CLAUDIA Y TRUMP. ¿QUIÉN MIENTE…?
En la disputa declarativa entre la presidenta mexicana y el electo presidente norteamericano, no hay mucho margen para moverse.
Una dice que no dijo lo que el otro asegura que le dijo y, en sentido contrario, ella niega lo que él asegura haber escuchado por el teléfono.
Y es que, si bien se trata de una disputa entre los dos mandatarios que en pocos días serán socios comerciales, sólo existen tres posibles alternativas de lo que realmente se dijeron y de lo que ocurrió.
Aquí las tres posibilidades.
1.- Miente el presidente norteamericano.
2.- Miente la presidenta mexicana o…
3.- Mienten tanto Claudia Sheinbaum, como Donald Trump.
Lo cierto es que, frente a los antecedentes mentirosos –tanto de la
presidenta mexicana, como del electo mandatario estadounidense–, aquí
creemos que asistimos a una lucha entre las dos personalidades
mentirosas y, por esa razón, los dos personajes acuden, de manera
recurrente, a la misma estratagema de faltar a la verdad.
Es decir, los dos políticos están mintiendo sobre el contenido de lo
que platicaron en su primera y más reciente conversación telefónica.
Pero vamos a la primera hipótesis.
En el supuesto de que hablaran con la verdad –tanto la mexicana
Sheinbaum, como el estadounidense Trump–, en cualquiera de los
extremos ya habrían aceptado revelar el contenido de la conversación
telefónica.
Y entonces la hipótesis nos lleva a otra pregunta.
¿Por qué razón, ninguno de los dos se atreve a publicitar la versión
íntegra de su primera conversación?
¿A qué le temen, tanto la presidenta, como el futuro presidente?
¿Tendría sentido ocultar lo que platicaron, si en los dos casos los jefes
políticos y de Estado, dicen la verdad?
¿Imaginan el golpazo de imagen, para cualquiera de las partes, que
se atreviera a exhibiera que la contraparte faltó a la verdad?
Entonces la única conclusión posible es que, los políticos más
importantes en México y en Estados Unidos –la presidenta y el presidente
de México y EEUU–, no merecen la confianza ciudadana.
¿Por qué? Elemental: ¡Por mentirosos!
Pero vamos a los hechos.
Apenas el pasado miércoles 27 de noviembre del 2024 –a las 3:36
de la tarde–, la presidenta mexicana anunció, en su cuenta de la red social
X, que había sostenido una fructífera conversación telefónica con el
norteamericano presidente electo, Donald Trump.
Así lo dijo: “Tuve una excelente conversación con el presidente
Donald Trump. Abordamos la estrategia mexicana sobre el fenómeno de
la migración y compartí que no están llegando caravanas a la frontera
norte porque son atendidas en México. También hablamos de reforzar la
colaboración en temas de seguridad en el marco de nuestra soberanía y
de la campaña que estamos realizando en el país para prevenir el
consumo de fentanilo”. (FIN DE LA CITA)
A su vez, el electo presidente Trump festejó el intercambio.
Así lo expuso: “Acabo de tener una maravillosa conversación con la
nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo. Ella ha acordado
detener la migración a través de México y hacia los Estados Unidos,
cerrando efectivamente nuestra frontera sur. También hablamos sobre lo
que se puede hacer para detener el masivo flujo de drogas hacia los
Estados Unidos y también el consumo de estas drogas en EE.UU. ¡Fue una
conversación muy productiva!” “FIN DE LA CITA”.
Luego del mensaje de Trump –que la valió a la presidenta mexicana
inmediatas críticas de que “se había doblado” frente al futuro presidente
de EEUU–, la señora Claudia volvió a desmentir al electo presidente
norteamericano.
A las 7:34 de la noche del mismo miércoles 27 de noviembre del 2024, la
presidenta mexicana escribió lo siguiente, en la misma red social: “En
nuestra conversación con el presidente Trump, le expuse la estrategia
integral que ha seguido México para atender el fenómeno migratorio,
respetando los derechos humanos. Gracias a ello se atiende a las personas
migrantes y a las caravanas previo a que lleguen a la frontera. Reiteramos
que la postura de México no es cerrar fronteras sino tender puentes entre
gobiernos y entre los pueblos”. (FIN DE LA CITA)
Por eso, luego del disenso anterior, obliga la pregunta; ¿Quién miente;
quien falta a la verdad?
Si existe un curioso decidido a buscar la historia mentirosa de la
presidenta mexicana y del futuro mandatario norteamericano, sin duda
que llegará a la conclusión de que somos gobernados por los más
mentirosos.
Por eso no queda más que reconocer que en México, somos un país de
cínicos. Claro, además de los cínicos y mentirosos norteamericanos.
Al tiempo.
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