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domingo, 14 de julio de 2013

La atención a la forma y el espíritu durante la plegaria ritual


La atención a la forma y el espíritu durante la plegaria ritual

04/07/2004 - Autor: Sheikh Muzaffer Ozak al Yerrahi al Halveti, Traducción: Esteban E. Loustaunau - Fuente: Sufismo.org
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El Exaltado nos dice: "Pobre de aquellos que, cuando realizan la plegaria, aunque exteriormente meticulosos en su realización apropiada, no obstante no advierten los errores en estos actos hermosos de adoración, aunque eviten esa ayuda mutua que constituye el mismo espíritu de la plegaria." (Interpretación de 107:4-7).
Las inadvertencias a las que se refieren aquí no son simples errores en el aspecto exterior de la plegaria ritual. ¿No dijo nuestro bendito Maestro: "Mi Comunidad está aliviada de la responsabilidad para la inadvertencia y los errores?" Es más bien un asunto de intención interior. Lo que se come accidentalmente o en un momento de olvido no invalida el ayuno. En este caso, lo estricto se dirige a aquellos que prestan una atención meticulosa a las formalidades de la plegaria ritual, y aún así la realizan descuidadamente y descuidan su significación espiritual.
Cada etapa en la ablución ritual para quitar las impurezas menores tiene un sentido interior como así también exterior. El sencillo lavado físico del rostro, brazos, cabeza, oídos o pies, lo pueden hacer mejor los que no creen y los tiranos. La ablución interior significa, entre otras cosas, prometer dirigir el rostro sólo hacia Alá, usar los brazos únicamente para propósitos que Le agraden, coronar la cabeza con Sus ordenes, no oír cosas malas, y alejarse del mal.
La ablución total para quitar la impureza mayor también tiene su aspecto exterior obvio, pero realmente significa la limpieza del ser interno. Representa una conciencia de la necesidad por purificarse uno mismo de la envidia, la hipocresía y toda la suciedad de este mundo.
Con respecto a cubrirse las partes privadas, por supuesto que no puede haber ninguna cuestión para ocultarse de Alá el que Lo Ve Todo. Lo que significa es que escondemos la vergüenza de los otros y la nuestra. El cuento de Gabriel nos enseñó el tremendo mérito de cubrir las faltas.
Dirigir el rostro hacia la qibla es seguramente una obligación formal en la plegaria ritual. Sin embargo, en la misma época, el Corán nos dice que la verdadera piedad a la vista de Alá no es un asunto de enfrentar el Este o el Occidente, sino de fe en Dios, la Resurrección, los Ángeles, las Escrituras y los Profetas.
Gastar, es decir, dar tus amadas posesiones a los que amas –a los creyentes- es otra obligación religiosa. Esto incluye atender las necesidades de los parientes de uno, de los huérfanos, los destituidos y las necesidades de los extranjeros lejos de su hogar, como así también la liberación de los esclavos. ¿Oigo decir a alguien que la esclavitud ya no existe en estos días, que ha sido abolida? ¿Qué hay de aquellos pobres desdichados que han trabajado durante años y años bajo algún individuo tirano, incapaces de obtener lo que les corresponde, sin ningún escape hacia la libertad, acaso no son esclavos?
El requerimiento exterior en todos estos asuntos es la corrección formal; sin embargo, interiormente, la plegaria implica el cumplimiento de los derechos de Dios y el hombre, mientras que el dar limosna significa que al ver esto la persona realmente obtiene lo que le corresponde.
Una vez le preguntaron a Imam Ali: "Oh, Imam, ¿qué porcentaje y de qué cosa significa dar el zakat? ¿Cuál es la regla en la Ley Islámica?" Y él respondió: "Para aquellos que son mezquinos o tacaños, significa dar una cuarta parte. Pero para nosotros significa darlo todo."
