De cataclismos naturales y profecías mayas ¿cumplidas?
El terremoto de 8.8 grados de Chile ha modificado el eje de la Tierra, moviéndolo unos 8 centímetros, y acortando, según la NASA, los días en 1,26 microsegundos. Y eso sin contar la tragedia humana que ha implicado y que se une a la reciente de Haití.
Europa no está libre de catástrofes naturales: Madeira o Aiguillon-sur-Mer y sus damnificados (muertos y en el ¿mejor? de los casos sólo pérdidas materiales) así lo atestiguan, como consecuencia de una tormenta perfecta. ¿Y España?: Jerez de la Frontera inundada, un socavón enorme en la A-92 que es la autovía que comunica Sevilla con Almería, pueblos anegados, lluvias durante meses que obligan a vaciar pantanos, ríos que crecen peligrosamente, nevadas en zonas donde nunca ocurren, una isla canaria ‘apagada’…
Los más agoreros ya se hacen la temida pregunta: ¿se empieza a cumplir la profecía maya? Sí, esa que dice que el 22 de diciembre de 2012, tras una serie de grandes cataclismos que comenzarían en 2006, la civilización tal y como la conocemos cambiaría. El fin del mundo tal y como lo conocemos (y lo vivimos).
La verdad es que, visto lo visto, es muy sencillo enredarse en la idea de que los mayas tenían razón y que vamos a destrozar el mundo. ¿Cuándo (y dónde) será el próximo terremoto? ¿Dejará de llover de esta forma? (en Sevilla llueve prácticamente ininterrumpidamente desde final de octubre) ¿Qué más nos espera? ¿Pasarán las cosas de forma similar a cómo se mostraba en la película 2012? Y… ¿qué pasará después? ¿Qué será de nosotros?
Según fuentes (seguramente poco fiables) de Internet (ese gran mentiroso, en ocasiones, sin el que no podemos vivir), estos cataclismos coinciden con una alineación planetaria que implica a Júpiter y Urano y que parece ser que viven una especie de conjunción cíclica que se repite cada ‘x’ años: pasó en 1954-55 (en 1954 nevó en Sevilla…igual que en este año 2010), en 1968-69, en 1982-83 y la última en 1997 (curiosamente, en este año se produjo el fenómeno meteorológico El Niño, que también fue devastador). Estas (dudosas) fuentes dicen que no es casualidad que la conjunción planetaria coincida con catástrofes naturales.
El tiempo dirá que ocurre con todo esto: veremos qué nos depara el verano primero y el futuro a medio plazo después. Que aún quedan 2 años para 2012…sólo espero que recapacitemos en lo relativo a nuestra relación con el entorno y no sigamos cabreando a la Madre Naturaleza.
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