Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

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miércoles, 25 de mayo de 2011

Saludo al Origen de los Pueblos Americanos

Saludo al Origen de los Pueblos Americanos

Sección: Congreso Constituyente

Como todas las culturas milenarias de la tierra, los pueblos originarios de América trataron de encontrar la respuesta a los orígenes de la vida. El elemento central del origen fue llamado Ometeotl, la dualidad, es decir, la existencia de contrarios como la esencia de todo lo existente, y el tiempo como ciclos repetitivos que llevaran a cambios profundos después de la aparición de fenómenos extraordinarios relacionados con el universo y sus transformaciones.
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Como todas las culturas milenarias de la tierra, los pueblos originarios de América trataron de encontrar la respuesta a los orígenes de la vida. El elemento central del origen fue llamado Ometeotl, la dualidad, es decir, la existencia de contrarios como la esencia de todo lo existente, y el tiempo como ciclos repetitivos que llevaran a cambios profundos después de la aparición de fenómenos extraordinarios relacionados con el universo y sus transformaciones.


Ometeotl

En el desarrollo de su conocimiento, el método que utilizaron fue el de la observación y el de la experimentación a través de los sentidos para encontrar las respuestas a los comportamientos de la naturaleza y todas sus formas de vida.

El lugar y el movimiento de los astros y su influencia sobre todo lo existente, lo registraron sobre la piedra y el amate. Símbolos y metáforas acumularon el conocimiento de miles y miles de años de experiencia, de observación y de aplicación de lo comprobado. El estudio y el ejercicio de los conocimientos estuvieron organizados por el Estado y lo depositaban en los Quetzalcoatl y los Tezcatlipoca. Títulos que se otorgaban a los hombres que dominaban el conocimiento de la naturaleza y el conocimiento de lo interno de los individuos. Los humanos responsables de ello tenían la enorme responsabilidad de armonizar a los miembros de su comunidad con el ritmo de la creación y encaminarlos para el desarrollo de sus “dones” o cualidades que la naturaleza les ha otorgado.


El Saludo a los Generadores de la Vida y del Universo

Todos y cada uno de los eventos o ceremonias que realizaban, siempre eran precedidos por el saludo a los 4 rumbos de la tierra, al cielo y al centro, dándose las gracias a los principios generadores de la vida simbolizados en “señores y señoras”, la dualidad, con cualidades tan poderosas que nos han permitido estar aquí. La armonía de los pueblos Nahuas y todos los pueblos “americanos” con la naturaleza, se da en las ceremonias de inicio y final. Al dar los saludos, se pide la comprensión y el apoyo de las fuerzas presentes para alcanzar las tareas que se han propuesto como pueblo, como comunidad.

La danza fue una de las manifestaciones humanas para agradecer, saludar y pedir la fuerza necesaria para alcanzar lo que se propone. El rito ceremonial puede iniciar hacia cualesquier rumbo cardinal y a cada rumbo o viento lo acompañan los principios generadores cargados de significados.

Al Viento del Norte, el Mictlanpa, de donde bajaron los antepasados Nahuas, le corresponde el lugar de la memoria, la tierra con su principio generador Mictlanteuctli a cargo del Tezcatlipoca, el del color negro (yayauqui). La Casa de los Ancestros, los que marcaron el camino y los conocimientos acumulados. Lugar del reposo, de la quietud, para después de un tiempo de estar en el origen, en la raíz, de estar en la luz, volver a renacer caminando el pueblo con su identidad y su sentido colectivo.

Al Viento del Sur, el Huitztlanpa, el lugar de las espinas le corresponde a Huitzilopochtli, el “Señor de la voluntad inquebrantable” que los 1 guió hasta llegar y asentarse en el Valle del Anahuac, y alcanzar el poderío Mexica. Honrando al principio generador central de todos los pueblos de la tierra, el agua, representada por Tlaloc y su color azul (xoxouhqui).