El venerable ‘Umar da este informe: "En la víspera de la batalla nuestro Maestro nos instó a desembolsar. Y yo me dije: ‘Esta vez sobrepasaré a Abu Bakr en caridad.’ Tomé la mitad de mi riqueza y se la presenté al Mensajero de Dios. Nuestro Maestro me preguntó: ‘¿Cuánto has traído, ‘Umar, y cuánto has dejado en la casa?’ ‘O, Profeta de Alá,’ respondí, ‘he traído la mitad, dejando la otra mitad para mis hijos.’ ‘Que Alá pueda aceptarla,’ dijo él. Justo entonces, Abu Bakr llegó ante su presencia. También le mostró su ofrecimiento y se lo presentó al Mensajero, que le preguntó: ‘¿Cuánto has traído, Abu Bakr?’ Su respuesta fue: ‘Lo he traído todo, O, Mensajero de Alá.’ Cuando nuestro Maestro preguntó si no había dejado nada para sus hijos, él contestó: ‘Les he dejado a Alá.’ Con esto, me arrepentí por haber entrado una vez más a una carrera de caridad con Abu Bakr."
Recordemos una de las enseñanzas del Corán: una de las nobles características de las buenas personas es ser leal a sus promesas, ser fiel a sus palabras.
Las huellas de la hipocresía son tres: el hipócrita es un mentiroso, no dice la verdad; se arrepiente de su promesa, no mantiene su palabra; traiciona la confianza. Estos son los atributos del hipócrita. Con respecto a los atributos de los creyentes, Alá dice que son los que pacientemente soportan la tribulación y la necesidad, a través del agobio y la aflicción, fieles a su fe en el Amado, y siempre concientes de la Verdad.
De esta manera vemos que se requiere mucho más de nosotros que sólo dirigir el rostro a la qibla. Similarmente, cada elemento de la plegaria ritual tiene un profundo sentido interior además de su aspecto formal, y exterior:
Sincronización: precisamente como hay una obligación exterior para averiguar el momento correcto para la plegaria, es nuestro deber en realidad estar enterados de la oportunidad en todas las cosas.
Intención: cada plegaria se debe realizar con la intención conciente. En realidad, la intención es el criterio universal en el Islam. La intención interior no tiene que caer o retroceder en las malas costumbres que una vez se abandonaron.
Takbir: (la declaración inicial de la supremacía de Dios): cuando decimos "Dios es incomparablemente Más Grande que cualquier cosa que pudiéramos conocer o imaginar" (¡Allahu Akbar!), la realidad interior es nuestra conciencia de poner a un lado este mundo y todas las cosas menos Dios, y de entrar a Su presencia.
Llamar a la Plegaria: (adhan) simboliza el triunfo final de Israfel, el ángel de la Resurrección. Al oír este Llamado y apresurarse hacia la mezquita, decretamos simbólicamente nuestro surgimiento de la tumba y la reunión para la Resurrección. Nuestra llegada a la mezquita representa nuestro reunido al sitio.
Estar de pie en las filas: cuando el Musulmán en la congregación forma las hileras para la plegaria, representa a la humanidad en el desfile ante la presencia de Alá. Mientras elevamos las manos y pronunciamos la apertura takbir, proveemos una alegoría de la gente parada al rendirle cuentas al Todopoderoso.
Postura de inclinación (ruku’): cuando inclinamos el cuerpo con humildad hacia Dios, es una semejanza para la confesión de los pecados y la petición: "Oh, Señor," estamos diciendo, "declaro que Tú exento de cualquier atributo de deficiencia. Tú eres el Magnífico. Al lado de Tu misericordia, mi pecado tiene poca importancia."
Enderezarse (qawama): estar derecho entre la inclinación y la prosternación nos recuerda que nuestros cuerpos serán recuperados cuando nos llamen a rendir cuentas en la Resurrección.
Prosternación (sajda): caemos dos veces en la humilde prosternación, en el medio nos sentamos brevemente, y decimos mientras nos prosternamos: "Oh, Dios, el Más Elevado de los Elevados, declaro que Tú estás exento de cualquier atributo de deficiencia." Todo esto, incluyendo nuestra afirmación de la supremacía de Dios al incorporarnos entre las prosternaciones, es igualmente simbólico de nuestra situación en la Resurrección, cuando debamos enfrentar los pecados que hemos cometido y obedecer la orden divina de leer en voz alta nuestro registro.
Reuniones (tahiyat) y Saludos (salam) finales: cuando nos sentamos de vuelta sobre los talones al final de la plegaria, y ofrecemos los Saludos, estamos cara a cara con lo que hemos hecho, y somos concientes de la realidad del Fuego; girando la cabeza para dar el Saludo, primero a la derecha y luego a la izquierda, parece que estamos buscando en todas direcciones a alguien que actúe como nuestro intercesor.
Exteriormente, luego, pasamos por una serie de movimientos –pararse, inclinarse, enderezarse, prosternarse, sentarse para los saludos y girar la cabeza con los saludos- pero es desde la paz interior y la reverencia tranquila de la plegaria que obtenemos el conocimiento de las realidades más profundas.
Cuando nuestro Maestro Imam ‘Ali se paraba para rezar, algunas veces se sonrojaba y otras palidecía. Cuando su familia vio que ocurría esto, le preguntaron: "Oh, Imam, ¿por qué cuando te levantas a orar algunas veces estás de color escarlata y otras veces de un pálido mortal?" Y respondió: "Estoy yendo ante la presencia de Alá. ¿Eso es fácil?"
Algunos puntos adicionales: Ya que con la apertura takbir uno entra a la presencia Divina, significa la separación de este mundo. Lo que está afuera de la primera posición de pie (qiyam) hace la declaración espiritual: "Oh, Señor, no estaré ante la presencia de nadie más que ante Ti y Tus amigos." La postura de inclinación, que es una parte obligatoria externa del ciclo de la plegaria, significa interiormente: "Oh, Señor, no me inclino ante nadie más que ante Ti. A tus enemigos no les demuestro amistad, no les ofrezco ayuda." Luego decimos: "Tú eres el Oyente de la alabanza de aquellos que Te alaban," y hacemos la prosternación exterior obligatoria. Uno de los secretos de la plegaria es decir interiormente; mientras bajamos en la segunda prosternación: "Oh, Señor me prosterno sólo ante Ti. Yo no era nada. Tú me sacaste de la luz, y una vez más no seré nada."
Todo lo que he dicho apenas araña la superficie de este tema. Pero podemos llegar a la conclusión de que la angustia y el tormento no son para aquellos que rezan de esta manera. La angustia y el tormento son la suerte del hipócrita, que se prosterna ante Dios y aún así ayuda a los enemigos de Dios, y no conoce su verdadero lugar de adoración.
La angustia y el tormento son para aquellos que, como lo declaró el venerable Mevlana, bajan sus cabezas en la prosternación, clavan sus traseros en el aire y suponen que están orando. La angustia y el tormento es porque no conocen el verdadero significado de la plegaria en el Islam; mientras pasan por las emociones de la plegaria, también cometen toda clase de perversidad, son marcados por cada defecto del carácter, y perpetran cada crimen que Dios ha prohibido. Tales plegarias no los acercan a Alá, por el contrario, es porque se las quitan a Él que Dice en su Noble Libro: "La angustia y el tormento para aquellos que realizan la plegaria..." Los creyentes deberían meditar sobre el destino espantoso de aquellos que rezan y rechazan la ayuda mutua, y deberían pensar en cuánto peor será para aquellos de semejante mal carácter que ni siquiera rezan.
