Notas sobre el Sagrado Corán
En el Nombre de Dios, el Misericordioso, el Compasivo |
El Descenso de la Revelación
Cuando el líder de los siervos de Dios, un descendiente árabe del
Profeta Ismael el hijo de Abraham, el siervo llamado Muhammad hijo de
Abdullah llegó a los 40 años de edad, algo extraordinario ocurrió en su
vida. Dotado de un carácter noble, reconocido en su ciudad como veraz y
justo, era costumbre de Muhammad retirarse a meditar periódicamente a la
cueva del monte Hira, un monte que queda en las afueras de su ciudad
natal, la Meca, en el país hoy llamado Arabia Saudita. Al llegar a esta
edad, Dios le movió nuevamente, de una manera muy especial, a que se
retirara allí a meditar largamente. Meditó profundamente, acompañado de
grandes signos y presagios, sobre las personas, el mundo y la Realidad
del Creador Único.
Parte de los signos que vio fue que en el día, cuando caminaba,
escuchaba a las piedras y la tierra que le saludaban diciéndole: ¡La Paz
sea contigo, Oh Mensajero de Dios!. De noche, en sus sueños, veía
criaturas magníficas que se le acercaban y en particular se le acercaba
un ser luminoso (que pocos días luego se le presentaría de nuevo
físicamente) era inmenso, con una belleza que superaba lo imaginable,
sus pies abarcaban la tierra y su rostro se perdía en la altura
desconocida del Cielo.
Allí, en la oscuridad de dicha cueva, un lunes del mes de Ramadán (el
noveno mes del calendario lunar islámico) en el año 611 ec, el Señor de
los Cielos y la Tierra, Dios, glorificado sea, abrió una puerta al
corazón de su amado siervo Muhammad, la paz sea con él.
Súbitamente, interrumpiendo su meditación y sus reflexiones, por órdenes
de Dios el gran Arcángel Gabriel, la paz sea con él, vino cubriendo con
su presencia todo el horizonte, se apareció físicamente delante de
Muhammad y le dijo: "La Paz sea contigo Oh Mensajero de Dios". La
aparición fue tan intensa y el hecho tan indescriptible que Muhammad
casi pierde el equilibrio. El gran Arcángel le sostuvo fuertemente entre
sus alas y le dijo con voz poderosa: "¡Lee!". Muhammad respondió
temblando: "No sé leer". El Arcángel lo abrazó con más fuerza, y le dijo
de nuevo: "¡Lee!". El Amado de Dios, Muhammad respondió nuevamente: "No
sé leer". El Arcángel lo estrechó aún más, hasta el límite, después lo
soltó y le dijo:
Íqra bísmi rábbika l-ladhî jálaq
¡Lee, en el Nombre de tu Señor que te ha creado!
Jálaqa l-insâna min 'álaq
Ha creado al hombre de un coágulo.
Íqra wa rábbuka l-ákram
¡Lee, que tu Señor es el Más Generoso!
l-ladhî 'állama bil-qálam
El que enseñó por medio del cálamo,
'állama l-insâna mâ lam yá'lam
enseñó al hombre lo que no sabía.
Así descendieron las cinco primeras líneas del Sagrado Corán, la Palabra
Eterna de Allah. Los cinco primeros versísulos del último Libro Sagrado
de la humanidad.
El Sagrado Corán, con un total final de 6,236 ayats ('signos' de Dios, o
versículos), fue enviado al Profeta Muhammad, la bendición y la paz de
Dios sean con él, por el Arcángel Gabriel a lo largo de 23 años. Los
primeros ayats descendieron en la ciudad de la Meca, los ayats
posteriores descendieron en el período de Medina, a donde se trasladó el
Profeta después de estar más de 10 años llamando a la gente de su
ciudad a la adoración pura del Dios Uno.
Poco a poco, a lo largo de esos años, la comunidad del último de los
Mensajeros de Dios, fue viviendo un crecimiento espiritual y una
transformación de sus personas y de su sociedad iluminados por la vida
del Mensajero de Dios que iba recibiendo las Palabras Eternas de Allah e
iba guiando a su gente en toda circunstancia. A veces el Mensajero
recibía unos cuantos ayats o versículos. A veces recibía y recitaba
muchos.