Al Viento del Oriente, el Tlahuitztlanpa, la Casa de la Inteligencia, de la Aurora de la mañana, del viento y del color blanco (iztac), a cargo de Quetzalcoatl el que conduce a la armonía y el respeto a toda forma de vida, trayendo paz.

Al Viento del Poniente, el Cihuatlanpa, la Casa de las Mujeres Guerreras, donde se origina el cambio en los seres humanos y en la naturaleza. Donde el fuego es el elemento purificador para vencer nuestros propios defectos y triunfar en el propósito que nos ha sido concedido por los “dadores de la vida”. Su principio generador representado por Xipe Totec a cargo del Tezcatlipoca colorado (tlatlauqui).

Al cielo, Ilhuicatl, el arriba de Tonatiuh el sol, está Xiuhtecuhtli, el señor del fuego precioso, el del calor del universo que se manifiesta en el equilibrio de todo lo que existe.

Al centro, el abajo, la madre tierra, Tonantzin, representada por Coatlicue, la de la falda de energía que produce frutos para dar vida.


El Cauhpohualli. La Cuenta del Tiempo

El calendario mexicano, creado por los antiguos Olmecas y perfeccionado por los Mayas, los Toltecas y otros pueblos “americanos”, es uno de los sistemas más exactos creado por el hombre siguiendo la mecánica natural del universo.

El ciclo solar, el lunar y el de Venus fueron los referentes para conocer y llevar la cuenta del tiempo. Llamaron Xihuitl al año solar de 365.25 días, Xiuhmolpilli al ciclo de 52 años que tardaban las estrellas para regresar otra vez al lugar de donde iniciaron la cuenta (correlación entre rotación, traslación y precesión).


La cuenta Xiuhmolpilli de 52 años con sus 4 portadores: Tochtli (conejo), Acatl carrizo), Tecpatl (obsidiana) y Calli (casa)

La cuenta del Xiuhmolpilli de 52 años se contaba de trece en trece años y a estas trecenas les llamaban Tlalpilli. Cada Tlalpilli era portado por un signo: Tochtli (conejo), Acatl carrizo), Tecpatl (obsidiana) y Calli (casa), que multiplicados 13 por 4 dan 52 años. Un tlalpilli se inicia con 1 Tochtli, 2 Acatl, 3 Tecpatl, 4 Calli, 5 Tochtli sucesivamente hasta terminar con 13 Tochtli; continuando con 1 Acatl, 2 Tecpatl, 3 Calli, 4 Tochtli, 5 Acatl, terminando con 13 Acatl, y así con 1 Tecpatl hasta terminar con 13 Tecpatl, al igual que con Calli llegando a 52 años, para luego continuar otra vez con 1 Tochtli.

A los “meses” de veinte días, los llamaban Cenpohualilhuitl y llegaban a 18 para un total de 360 días más 5 días y cuarto llamados Nemontemi. Los nombres asignados a cada una de las veintenas van de acuerdo con los cambios de la naturaleza: la siembra del maíz, la fuerza del sol, las fiestas y ceremonias dedicadas a la vida y a la muerte, el comportamiento del agua y otros.

Al día le llamaron ilhuitl, compuesto de dos periodos: la noche yohualli, la del silencio, la oscuridad, el frío y la quietud; el día tonalli que es el de la actividad, el calor, el sonido y la actividad. Los nombres de los días de una veintena fueron tomados de la naturaleza, ya sea animales, vegetales, objetos construidos por el hombre, abstracciones de la vida, elementos de la naturaleza y la flor como coronación de un proceso.

El tlalpilli o trecena que vivimos es de Tecpatl, y el año, 2008, es 9 Tecpatl. En la cuenta de 52 años es el año número 34. Este año Tecpatl, por ser obsidiana, está relacionado con la inteligencia, la luz que brota de las ideas como chispas de la mente humana. Se interpreta como curiosidad que se transforma en metódica y que hace incisiones hasta llegar al fondo de la estructura de algo, llegando a su esencia original, es decir, al conocimiento profundo. También Tecpatl representa a Ehecatl en tiempo de frío para decir que el viento es cortante y lastima nuestra piel.

