"Sin precisar la fecha, los cronistas señalan las carnestolendas de 1525 como fecha de la ejecución. Ixtilxóchitl, da una relación desparecida de un texcocano acompañante de Cortés, un Alonso Axayaca, concreta el dato en martes de carnaval. Orozco y Berra fue el primero en calcular esta fecha movible para situarla correctamente en el 28 de febrero, cálculo que Scholes y Roys han confirmado aprovechando cómputos astronómicos oficiales del Observatorio de Monte Wilson. Un traidor de origen otomí al que por su origen se suele llamar Mexicalcinacatl, fue el denunciante, todas las fuentes históricas lo recuerdan con el nombre de Coztemexi, llamado Cristobal por los españoles, lo citan Cortés, Ixtlilxóchitl, Chimalpahin, Anales de Tlaltelolco, etc.. Bernal Díaz señala dos denunciantes más: Tapia, es decir, el Motechiutzin, antiguo calpixque (recaudador) y Juan Velázquez, el Tlacotzin cihuacóatl de Tenochtitlan, cuya probanza no fue seguramente desinteresada porque a este último lo elevó Cortés a señor de México. El sitio se nombra Acallan, llamado Heymollan por algunas crónicas indias, ese se ubica al sur de Campeche, en la confluencia y desembocadura de los ríos de la Laguna de Términos. Dicen las crónicas indias "cuando el sol se iba a poner... ellos se clavaron a los señores como los perros al cuello", se refieren Cuauhtémoc señor de Tenochtitlan, Tetlepanquetzalzin de Tacuba y Coanacochtzin de Texcoco, únicamente se dio tiempo para que los dos clérigos flamencos que acompañaban a Cortés, fray Juan de Tecto y fray Juan de Ahora confirmasen y confesasen a los señores principales. Los cuerpos de los señores principales suspendidos en las ramas del árbol sagrado de los mayas, el ixminche, quedaron balanceándose en aquel anochecer del 28 de febrero de 1525. No se conoce el destino de los tres cuerpos indígenas, como era usual en las reales exequías, se debió incinerar los cuerpos de los muertos a espaldas de los españoles, colocando antes a cada señor una máscara de turquesas así como las consabidas ofrendas y mantas, sin faltar el perrillo sacrificado para que los condujese al lugar de las sombras y de los muertos, al Mictlán, la subterránea morada. Su espíritu descendió así, mágicamente defendido, a la sombría morada de la muerte, mientras sus cenizas quedaron allá en tierras mayas, en Acallan Heymollan."
Bibliografía: Toscano Salvador, Cuauhtémoc. FCE 1992; Anales de Tlatelolco, México, 1948 párrafos 19 a 35; Díaz Bernal, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, cap. CLXXVII.
Imagen: Ejecución de los tres Tlatoanis: Cuauhtémoc señor de Tenochtitlan, Tetlepanquetzalzin de Tacuba y Coanacochtzin de Texcoco. Códice Vaticano A. f. 90r. Reprografía: Agustín Uzárraga/ Raíces.
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