Mujeres árabes exigen libertad para luchadora palestina Khalida Jarrar
El Centro de Coordinación Regional Árabe de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, el Consejo Nacional de Mujeres del Líbano y la Liga Para los Derechos de la Mujer Libanesa, reclamaron en una declaración las duras condiciones carcelarias de Jarrar y de otros cientos de prisioneros palestinos.
Organizaciones progresistas de mujeres árabes y del Líbano exigieron la libertad para la luchadora palestina prisionera Khalida Jarrar y para todas los detenidos en las cárceles de la ocupación israelí.
En una declaración firmada por el Centro de Coordinación Regional Árabe de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), el Consejo Nacional de Mujeres del Líbano y la Liga Para los Derechos de la Mujer Libanesa, lamentan la guerra de exterminio en Gaza que arde sin cesar y acaba con la vida de cientos de civiles, en su mayoría niños y mujeres.
Según reconocen, la intensidad y ferocidad de esta contienda bélica se intensificó desde el 7 de octubre del año pasado, tras el inicio de la operación Diluvio de Al-Aqsa.
En este momento, apuntan, el mundo espera los resultados de las negociaciones entre la Resistencia palestina y la autoridad ocupante, mediadas por Egipto y Qatar, para concluir un acuerdo de canje entre los israelíes retenidos en Gaza y los prisioneros palestinos en las cárceles de la ocupación.
Al respecto, mostraron su esperanza de que ese pacto concluya con una tregua esperanzadora para un posterior alto al fuego permanente.
No obstante, se preguntan ¿cómo se puede hablar de un intercambio de prisioneros cuando diariamente cientos de mujeres y hombres son encarcelados en las prisiones israelíes, sometidos a las formas más brutales de tortura, incluidos golpes severos, hambre, violaciones y abusos, especialmente aquellos detenidos por expresar sus opiniones?
Esto subraya los peligrosos objetivos de la ocupación israelí, resumidos en que el pueblo palestino solo tiene tres opciones: someterse a la tortura en las cárceles hasta la muerte, rendirse al exterminio con las armas destructivas más avanzadas o, si sobreviven, enfrentarse a la expulsión forzada y el desarraigo de su patria y su tierra.
Según reafirman, para todo esto “Israel” cuenta con el apoyo ilimitado del Occidente colonialista, especialmente de Estados Unidos.
Paralelamente, y en contradicción con el objetivo declarado de las negociaciones para el acuerdo de intercambio, la administración penitenciaria sionista trasladó a la prisionera dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina y de la Unión General de Mujeres Palestinas, exmiembro del Consejo Legislativo Palestino, Khalida Jarrar, de su lugar de detención a una celda de aislamiento extremadamente estrecha, donde apenas cabe un pequeño colchón.
Esta mazmorra no tiene ninguna abertura para la ventilación, y solo recibe una mínima cantidad de agua y alimentos de baja calidad. Además, se le impide salir a la luz del día, a pesar de su precaria salud.
La encarcelación de Jarrar se enmarca en lo que el enemigo llama "detención administrativa", bajo la cual está detenida hace más de un año y medio desde su arresto en su casa en Ramala, en la Cisjordania ocupada.
Es importante señalar que esta no es su primera detención, pues la arrestaron repetidamente en el pasado y acumuló más de cinco años en prisión, durante los cuales se le impidió despedirse de su hija que falleció mientras ella estaba encarcelada.
Khalida Jarrar es una de mucha luchadoras, activistas, periodistas, abogadas y estudiantes encarceladas para silenciarlas y reprimir la voz de la mujer palestina que aumenta en influencia y fuerza contra la política de la ocupación israelí, basada en la usurpación de la tierra, la expansión de asentamientos y la expulsión de palestinos de sus hogares mediante incursiones, destrucción y asesinatos.
El comunicado denuncia también que desde 7 de octubre pasado ascienden a 350 las palestinas arrestadas.
En ese sentido, las organizaciones femeninas condenan enérgicamente la brutal guerra en Gaza, Jerusalén y Cisjordania, los asesinatos, encarcelamientos, hambruna y guerras de exterminio contra civiles, especialmente niños, mujeres, ancianos, médicos, paramédicos y desplazados.
Sancionan también los bombardeos sobre grupos de civiles que huyen con sus familias de la muerte, los refugiados del frío o el calor bajo humildes tiendas de campaña, o quienes buscan asilo en los patios de iglesias, mezquitas, hospitales y escuelas, incluidas las instituciones de la UNRWA.
Toda esta situación no logró desmoralizar al pueblo palestino resistente, apoyado por los libres del mundo y armados con su humanidad y una voz que se alza a través de enormes manifestaciones y movimientos globales. Esa noble humanidad encendió una luz de esperanza nueva, patentiza la declaración.
“Exigimos con firmeza la liberación inmediata de la exdiputada y luchadora Khalida Jarrar y de todas las prisioneras y prisioneros de las cárceles de la ocupación”.
También llamaron a una amplia campaña de solidaridad de organizaciones internacionales y organismos de las Naciones Unidas, especialmente el Comité Internacional de la Cruz Roja, para presionar al Estado ocupante con todos los medios posibles para lograr la liberación de Khalida Jarrar y del resto de los encarcelados.
Asimismo, instaron a la solidaridad mundial para escribir juntos el cese de la agresión, la recuperación de la tierra usurpada y el establecimiento del Estado palestino independiente con Jerusalén como su capital.
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