El 9, dentro de la filosofía mexica-mixteca, representa la centralidad y está relacionado con el viento y con la lluvia como dadores de las condiciones para que florezca la vida. El acompañante de este número es Quetzalcóatl, la serpiente hermosa de la energía que produce la vida. El ave acompañante es el hueyxolotl, “el guajolote” que representa el pavoneo mal fundado que se infla con la importancia personal. Sin embargo, con un trabajo constante para lograr un espíritu de servicio, armónico, de integridad, sencillez y transparencia se transforma en algo precioso como el jade.

Lo que hoy divide al año solar en doce meses, los antiguos lo dividían en 18 meses de veinte días más un período de cinco días y cuarto. El inicio de año era el 12 de marzo y según su cuenta este empezaba o las 6:43 horas los años Tochtli (conejo), a las 12:43 horas los años Acatl (carrizo), a las 18:43 los años Tecpatl (pedernal) y a las 0:43 horas los años Calli (casa).

La décima veintena de Xocotl Huetzi corre del 7 al 26 del mes de septiembre del calendario actual y quiere decir la caída de los frutos cuando están maduros. Con ello se recordaba que era el momento de cosechar las mazorcas de maíz. La fiesta se dedicaba al Ilhuicatl, el cielo. Lugar de la energía dual, el Omeyohcan, principio generador, la casa primera, el orden del universo, que se representaba con Xiuhteuctli, el Señor de la Energía, el del calor celeste, que con su fuerza engendra en la tierra todo lo viviente. Representa la justicia, la centralidad, la rectitud y la honestidad.


Fiesta del mes Xocotl Huetzi que corre del 7 al 26 de septiembre.

Los días 13 y 14 de septiembre corresponden en el calendario Mexica a 11 Miquiztli, 12 Mazatl y 13 Tochtli. Abarca tres días antiguos porque el día 11 Miquiztli empezó el viernes 12 de septiembre a las 18:43 horas y el 12 Mazatl que inicia a las 18:44 horas del día sábado 13 de septiembre termina a las 18:43 horas del domingo 14 de septiembre, dando inicio al 13 Tochtli. El nombre de los días mexica estaba relacionado con la naturaleza: Miquiztli o muerte, significa la muerte vista como una transformación después de un periodo de reposo. Siempre en la naturaleza hay un lapso de quietud antes de una nueva manifestación de vida. En los seres humanos significa el recogimiento, la revaloración y el reposo. La reflexión que invita a complementar las cosas hechas y las que aún hay por hacer. Mazatl o venado, es un símbolo relacionado con el sol, con el calor y el fuego. Representa la percepción e intuición de lo que sucede en su entorno. Es inquieto y gozoso de la naturaleza y la vida. Tochtli o conejo, se asocia con la luna. Causante de la energía que regula los ciclos de reproducción de los seres vivos. Se le miraba como un símbolo del placer y de la armonía. De los nacidos en tochtli se dice que pueden enfocar su fecundidad hacia la creatividad intelectual con ideas siempre innovadoras o muy dadas a gozar las cosas placenteras de la vida, debiendo tener cuidado con los excesos.


El Tonalpohualli. La Cuenta del Destino

Los números utilizados por los antiguos para llevar su cuenta armónica entre el año solar y los ciclos humanos influenciados por los astros a lo largo de 260 días (Tonalpohualli) giraba en cuentas del número 1 al número 13. Cada trecena era identificada con cada uno de los veinte días del “mes” mexica. La primera trecena iniciaba con Ce Cipactli (1 caimán) y al término de los 260 días volvía a iniciarse con el primer signo llamado Cipactli (lagarto, caimán, cocodrilo), aunque solamente volvía a caer en Ce Cipactli hasta pasar trece años. El calendario solar (Xiuhmolpilli) estaba engranado con el calendario del destino (Tonalpohualli) de tal forma que hasta después de 52 años volvían a estar al parejo los dos calendarios para iniciar las “cuentas” el día Ce Cipactli, de la veintena Atlacahualo, del año Ce Tochtli, del Tlalpilli Tochtli.

