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domingo, 3 de noviembre de 2024

México. La historia del Movimiento Marxista Leninista mexicano

 

México. La historia del Movimiento Marxista Leninista mexicano

Por Uriel Velázquez Vidal*, Resumen Latinoamericano, 3 de noviembre de 2024.

La historia del Movimiento Marxista Leninista de México (MMLM) se remonta a los debates dentro del Partido Comunista Mexicano (PCM), originados por la influencia de las tesis delineadas en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) de 1956, que motivó el análisis de los errores en la conducción del instituto político y en la exigencia de aplicar urgentes rectificaciones en la organización. Otro tema de discusión fue la derrota del movimiento obrero de fines de la década de 1950 y el polémico papel que desempeñó el PCM en dichas movilizaciones. Los cambios propuestos y temas debatidos motivaron a un sector de la militancia a introducir mayores modificaciones en la línea de acción del Partido.

En este tenor, José Revueltas y un sector de la militancia criticaron las deformaciones espontaneístas y burguesas del marxismo dentro de la organización política durante el XIII Congreso de 1960. Ante ello, la dirección del PCM señaló a los militantes inconformes de revisionistas y liquidadores, y consideró necesario expulsarlos de sus filas. Los miembros expulsados optaron por la observancia y aplicación creadoras del marxismo-leninismo, por regresar a Lenin y a los principios de la revolución proletaria mundial. Como consecuencia de esto, irrumpieron organizaciones ortodoxas leninistas con un alegato antirrevisionista y su discurso giró en torno a la construcción del verdadero partido de la clase obrera en México.

Uno de estos proyectos partidarios lo dirigió el ex militante del PCM Sergio Hernández Castañeda, quien fundó en 1961 el grupo Prometeo, que pronto se vio inmerso en los debates sobre las dos vías para la revolución (armada y pacífica) que existían en la izquierda mexicana de los años sesenta. Estas discusiones fueron atizadas por la influencia de la revolución cubana y por las posiciones chinas. Las lecturas, identificaciones y análisis sobre la inevitabilidad de la guerra revolucionaria, produjeron que un sector de la militancia encabezado por Federico Emery Ulloa rompiera con el grupo Prometeo.

A través de la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular fue como Emery Ulloa entabló acuerdos con el Partido Comunista Chino (PCCh) que, en aquellos años sostenía la tesis del internacionalismo proletario. En 1965, con los contactos extranjeros asegurados, se fundó el MMLM con ocho miembros, entre ellos: Emery Ulloa, Zoilo Ramírez Maldonado, Artemio Taboada, Javier Varela, Roberto Galán Baños, Jesús Ríos, Ignacio Platas y Alberto Ruiz de la Peña. El grupo concibió a la lucha armada como un referente fundamental, adoptó el maoísmo como guía y se inclinó por respaldar a China en la pugna que esta nación tenía con la Unión Soviética. A la vez, se propuso establecer un gobierno democrático popular que acabaría con la dominación imperialista y feudalista en México. Para el logro de este objetivo, se planteó construir un partido revolucionario marxista-leninista de nuevo tipo, que estaría estrechamente vinculado a las masas, mismas que llevarían adelante la guerra popular cercando las ciudades a través del campo.

A la vez, el MMLM cultivó buenas relaciones con organizaciones afines en sus ideas maoístas, como la Liga Comunista Espartaco (LCE), y con algunos disidentes del PCM. El MMLM y la LCE coincidieron en sus planteamientos teóricos e ideológicos, y se comprometieron a realizar actividades conjuntas, sustentadas en el trabajo político y de organización popular, en el intercambio de militantes y en las prácticas de tiro y de acondicionamiento físico en un rancho de Villa Nicolás de Romero, estado de México.

Paralelamente, el MMLM se relacionó con Álvaro Ríos, dirigente de la Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM). Ríos se movía en los marcos de la izquierda campesina de ese tiempo, esto es, promovía organizaciones legales y orientaba a los campesinos en sus problemas de carácter agrario. Sin embargo, él tenía la intención de que algunos cuadros se formasen con una perspectiva de transformación social. Así, se identificó con el MMLM. Desde las oficinas en Ciudad de México de la UGOCM, el agrupamiento maoísta entabló contactos y coordinó su trabajo político entre grupos de campesinos.