Ya que sabemos de otro Noble Versículo que la plegaria ofrece protección contra la conducta inmoral e ilegal, que sigue a los que rezan, aún así no se abstienen de tal conducta, sólo hacen una demostración del rezo. Si hubieran rezado como Alá quiere, su plegaria los hubiera alejado de todo lo perverso e ilegal. Consideremos las generosidades otorgadas a aquellos que realizan la plegaria como se debe hacer. Qué grandes y buenas noticias les ha dado a aquellos que rezan nuestro bendito Maestro. Cuando amanezca la Resurrección y la humanidad se reúna, los rostros de algunos estarán centelleando como las estrellas. Cuando los ángeles les pregunten: "¿Qué buena conducta han traído a este grado elevado?" Ellos dirán: "Tan pronto como oímos el Llamado a la Oración en el mundo inferior nos apresuramos a hacer la ablución y entrar a la presencia de Alá." Habrá otros cuyos rostros irradien luz tan brillante como la luna. Cuando se les haga la misma pregunta, dirán: "Ya estábamos en un estado de pureza ritual cuando oímos la Llamada a la Oración instituida por Muhammad y, tan pronto como la oímos fuimos a la mezquita y entramos a la presencia de nuestro Señor." Los rostros de algunos creyentes estarán tan radiantes como el sol y su explicación será: "Todo lo que ganamos fue por medios legales y todo lo que consumimos fue legal. Solíamos dar parte de nuestros ingresos a los pobres y los necesitados. Fuimos a la mezquita incluso antes del tiempo para rezar y oímos la Llamada a la Oración dentro de la mezquita. Ahora nuestro Señor nos ha concedido estos grados elevados." Hay una guía para nosotros en estas buenas noticias del bendito Mensajero. Se dice que si un Musulmán se une a la plegaria cuando el Imam da la apertura takbir, obtiene el mérito de mil Peregrinaciones y mil Visitas y recibe una recompensa como si hubiera distribuido una pila de oro del tamaño del Monte Uhud. Para cada ciclo de la plegaria, recibe tanto mérito como si hubiera adorado a su Señor durante todo un año. Se vuelve inmune al Fuego y la hipocresía y ve, incluso en este mundo, el lugar que ocupará en el Paraíso al cual entrará sin que lo llamen para rendir cuentas. Estas buenas noticias son dirigidas naturalmente sólo a aquellos que sirven verdaderamente a Alá y realizan la oración.
Aún no hemos oído todas las buenas noticias. El bendito Profeta también ha dicho que si un creyente se levanta para rezar y dice: "Allahu Akbar," Él le da esta orden a Sus ángeles: "Quiten los pecados a Mi siervo para que pueda Adorarme con pureza." Los ángeles se llevan sus pecados y cuando ese siervo ha terminado su oración, ellos preguntan: "Oh, Señor, ¿tenemos que volver a cargarle sus pecados a este siervo?" Pero una Voz desde las alturas dirá: "Oh, ángeles Míos, no es apropiado para Mi generosidad que vuelva a registrar el pecado que he quitado. He perdonado todos sus errores." Consideremos estas buenas noticias de nuestro Maestro: "Creyentes, cualquier miembro de mi Comunidad que haga la ablución con agua limpia y legal y se una a la plegaria detrás del Imam tiene el derecho a la misericordia del Señor de la Majestad." El Mensajero, (P Y B), además informó diciendo: "Un creyente que realice las cinco plegarias establecidas en la congregación tiene cinco buenas cosas para esperar:
1: La pobreza no lo afligirá en este mundo.
2: No sufrirá tormento en la tumba,
3: En la Resurrección se le entregará su registro del lado derecho.
(Aquellos que reciban sus registros del lado derecho son la gente del Paraíso. Cualquiera que reciba su registro del lado izquierdo o de atrás pertenece a la gente del Fuego).
4: Cruzará el puente Sirat con la velocidad del relámpago.
5: Entrará al Paraíso sin tormento o cuentas.
Nuestro generoso y noble Maestro nos ha dado la siguiente semejanza: "Precisamente como nada sucio queda en una persona que se baña cinco veces en un arroyo que fluye frente a su puerta, ningún pecado permanece en alguien que entra a la presencia del Todopoderoso cinco veces al día, pues entra a la Divina Misericordia y se le concede el perdón." Si una botella está llena de suciedad y es dejada en el mar, el agua marina limpiará el exterior de la misma, pero precisamente como el interior de la botella queda sin afectarse, así pasa con aquellos que se purifican exteriormente pero quedan sucios por dentro. Por lo tanto, si entras a este arroyo cinco veces por día, asegúrate de limpiarte interior como exteriormente para que puedas ser verdaderamente digno del perdón y puedas ver tu lugar en el Paraíso incluso mientras estás en este mundo.
correo electrónico a: bismillah_-unsubscribe@gruposyahoo.com.ar

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