Curiosamente o científicamente transcurren 13 periodos lunares en un año solar. Son 13 para los mexicas los periodos que dan origen al universo desde su inicio hasta la creación de la vida. Por ello son 13 los cielos que nos cubren dando origen a los 13 principios generadores que acompañan y dan cualidades a los seres humanos bajo la luz del día y por la noche al disminuir el calor son 9 los principios generadores con otras cualidades, (el “inframundo” según especialistas).

De tal manera que los principios generadores, mal llamados “dioses”, que hoy nos acompañan en los días 11 Miquiztli, 12 Mazatl y 13 Tochtli, no vuelven a coincidir hasta dentro de 52 años y estos son: por el 11 Miquiztli, Tepeyolotli “el señor del monte”, el jaguar, el que desarrolla la capacidad del conocimiento interno por la noche y que lo tenían como buen augurio y, Yohualteuctli “el señor de la noche”, en pleno día, que nos da la posibilidad de trasladarnos a otros lugares mediante el sueño y que como número 11 tiene un simbolismo en la evolución, es un descanso en el proceso de transformación para continuar el camino ascendente de la espiral de la vida, del tiempo, lo acompaña el ave chiconquetzalli, “la guacamaya” como forma de decir que aunque “bien vestidos” se puede pasar el tiempo sin hacer nada importante, ya que le gusta parlotear porque tiene una gran facilidad de palabra pero contrariamente es muy introvertida, no le gusta hablar de sus propias cosas; entrando por la noche al 12 Mazatl (13 de septiembre) a la influencia de Tlaloc, el señor de la lluvia, el que lleva a un mayor perfeccionamiento, a una mayor capacidad de análisis y a una percepción más amplia de lo que sucede y de lo que se propone y, amaneciendo el domingo 14 de septiembre con Tlahuizcalpanteuctli, “ el señor de la alborada”, el de la luminosidad propia, el que da confianza y que sirve de luz-guía a las personas y que forma parte de la ciencia de los Quetzalcoatl cuyo objeto es dar claridad y; terminando después de las 18:43 horas del domingo, se entrará al día 13 Tochtli cuyo acompañante nocturno será Xiuhteuchtli, el de la energía primera, el de la centralidad, de la rectitud y de la honestidad. Que al combinarse con el número 13 en los seres humanos, se manifiesta entretejiendo la vida, “empresa” y objetivos, con la de los todos seres vivientes respetando a todo lo existente.


Atlacuihuayan (Tacubaya), México,
13 Cuauhtli in Tlaxochimaco in 9 Tecpatl. 01/08/08, 8 Quiauitl
S. Ibarra V.


Bibliografía

Hueyi Tlalnamic Tonalamatl. 2008 - 2009. Agenda editada por el Centro de Estudios Antropológicos Ce Acatl, A.C., México, D. F.
León Portilla, Miguel. La Filosofía Nahuatl. Instituto de Investigaciones Históricas. Ed. UNAM. México, 1974.
Los Danzantes del Anahuac: Identidad y Cultura. Talleres de Investigación Sociológica. 1999-2001. FCPyS, Ed. UNAM.
Meza Gutiérrez, Arturo. Cauhpohualli: Cómputo del Tiempo Azteca y su Correlación Actual. Ed. Asociación Anahuacayotl de Tlaxcalancingo, A. C., Tlaxcalancingo, Puebla. 1999.
Wood Cano, David. Fundamentos Astronómicos del Tonalpohualli. Ed. Facsimilar.

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