Bashar Asad y Putin entierran el alto el fuego bajo una pila de escombros
Los bombardeos continuos sobre Alepo han dejado más e 81 muertos
La madrugada de este viernes, pocas horas después de anunciarse que obtenían el premio Live Livelihood -considerado el Nobel alternativo- los rescatadores conocidos como los Cascos Blancos vieron cómo tres de sus centros de coordinación eran bombardeados desde el aire. Dos de las sedes quedaron inhabilitadas. Por eso se les complicó todavía más la titánica tarea de rescatar a lascientos de víctimas del posterior ataque masivo, lanzado por aviones rusos y sirios, que ha sufrido este viernes la segunda urbe siria.
Más de 81 muertos, registrados con nombres y apellidos por los Cascos Blancos, ydocenas de heridos como consecuencia de la decisión del Gobierno sirio, anunciada la noche del jueves, de arrebatar todo Alepo a los alzados. Como han realizado habitualmente durante los últimos cinco años, y ante el fin del alto al fuego pactado entre Russia y EEUU, las fuerzas oficialistas atacaron deliberadamente a la población civil para que estos fuercen a los grupos armados a aceptar una tregua sin condiciones.
"Ha quedado todo destruido. Con tantas matanzas, la situación es crítica", explica a este periódico Omar, un joven alepino que este viernes ha sobrevivido a la matanza. Las imágenes que diversos grupos de activistas han publicado en internet -no verificadas por este diario- ofrecen un escenario dantesco: calles desaparecidas entre la ruina, edificios enteros desmenuzados y numerososcadáveres esparcidos entre los cascotes. Según informa los locales, más de 180 bombas de barril y misiles se han cebado con Alepo.
El objetivo militar de los fieles al presidente sirio Bashar Asad, que habían acumulado miles de efectivos alrededor de Alepo antes de comenzar el cese de hostilidades el 12 de septiembre pasado, es estrechar el lazo sobre los barrios opositores. Están en la mitad Este de la urbe y habitan en ellos 250.000 civiles, que no pudieron tener acceso a ayuda humanitaria durante la tregua porque, tal y como manifiestan la mayoría de pruebas, aviones rusos o sirios bombardearon el convoy que la transportaba.
Las bombas de este viernes, una de las cuales llegó a arrasar tres construcciones a la vez en el barrio alepino de Al Kalasé, abrieron el camino a un avance terrestrediseñado por los oficialistas. Por eso, el ejército sirio ha urgido a los civiles adistanciarse "de las posiciones de los grupos terroristas" y ha asegurado que los residentes que escapen no serían detenidos. Las fuerzas asadistas esperan tomar en breve los barrios de Seij Said y Sikkari, al suroeste de las áreas bajo control alzado.
"Es muy crítico. [Las fuerzas aéreas pro Asad] han atacado directamente centros de defensa civil", ha denunciado ante la agencia Associated Press Ibrahim Alhaj, uno de los miembros de los Cascos Blancos. "No he visto en mi vida un bombardeo así. Es muy, muy intenso". Según testigos, el ataque se ha prolongado durante casi toda la jornada. La pérdida de varios vehículos y material de intervención ha forzado a los rescatadores a actuar con menos medios de lo habitual, incluso sólo con sus manos.
La carnicería de este viernes en Alepo deja en un mero espejismo las promesas de continuidad del alto el fuego que, aún hoy, la ONU y EEUU dicen sostener. El cese de hostilidades se consumió una semana después de su inicio entre la negativa de Damasco a permitir la entrada de ayuda humanitaria a las zonas asediadas, unbombardeo "accidental" de la coalición anti Estado Islámico que mató a 62 soldados pro Asad en Deir Ezzor y la imposibilidad de Washington de convencer a los opositores de desmarcarse de Al Qaeda.
Según cuentan a EL MUNDO varios sirios conocedores de las dinámicas locales, elprincipal obstáculo para no cooperar con yihadistas en la lucha contra las fuerzas asadistas es la misma reticencia de EEUU a ofrecerles una alternativa. Los opositores comparten trinchera con grupos terroristas como el Frente de Conquista del Levante -desvinculados sólo nominalmente de Al Qaeda- en numerosos puntos de Siria. Enajenarlos conllevaría debilitarse y perder esa posición a favor de Asad. Con este dilema sin resolver, los sirios sólo esperan más caos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario