¿QUE PASARA? en el 2012
El Gran Colisionador de Hadrones, GCH (en inglés Large Hadron Collider, LHC) es un acelerador y colisionador de partículas ubicado en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, sigla que corresponde su antiguo nombre en francés: Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire), cerca de Ginebra, en la frontera franco-suiza. Fue diseñado para colisionar haces de hadrones, más exactamente de protones, de hasta 7 TeV de energía, siendo su propósito principal examinar la validez y límites del Modelo Estándar, el cual es actualmente el marco teórico de la física de partículas, del que se conoce su ruptura a niveles de energía altos.
Dentro del colisionador dos haces de protones son acelerados en sentidos opuestos hasta alcanzar el 99,99% de la velocidad de la luz, y se los hace chocar entre sí produciendo altísimas energías (aunque a escalas subatómicas) que permitirían simular algunos eventos ocurridos inmediatamente después del big bang.
El LHC es el acelerador de partículas más grande y energético del mundo.1 Usa el túnel de 27 km de circunferencia creado para el Gran Colisionador de Electrones y Positrones (LEP en inglés) y más de 2000 físicos de 34 países y cientos de universidades y laboratorios han participado en su construcción.
Una vez enfriado hasta su temperatura de funcionamiento, que es de 1,9 K (menos de 2 grados por encima del cero absoluto o −271,15 °C), los primeros haces de partículas fueron inyectados el 1 de agosto de 2008,2 y el primer intento para hacerlos circular por toda la trayectoria del colisionador se produjo el 10 de septiembre del año 2008.3 Aunque las primeras colisiones a alta energía en principio estuvieron previstas para el 21 de octubre de 2008,4 el experimento fue postergado debido a una avería que produjo la fuga del helio líquido que enfría uno de los imanes superconductores.
A fines de 2009 fue vuelto a poner en marcha, y el 30 de noviembre de ese año se convirtió en el acelerador de partículas más potente al conseguir energías de 1,18 TeV en sus haces, superando el récord anterior de 0,98 TeV establecido por el Tevatrón estadounidense.5 El 30 de marzo de 2010 las primeras colisiones de protones del LHC alcanzaron una energía de 7 TeV (al chocar dos haces de 3,5 TeV cada uno) lo que significó un nuevo récord para este tipo de ensayos. El colisionador funcionará a medio rendimiento durante dos años, al cabo de los cuales se proyecta llevarlo a su potencia máxima de 14 TeV.6
Teóricamente se espera que este instrumento permita confirmar la existencia de la partícula conocida como bosón de Higgs, a veces llamada "partícula de Dios"7 o “partícula de la masa”. La observación de esta partícula confirmaría las predicciones y "enlaces perdidos" del Modelo Estándar de la física, pudiéndose explicar cómo las otras partículas elementales adquieren propiedades como la masa.8
Diseño del CMS collaboration.
Verificar la existencia del bosón de Higgs sería un paso significativo en la búsqueda de una teoría de la gran unificación, que pretende relacionar tres de las cuatro fuerzas fundamentales conocidas, quedando fuera de ella únicamente la gravedad. Además este bosón podría explicar por qué la gravedad es tan débil comparada con las otras tres fuerzas. Junto al bosón de Higgs también podrían producirse otras nuevas partículas que fueron predichas teóricamente, y para las que se ha planificado su búsqueda,9 como los strangelets, los micro agujeros negros, el monopolo magnético o las partículas supersimétricas.10
posibles consecuencias
Quienes apoyan la Teoría del Pico del Petróleo dudan que antes de su llegada se hayan podido explotar nuevas fuentes de energía que compensen los efectos del agotamiento del crudo en nuestra vida diaria. Otros creen que la tendencia dominante será la de seguir usando combustibles fósiles como el carbón o el metano y el problema no será tanto la sustitución del petróleo por otros combustibles sino más bien, el del cambio climático. Este punto de vista se basa en que no se puede pretender quemar todas las reservas de crudo existentes sin afectar con ello negativamente al clima de la Tierra. Los efectos sobre el clima según algunos podrían hacerse notar antes que el agotamiento del crudo. Desde esa visión las reservas son irrelevantes. Esto es lo mismo que ocurre con el plutonio, otra fuente de energía (nuclear). El problema en su caso no se refiere a cómo encontrarlo o fabricarlo sino que se relaciona con cómo usarlo de forma segura sin que graves efectos colaterales hagan inútiles sus beneficios energéticos.
solucion
Si se busca “2012” en Internet o se sigue la campaña publicitaria de la película “2012”, que se estrenará en noviembre, pueden encontrarse docenas de libros y páginas web que hacen referencia a la llegada del fin del mundo para ese mismo año.
Numerosas fuentes esotéricas interpretan la finalización del décimotercer ciclo B'ak'tun en la cuenta del calendario maya (que se produciría el 21 de diciembre de 2012) como indicación de que tendrá lugar un cambio importante en el orden mundial, lo que al parecer está provocando que se extienda la paranoia colectiva sobre la llegada del día del Juicio Final.
Hasta tal punto está cundiendo la histeria, que algunos científicos se han visto obligados a salir a la palestra para argumentar que no existe ninguna base científica que respalde esta macabra idea. Por ejemplo, David Morrison, investigador de la NASA ha creado el website Ask an Astrobiologist con la que intenta convencer a la gente de que sus miedos carecen de fundamento.
Por su parte, E.C. Krupp, director del Observatorio Griffith de Los Ángeles, ha declarado que el mundo no se acabará el 21 de diciembre de 2012 en la revista Sky & Telescope.
Una de las supuestas amenazas que se ciernen sobre nuestro planeta es la de que, en 2012, un planeta llamado Nibiru colisionará con la Tierra. Los científicos insisten en que todas esas premoniciones carecen de rigor, y que lo único que hacen es alimentar un fenómeno conocido como “cosmofobia” o miedo al cosmos, que se ceba con las mentes más vulnerables.
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