Los ayats del Corán contienen una guía espiritual para la purificación
del corazón del ser humano, unas enseñanzas (las enseñanzas del mismo
Dios) acerca de Dios, los Profetas, los ángeles, el mundo, las
criaturas, las naciones del pasado, la historia humana, leyes para la
forma recta de adorar a Dios, leyes para la sociedad humana en todos sus
aspectos posibles (leyes matrimoniales, civiles, comerciales,
judiciales, etc). Es una Guía completa para el ser humano hasta el Día
del Juicio, en la que todo asunto importante para el hombre ha sido
clarificado por el Señor Altísimo. La Sabiduría de Dios que muestra el
camino a seguir en toda circunstancia.
La Compilación del Sagrado Corán
El Sagrado Corán se compone de 114 suras ('formas' o capítulos). Las suras se componen de ayats ('signos') o versículos. Las 114 suras y las 6,236 ayats o versículos que contienen no han sido ordenadas ni en orden cronológico ni en orden temático. Es decir, que en un mismo capítulo pueden haber versículos sobre temas distintos y que descendieron en muy distintas oportunidades.
El orden del Corán, tal como se aprende y recita en todo el mundo, no
fue fijado siguiendo un criterio cronológico o temático, sino que
responde a un criterio divino. El Arcángel Gabriel, por mandato de Dios,
una vez que terminaron de descender todos los sagrados versículos,
recitó el Corán entero en el orden en que lo conocemos hoy en día ante
el mismo Profeta Muhammad (saaws) y el Profeta instruyó a sus Compañeros
acerca del orden final del Corán.
El Sagrado Corán es, ante todo, una recitación. Descendió no sólo como
palabras sueltas, sino como una recitación, con una cadencia y modalidad
de habla rítmica (tajweed) que fue enseñada por el Profeta Muhammad a
sus Compañeros y desde ellos ha llegado hasta nosotros. La belleza de la
recitación del Corán habla acerca de la luyz que hay en dicho Libro.
Durante la vida del Profeta (saaws), sus Compañeros aprendieron a
recitar partes del Corán ecuchándole a él mismo y muchos de sus
Compañeros aprendieron a recitar todo el Corán de memoria (como aún hoy
se sigue aprendiendo este Libro). Pero si bien el Corán es ante todo una
recitación, varios de los Compañeros, muchas veces por instrucciones
mismas del Profeta (saaws), pusieron también por escrito cada cual
varias de las suras del Corán. A la muerte del Profeta , básicamente
todo el Corán estaba por escrito, en diversos fragmentos que mantenían
consigo varios de sus Compañeros.
Y antes de que pasaran escasamente dos años tras la muerte del Mensajero
de Dios (saaws), es decir, mientras aún estaban vivos todos los miles
de Compañeros que habían conocido directamente al Mensajero de Dios y le
habían escuchado la recitación del Corán, Abu Bakr as-Sidq, el primer
gobernante de todos los musulmanes después del Profeta y el más leal
amigo y fiel Compañero suyo, ordenó que se pusiera por escrito toda la
recitación del Corán en un solo texto.
Esto es un caso único en la historia de las religiones, pues a
diferencia del Sagrado Corán, ninguno de los otros Libros Sagrados
recibió tanto cuidado en ser preservado intacto y sin alterar.
En el caso del judaísmo, la Torah (el Pentateuco del Antiguo Testamento)
que fue revelado al Profeta Moisés, la paz sea con él, o los Salmos
revelados al Profeta David, la paz sea con él, no fueron puestos por
escrito sino hasta muchos cientos de años después de la muerte de esos
Profetas, y por generaciones muy posteriores que introdujeron con el
paso del tiempo muchas cosas que no fueron la revelación inicial que
Dios envió a esos Profetas.
En el caso del cristianismo, las Palabras Sagradas que recibió en
Revelación Jesucristo nunca fueron puestas por escrito. Ninguno de los
cuatro evangelios actuales fueron escritos por discípulos suyos, y lo
que es peor, evangelios importantísimos como los escritos por Pedro o
Santiago, que sí fueron de los más íntimos discípulos de Jesucristo,
fueron quemados y condenados por la iglesia cristiana apoyada por el
poder romano y hoy quedan de esos evangelios fragmentos muy escasos.
Pero el Evangelio de Jesús según el mismo Jesús (el Inyil) nunca fue
puesto por escrito.
La compilación escrita del Sagrado Corán en un solo texto, ordenada por
Abu Bakr as-Sidq a menos de dos años después del fallecimiento del
Mensajero de Dios , fue, por tanto un acontecimiento extraordinario que
se hizo precisamente para que no le ocurriera al Corán lo que ocurrió
con otros textos sagrados.
