Unidos.
En primer lugar, su función es controlar los hidrocarburos y, para ello, hacer de policía del resto de los países de la región, lo que explica las intervenciones militares directas o indirectas de ambos países en otros de la región: Arabia Saudí en Yemen, en Bahréin, en Siria y las de Israel bombardeando impúnemente el Líbano, Sudán, Siria u orquestando agresiones terroristas dentro de Irán.

-ENF: Agresiones acompañadas de un gran mutismo por parte de las “democracias occidentales” y del Consejo de las Naciones Unidas…
-A.E.: Los paralelismos incluyen también la actitud encubridora y cómplice generalizada de los gobiernos occidentales. Con Arabia Saudí, igual que con Israel hacen la vista gorda, especialmente la comisión de derechos humanos de la ONU, sobre todas las violaciones perpetradas por los gobiernos de ambos países.
A fin de cuentas, históricamente los dos países fueron inventados por los británicos hace más de un siglo, aunque se creasen oficialmente en el siglo XX (Arabia Saudi en 1932 e Israel en 1948). En particular, Israel es una creación de las élites anglosajonas encabezadas por Lord Rothschild, cuya cara está impresa en algunos billetes israelíes. Esto está documentado al menos desde 1917 en la declaración de Balfur, justo un año después de que Francia e Inglaterra se repartiesen el pastel de Oriente Medio a sus anchas durante los acuerdos Sykes – Picot.
Ahora la relación con Estados Unidos se ha vuelto mucho más íntima. En la práctica, todo el sistema de defensa israelí antimisiles está técnicamente conectado con el del Pentágono, por lo tanto con el de la OTAN, liderada por Estados Unidos, lo que hace de Israel un miembro de esta organización de hecho, aunque oficialmente no lo sea. Integrar a Israel y a Arabia Saudí en la Organización del Atlántico Norte para defender a Europa del comunismo, perdón del terrorismo, podría provocar que 7.000 millones de personas se muriesen de risa.
Para más información sobre Alfredo Embid y su trabajo:

www.ciaramc.org
www.amcmh.org

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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