De igual forma, el MMLM se vinculó con Javier Fuentes Gutiérrez, ex militante del PCM y promotor de la difusión a gran escala de las Ediciones en Lenguas Extranjeras de Pekín a través de su librería “El Primer Paso” y de la Distribuidora Interamericana de Publicaciones que, como su nombre lo indica, tenía una proyección regional. Mediante Fuentes Gutiérrez los fundadores del MMLM accedían a los impresos maoístas (como folletos, crónicas de viaje, revistas y colecciones editoriales). Viajaron por regiones del norte y sur del país, donde tejieron una red de contactos. Así, sus lectores se multiplicaron y, en poco tiempo erigieron un espacio de encuentro y debate político-intelectual.

Además, los fundadores del MMLM redactaron, imprimieron y difundieron sus materiales partidarios para la educación ideológica y política de sus militantes y de los sectores sociales que consideraban su base de apoyo (principalmente estudiantes, docentes, profesionales y, en menor medida, obreros y campesinos).  Publicaron una gran cantidad de folletos, libros y boletines en los que exponían sus propuestas a la luz de los escritos, pensamientos y citas de Mao.

            Entre septiembre y octubre de 1967, el MMLM envío a una delegación de 11 militantes a la República Popular China. Durante seis meses recibió capacitación política y adiestramiento militar en unidades del Ejército de Liberación Popular chino. A su regreso a México, los militantes del MMLM se encontraron en mejores condiciones para impulsar la guerra popular y creyeron encontrar la oportunidad para tales acciones en los estados de Durango y Veracruz. En esas estaban cuando inicio el movimiento estudiantil de 1968.

            Mediante Raúl Álvarez Garín, dirigente estudiantil del Instituto Politécnico Nacional (IPN), fue como algunos militantes del MMLM se integraron al Consejo Nacional de Huelga (CNH). Aunque no representaron un número significativo dentro de ese organismo, la cercanía con los principales líderes estudiantiles, les permitió participar en iniciativas clave. La participación del MMLM en el movimiento estudiantil, se puede entender en dos sentidos: por una parte, promovió tanto la propaganda del movimiento estudiantil como la de su organización política. Por otra parte, reclutó estudiantes y profesores, para formarlos en una posición revolucionaria, cuyo propósito era continuar la lucha en el campo.

            Sin embargo, el movimiento estudiantil fue masacrado el trágico día 2 de octubre, en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. A los militantes del MMLM los desconcertó que después de la matanza no se desencadenaron protestas de gran impacto. Para ellos dejó de tener sentido trabajar con grupos pequeños en zonas rurales apartadas, debido a que el movimiento estudiantil modificó más que sus proyectos. Cambió su perfil y postulados. Aquellas grandes movilizaciones que abarrotaron las calles de la Ciudad de México con un ambiente juvenil, intenso, vital y hasta festivo, repercutieron en los maoístas del MMLM.

            Ante ello, pensaron en realizar acciones de sabotaje. El objetivo de sus ataques fue el sistema político mexicano. Por ello, detonaron artefactos explosivos en edificios del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de la Central de Trabajadores de México (CTM) y en la puerta de un Juzgado. Sin embargo, cometieron el error de omitir toda referencia a la represión al movimiento estudiantil o cualquier vínculo con el ambiente autoritario que prevalecía en México. Esto fue aprovechado por el gobierno para montar una campaña publicitaria, señalando a los atentados como obra del fascismo internacional. Paralelamente, la Dirección Federal de Seguridad (DFS) comenzó la búsqueda de pistas que llevaran a la captura de los maoístas. Lo consiguió el 8 de mayo de 1969, cuando montó un operativo para capturar a los principales dirigentes de la organización.

Un sector de la militancia encabezado por Ángel Verdugo Beltrán intentó reactivar el proyecto político del MMLM. Para ello, conformó una pequeña delegación de seis militantes que viajó a China. Allí recibió formación política y militar de diciembre de 1969 a mayo de 1970. Cuando el grupo regreso a México, continuó con el activismo en las escuelas, y de acuerdo a sus principios maoístas concentró sus esfuerzos en el trabajo político entre campesinos.

No pasó mucho tiempo para que entendieran que el MMLM había perdido cohesión, dando fin al proyecto revolucionario en 1970, pero no así su legado. En efecto, un grupo de militantes del MMLM que operaba en Durango, erigió el Frente Campesino del Norte (FCN), cuya actividad política fue entre los años 1970 y 1972.Otra derivación fue el Grupo Activista Lucio Cabañas, que operó en el Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Vallejo, de 1972 a 1974. Una tercera influencia se expresó en la fundación del Frente de Activistas Revolucionarios (FAR), que realizó trabajo político y de organización popular en Puebla de 1968 a 1978.


  • Historiador por la UMSNH, becario del CECHIMEX y coordinador del libro Senderos de Lucha. Las izquierdas mexicanas durante la época de la Guerra Fría.

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