Finalmente el Califa Uthman ibn Affan, que también fue uno de los
Compañeros más leales e íntimos del Mensajero de Dios , procedió a hacer
la compilación definitiva en base al texto recopilado por Abu Bakr
as-Sidq, con la confirmación metódica y sistemática de los cientos de
personas que habían aprendido el Corán de memoria y que habían conocido y
escuchado el Corán del Mensajero mismo de Dios . Es decir, esto se hizo
con la confirmación metódica de los testigos presenciales mismos del
descenso del Sagrado Corán. Todo esto ocurrió, por tanto, en vida de los
Compañeros del Profeta del Islam , a fin de que se dejara para la
posteridad el texto puro e intacto de la gran Revelación Divina. Uthman
manzó a hacer varias copias oficiales del texto así recopilado, y ese
texto (el mismo texto para todos desde el principio del Islam) es el que
se aprende por los musulmanes en todo el mundo, como garantía de la
Verdad de la Revelación.
El Significado Supremo del Corán
El Corán es la Palabra Eterna de Allah, de Dios Altísimo. Por tanto,
siendo el Habla misma de Dios, Dios hablando, no es algo creado . Más
bien Dios es el Creador de todo. La Palabra de Allah no sólo es
increada, sino que no tiene ningún límite impuesto por formas. Es
Eterna, más allá de todo sonido o forma que podemos concebir, más allá
de toda limitación vocal. Las Palabras humanas se escuchan una detrás de
otra, tienen sonidos propios, distintos a otros sonidos, se escucha
una, después cesa la primera palabra y se escucha otra, el habla del ser
humano se desarrolla en el tiempo y en el espacio, tiene los límites de
este mundo. Pero el Habla de Dios, Dios mismo Hablando, está
completamente por encima de todo límite. Por eso, el Sagrado Corán es
Divino, Eterno, Increado, Más Allá de toda Forma, Supremo, Infalible.
Pero para poder ser comunicada al ser humano, la Palabra de Dios debe
atravesar el mundo de las formas y límites y ser entregada de una forma
que el hombre pueda reconocer, escuchar, aprender y transmitir a otros.
La manera en que se recibe esa Palabra en un idioma de este mundo no es
una manera casual o arbitraria. No. La manera de expresar en palabras de
nuestro mundo la Palabra Eterna de Dios es una forma perfecta de
reflejar aquí esa Palabra Increada y Suprema.
Por eso, las palabras que pronunció por mandato de Dios el Arcángel
Gabriel, la paz sea con él, a nuestro amado Profeta , en idioma árabe
puro, para ser transmitidas al resto de la humanidad de esa manera, son
también palabras perfectas, divinamente escogidas, inalterables. No sólo
las palabras en que se expresó la Revelación del Corán son divinamente
escogidas, sino que además, como ya hemos dicho, el orden de esas
palabras, de los versículos, de los capítulos, responden también a un
orden supra-humano, divino. Todo en ellas tiene una sabiduría que escapa
a nuestro uso del lenguaje, por más poético, literario, o inspirado que
sea nuestro uso del lenguaje. Las palabras exactas en que está
expresado, a nivel humano, el Sagrado Corán, son puertas que llevan al
espíritu del hombre a la Divina Presencia misma mediante el camino de la
sumisión al Creador.
Precisamente por ello, el Corán tiene múltiples significados (a varios
niveles, tanto visibles, sensibles como espirituales, divinos) que se
superponen a la vez, completándose mutuamente como un árbol de
significados que crece bajo las semillas de las palabras iniciales. Y en
todos los casos, en todas y cada una de sus palabras, el Sagrado Corán
es, por un lado, testimonio y luz de la Sabiduría Divina y, por otro
lado, testimonio e iluminación de la condición de Profeta santo que tuvo
el Mensajero de Dios, Muhammad (saaws), pues todas y cada una de las
palabras del Corán se le revelaron a él y sólo a él.
Por eso, si bien las palabras del Corán transmiten una sabiduría y un
conjunto de enseñanzas incluso con su simple lectura para cualquiera que
lo lea, la enseñanza recta y plena del Corán:
- No puede conocerse a fondo si no se conoce el significado del árabe
original en que descendió el versículo (que es distinto en muchos casos
en mayor o menor medida al árabe actual), y también si no se conoce el
contexto y la ocasión en que descendió cada versísulo del Corán.
