Aquí lo dijimos desde el arranque del gobierno de López Obrador.
Dijimos que uno de los objetivos centrales del nuevo presidente era la destrucción del INE.
Dijimos que en la búsqueda de esa meta, los primeros pasos serían el descrédito del Instituto, todo, además del desprestigio de la imagen de cada uno de sus integrantes.
Y dijimos que la coronación de esa estrategia sería la captura del Instituto, por los medios que sean necesarios, con tal de someter al árbitro electoral y convertirlo en sirviente del dictador López Obrador en la presidencial del 2024.
Y alguno de los pasos más aventurados en la búsqueda de la captura y el desprestigio del INE los vimos apenas el pasado fin de semana.
En efecto, el viernes 5 de noviembre del 2021, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, compareció en la Cámara de Diputados para explicar el presupuesto que reclama el Instituto para los compromisos electorales del 2022, entre ellos la consulta de “revocación de mandato”.
La comparecencia de Córdova resultó todo un circo, plagado de insultos, ofensas al consejero presidente del INE y, sobre todo una intolerable difamación por parte de los diputados de Morena.
¿Por qué una difamación?
Porque mediante pancartas que simulaban cheques gigantescos, los diputados de Morena asaltaron la tribuna con la denuncia de que Lorenzo Córdova debía renunciar a su salario.
En los grandes cheques –preparados con días de anticipación–, aparecía como salario mensual del presidente del INE una cantidad poco mayor a 364 mil pesos de “dieta mensual”.
Y por supuesto que se trató no solo de una mentira sino de una calumnia y difamación ya que el salario real de Lorenzo Córdova no supera los 179 mil pesos mensuales.
¿Quién orquestó la mentira, la difamación y la calumnia?
En efecto, por orden presidencial la bancada de Morena en la Cámara de Diputados preparó todo un espectáculo para desprestigiar a Lorenzo Córdova.
Y el circo quedo claro cuando legisladores del partido oficial insistieron en una supuesta austeridad –mediante la reducción salarial de los consejeros del INE–, pero al mismo tiempo se negaron a cancelar la consulta de “revocación de mandato” que tendrá un costo de 4 mil millones de pesos.
Sí, todo un derroche de dinero público para satisfacer las ocurrencias del dictador de Palacio.
Pero acaso el escándalo mayor –y que podría terminar con la captura del INE–, es la boda del director de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Hacienda, Santiago Nieto y la consejera del INE de nombre Carla Humphrey, que se llevó a cabo el sábado 6 de noviembre del 2021.
Como saben, el pasado fin de semana se detonó un escándalo en el aeropuerto de Guatemala, cuando la responsable de Turismo de CDMX, Paola Félix Díaz, fue detenida por viajar con 35 mil dólares que no reportó a las autoridades guatemaltecas.
Resulta que la hoy ex directora de Turismo de Claudia Sheinbaum en realidad viajaba a la boda de Santiago Nieto, titular de la (UIF) y Carla Humphrey, consejera del INE que llegó al cargo por el PAN
¿Y qué tiene que ver con la presunta “captura” del INE, una boda que se llevó a cabo en Guatemala y que pretendió pasar inadvertida en México?
Sí, se trata de una maniobra política al mejor estilo de la casa; al estilo de Palacio.
Y es que, como todos saben, los estrategas de López Obrador son capaces de todo; de pactar con el narco y con la “mafia del poder”.
Y si es capaz de eso, por qué no será capaz del montaje de una boda que los puede llevar al corazón mismo del INE.
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¿Una boda para llegar al corazón del INE?
No tiene nada de extraño si se toma en cuenta la historia de las artimañas de López Obrador para obtener sus objetivos.
Y no sería raro que Santiago Nieto llegue a extremos como utilizar las confesiones de alcoba, si se recuerdan sus antecedentes como “mastín” al servicio del poder.
Y es que en política, nada es casualidad, ni una boda como la que se pretendió ocultar en Guatemala y menos la difamación y la calumnia, lanzadas contra Lorenzo Córdova en San Lázaro.
Se los dije.
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