El cambio climático amenaza hoy al mundo con efectos tan devastadores que el impacto global de la pandemia causada por la Covid-19 pudiera considerarse una panacea pese a que nos mantiene en tensión y encerrados. Contra el cambio climático no hay vacunas.
Mientras la canícula se expande a escala global con grandes afectaciones en muertos y daños materiales, las proyecciones de la ONU sugieren que podría ser ya demasiado tarde para evitar el aumento de 1,5 grados centígrados en las temperaturas globales, que es el objetivo clave identificado en los acuerdos climáticos de París de 2015, según un informe del diario canadiense Toronto Star.
El fenómeno que cubre el oeste de Canadá parece cada vez más mortífero, mientras las autoridades lo relacionan con un aumento de las muertes en Columbia Británica y los observadores se preocupan por el número de víctimas y la temporada de incendios forestales que está por llegar, informó la publicación para ilustrar los peligros que se ciernen no solo para esa parte del mundo desarrollado sino también en una escala global.
Las temperaturas abrasadoras se abaten sobre gran parte de la parte occidental del continente americano, y el aumento de las temperaturas es un evento extremo consistente con un clima cambiante, precisó el rotativo.
Por ejemplo en la ciudad canadiense de Vancouver hay reportes de más de 65 fallecidos desde que el calor comenzó, mientras las autoridades dijeron que las cifras "cambiaban cada hora".
"El calor es agobiante", dijo Denise Haugen, propietaria de Suncatcher Crafts en Lytton, un pequeño pueblo de la canadiense Columbia Británica. Su pueblo es noticia por haber alcanzado los 49,5 C, batiendo por tercera vez en tres días el récord de temperatura más alta jamás registrada en Canadá.
En esta parte del mundo, los científicos advierten que el cambio climático ya está agravando el calor extremo que azota el noroeste del Pacífico, y lo hará aún más a medida que el planeta siga calentándose.
Las alertas son noticias del día cuando por ejemplo ciudades del oeste de Estados Unidos en Oregón y Washington registraron en las últimas semanas temperaturas récord de tres dígitos, lo que paralizó muchos aspectos de la vida cotidiana.
Expertos en meteorología citados por el diario estadounidense The Hill dijeron que, aunque hay muchos factores en juego en esta última ola de calor, el clima está añadiendo unos cuantos grados más a una situación ya de por sí mala.
"Se trata de un fenómeno meteorológico muy inusual... en este caso, todos los factores que tienden a hacer calor en el noroeste del Pacífico están actuando conjuntamente", dijo Nick Bond, profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad de Washington.
Algunos expertos afirmaron que, a medida que la Tierra se calienta, el cambio climático podría tener un impacto más dramático en el calor del verano, planteando riesgos para los seres humanos de diferentes maneras. "Todos los indicadores indican claramente que estamos entrando en veranos continuamente más calurosos, más secos y más arriesgados", dijo a The Hill Sarah Myhre, científica del clima y directora ejecutiva del Instituto Rowan.
"Desde el punto de vista del cambio climático, la idea de que los extremos de calor van a ser más extremos y más intensos" es conocida por los científicos desde hace décadas, aseguró.
Jane Baldwin, investigadora postdoctoral del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, dijo que "Tenemos pruebas muy claras de que, a medida que aumentan los gases de efecto invernadero en la atmósfera, la temperatura general se calienta, pero también por ello las olas de calor aumentan en intensidad y duración", algo que acrecienta los temores. Creo que es un presagio de lo que se proyecta con el calentamiento global, añadió.
El gobierno del presidente Joe Biden se plantea que el cambio climático es una de las principales crisis a las que se enfrenta Estados Unidos, y ha dicho que quiere reducir las emisiones al menos a la mitad para 2030 en comparación con los niveles de 2005.
Pero, esa son solos promesas. Regresar al Acuerdo de París fue fácil para la Casa Blanca luego de cuatro años de escuchar a Donald Trump desconociendo un asunto que juega con la supervivencia de la humanidad.
Eso resultó poco problemático y, como un exorcista, Biden de un plumazo dio vuelta atrás pero, de ahí a poder avanzar con acciones tangibles hay un gran trecho pese a los apremios y a una realidad que se hace mortífera por día.
El Congreso determinará pronto qué medidas climáticas del presidente Biden incluirá en sus paquetes de infraestructuras, y se espera que los organismos federales adopten medidas reguladoras para reducir las emisiones pero, los fondos no aparecen y se ahí pudiera persistir la postergación de las acciones que demanda revertir el cambio climático si es que aún es posible como alertan los científicos.