- No puede conocerse tampoco si no se conoce a fondo la enseñanza del
Profeta (saaws) en cuanto al tema en cuestión. El Líder de los siervos
de Dios, Muhammad, la bendición y la paz de Dios sean con él, era, como
lo definió su esposa A'isha (que Dios esté complacida con ella): "el
Corán caminando".
- Sólo se conoce en la medida en que se purifica el corazón del que lo
estudia. Cada cual, según la pureza de su corazón, tendrá un nivel de
conocimiento del Corán. Y por encima de cada conocedor, hay un conocedor
mayor. Sólo los corazones plenamente purificados pueden acceder a la
Palabra Increada de Dios que resuena desde antes de la eternidad y por
toda la eternidad en el Sagrado y Sublime Divino Corán.
De allí que ninguna traducción puede asemejarse al verdadero Corán. Las
traducciones sólo pueden ayudarnos, con mayor o menor acierto, a captar
un poco del significado más externo y visible del Sagrado Corán pero
toda traducción, además de las conocidas limitaciones que tiene en
cuanto al significado original que pretende transmitir, pierde en este
caso el elemento divinamente previsto de la recitación sagrada con que
descendió a nuestro mundo la Palabra Increada de Dios.
Así, para conocer en detalle y a fondo las leyes divinas del Islam (la
Sharia) que emana del Corán, es necesario haber estudiado ampliamente
diversas áreas del conocimiento en el Islam, tarea que llevan a cabo los
hombres de conocimiento entrenados para esta labor.
Asimismo, en cuanto al conocimiento cierto de las realidades
espirituales inmensas del Sagrado Corán, es preciso haber purificado en
gran medida el corazón, el espíritu, y haberse convertido en siervo
auténtico de Dios.
Los siervos más puros de Dios, los grandes awliya (amigos íntimos de
Dios o santos-gnósticos en el Islam) han dicho o escrito a veces
comentarios de algunas frases del Corán donde se puede ver el enorme
alcance y variedad de significados complementarios entre sí que puede
tener incluso a veces una sola palabra del Corán.
Uno de estos awliya, natural de Marruecos fallecido en 1971, fue Shaykh
Muhammad ibn al Habib (que Dios esté complacido con él). Este shaykh le
preguntó una vez a un hombre joven: '¿Has leído alguna vez el Corán?'.
Respondió el hombre: 'Bueno, tengo varias traducciones, e intento seguir
entre todas ellas su significado'.
'No', dijo el Maestro. 'Me refiero a si has leído en verdad el Corán'.
'¿A qué se refiere?', dijo el hombre.
'Si hubieras leído verdaderamente aunque sea una sola letra del Corán
[el Shaykh no dijo 'un solo capítulo', no dijo 'un solo versículo' de
los muchos miles que hay en el Corán, dijo literalmente una sola y
simple letra], si hubieras leído verdaderamente aunque sea una sola
letra del Corán, te habrías quedado durante cuarenta días casi sin poder
comer ni dormir'.
Y dijo más: 'Lo sé, porque eso es lo que me pasó a mi'.
Grandshaykh Abdullah al-Faizi ad-Daghestani (1891-1973), que Dios esté
complacido con él, el Sultán de los awliya de su época y el Maestro de
Mawlana Shaykh Nazim, dijo una vez, en referencia a nueve muy grandes
awliya de toda la historia del Islam:
"Ellos recitan el Corán no como lo hacemos nosotros que lo leemos de
principio a fin sino que lo recitan con todos sus secretos y realidades
internas. Porque Dios ha dicho: 'wa la ratbin wa la yabisin illa fa
kitabin mubin [Sagrado Corán 6:59]'. 'No hay nada húmedo o seco que no
esté inscrito en un libro claro'. No hay ninguna de las creaciones de
Dios en todos los universos creados que no haya sido ya mencionado, con
todos sus secretos, en un Libro Claro, el Corán ... Allah ha puesto en
cada letra del Corán doce mil conocimientos distintos".
Grandshaykh Abdullah, que Dios nos beneficie por medio de él, hablaba por experiencia propia.
Dice Allah Altísimo, glorificado sea, en el Sagrado Corán:
"Si hubiéramos hecho descender
este Corán a una montaña, la habrías visto humillada y partida en dos,
por temor de Allah. Estos son los ejemplos con los que llamamos la
atención de los hombres para que puedan reflexionar" (59:21)
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