Colosio, mi ejemplo a seguir
El México de la actualidad no se entendería sin la figura ni el legado de Luis Donaldo Colosio, a quien hace 17 años una bala le robó la vida, pero nos dejó la esperanza permanente que en su hablar y acciones inspiraba.
Yo tenía 25 años y era secretario del Ayuntamiento de Ecatepec, y cada que escuchaba sus discursos me emocionaba, como a la fecha me sigue pasando cuando recuerdo sus palabras.
El origen humilde de Colosio, quien siempre se enorgulleció de ser parte de la cultura del esfuerzo y no del privilegio, me identifica con él y me motiva para trabajar por un mejor lugar para vivir, para nuestros hijos.
“La tierra no nos fue heredada por nuestros padres, nos fue prestada por nuestros hijos”, decía.
Me identifico con él en que nunca no olvidó de dónde venía uno, y nunca olvidó que eso lo hacía parte fundamental de su ser. Me identifico con la idea del trabajo que alimenta para salir adelante, como lo hicieron mis padres; saber que no existen barreras insuperables cuando nos motiva la convicción de servir a los demás, de trabajar para todos como si fuera por nuestra propia familia.
Al igual que yo, muchos miles de mexicanos recuerdan este día a Colosio, como un hombre que inspiraba por su sencillez, su franqueza, un carisma que sólo él tenía.
“Me apasiona convivir, compartir, escuchar y comprender al pueblo al que pertenezco”, dijo el 6 de marzo de aquel 1994, palabras que suenan en mi cabeza cada vez que salgo de casa para la jornada diaria.
La mejor forma de recordarlo es siguiendo su ejemplo, como se hace en el Estado de México, como lo hacemos en Ecatepec.
Sigamos adelante cada día, para construir ese México que Colosio soñó.
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