Kristie Ebi, profesora de ciencias de la salud ambiental y ocupacional de la Universidad de Washington, considera que "Lo que estamos viendo hoy es más extremo, pero ciertamente forma parte de lo que se espera con el cambio climático".
La advertencia está en consonancia cuando las estadísticas informan que seis de los años más cálidos registrados se produjeron en la década de 2010.
Algunos expertos en clima alertan que esto es sólo el principio de las olas de calor que veremos y advierten de "acontecimientos realmente catastróficos provocados por el calor en lugares que no tienen infraestructura para proteger a la gente".
En consecuencia, cuando los expertos hablan de los riesgos para la salud de los picos de temperatura, no es sólo el estrés térmico, el golpe de calor lo que nos preocupa, son las personas que tienen condiciones médicas crónicas subyacentes, los niños y los bebés, los mayores de 65 años [y] las personas que toman medicamentos que limitan la capacidad del cuerpo para sudar.
Los retos de Estados Unidos… promesas y realidades
Según un comentario del diario The New York Times, el fracaso en la aprobación de una legislación climática audaz podría dificultar el trabajo de Biden cuando viaje a Escocia este año para asistir a una conferencia climática de las Naciones Unidas, donde tiene la intención de intentar persuadir a otras naciones para que tomen medidas agresivas para frenar el calentamiento global.
Biden ha prometido que su país reducirá a la mitad sus emisiones que calientan el planeta en la próxima década. Quiere reposicionar a la mayor economía del mundo como líder en los esfuerzos globales para detener el calentamiento pero… los republicanos son un valladar que frena su agenda y difícilmente obtenga los fondos para cumplir su cometido.
Un acuerdo alcanzado recientemente entre la Casa Blanca un grupo bipartidista de senadores para 579.000 millones de dólares en nuevos gastos para reparar las carreteras, los ferrocarriles y los puentes del país hace relativamente poco para luchar contra el cambio climático, una cuestión que el presidente ha calificado de "amenaza existencial." Lo reconocen pero no actúan en consecuencia con lo que advierte la ciencia.
Aunque no se votó aun, el plan incluye algunas ideas para intentar reducir la contaminación de los vehículos de pasajeros y los camiones, y contempla 47.000 millones de dólares para ayudar a las comunidades a ser más resistentes a las catástrofes y a las inclemencias del tiempo causadas por el calentamiento del planeta, pero contiene pocas de las ambiciosas ideas que Biden propuso inicialmente para reducir la contaminación por combustibles fósiles que está impulsando el fenómeno climático.
Los líderes demócratas y los ecologistas esperan que las propuestas puedan incluirse en un proyecto de ley de infraestructuras separado que se aprobaría por un proceso rápido conocido como reconciliación presupuestaria. Ese proceso no requeriría el apoyo de los republicanos y podría aprobarse con una mayoría simple de votos aunque los expertos estiman que la acción congresional no avanzará.
Las normas del Senado exigen que la legislación promulgada a través del proceso de reconciliación pertenezca directamente a los ingresos federales, como los impuestos y el gasto. El Senado podría determinar que una norma de electricidad limpia no cumple los requisitos.
No obstante aun hay personas optimistas como Michael Brune, director ejecutivo del Sierra Club, el mayor grupo ambientalista del país que opinó "Estados Unidos tiene ahora la oportunidad de respaldar sus ambiciosas afirmaciones con un plan detallado y defendible para cumplir esos compromisos. Si tenemos ese plan podremos obligar a otros países a hacer cambios similares".
"Si no aprobamos la legislación sobre el clima a través de la conciliación, no tendremos la credibilidad necesaria para obligar a otros países a actuar a la escala y velocidad necesarias", dijo Brune.
Lo que es real, tanto para los estadounidenses como para otros pobladores del planeta es que si no se logra reducir urgentemente las emisiones, la humanidad tiene pocas posibilidades de evitar que la temperatura media mundial aumente por encima de 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.
Ese es el umbral a partir del cual, según los expertos, el planeta sufrirá daños catastróficos e irreversibles. Sin embargo, el cambio de temperatura no es uniforme en todo el mundo; algunas regiones ya han alcanzado un aumento de 2 grados centígrados.
La amenaza está presente y solo algunos hombres pueden decidir si el mundo sucumbe o habrá nuevas generaciones.
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