CONTRARREVOLUCIÓN Y REVOLUCIÓN
Después de cinco meses de brutales bombardeos de la OTAN, al fin, los llamados “rebeldes” entraron a Trípoli. Sin embargo, cuando escribimos esta nota, la resistencia de los leales al gobierno del Cnl. Gadafi continúa, demostrando que hay algo más que una lealtad impuesta por el miedo o una lealtad compulsiva. Gadafi mismo ha lanzado comunicados señalando que sigue combatiendo y llamando a expulsar a los invasores. La ONU aprobó a mediados de marzo - con la inexplicable tolerancia de Rusia y China - una resolución de “exclusión aérea” contra Libia, bajo el pretexto de proteger a la población civil de los ataques del ejército regular, comandado por Gadafi. En ese momento en Bengasi hubo voces, después totalmente acalladas, que rechazaban la intervención extranjera y afirmaban tener “la suficiente fuerza para arreglar cuentas con Gadafi”, sin la ayuda de nadie. Sin embargo, la OTAN, con una completa arbitrariedad comenzó a bombardear, sobre todo a Trípoli, en la intención de asesinar a Gadafi y aplastar la resistencia contra la OTAN. Ésta ha provocado miles de muertos e inmensos daños a la población civil.
Gadafi ha dicho que resistirá hasta la muerte o la victoria. Aunque es una personalidad controvertida y que ha mostrado varias facetas de su personalidad, estamos convencidos que su disposición es absolutamente real. Musulmán, como es, cree en el martirio y así pasará a la historia. Sólo que hay que decir claramente que será un mártir de la ambición, de la angurria de petróleo de los EUA y los países europeos. Un representante al Congreso estadounidense, Ed. Markey, ha dicho con espeluznante franqueza: “bueno, estamos en Libia por su petróleo”. En efecto ya preparan reuniones de la UE y EUA, “la coalición libertadora”, para sacar su pedazo de la torta. Una vergüenza en pleno siglo XXI.
Es que hay entender que el miedo imperialista a los cambios progresistas, su afán de tener reservas, sobre todo energéticas y su sofocante crisis sistémica, está llevando a EUA y sus aliados a desembocar en actos bárbaros, criminales. El capitalismo/imperialismo está acosado por todos lados. Los gobiernos proclives a él, como el de Chile está tambaleando frente a la movilización de las masas, firme, contundente y que cuestiona el modelo capitalista mismo. Analizando con precisión los acontecimientos de Chile son algo más que un paro de protesta o una reivindicación salarial. Se han convertido en un verdadero cuestionamiento al sistema capitalista en su forma neoliberal. Comenzó el 2008, con la resistencia de los estudiantes al modelo educacional del pinochetismo, que lo privatizó todo. La educación hoy, en Chile, cuesta. La resistencia fue in crescendo y ganando apoyo, hasta llegar a la huelga general nacional de 48 horas organizada por la propia Central Unitaria de Trabajadores (CUTCH) con los estudiantes y maestros. Ahora está en cuestión al neoliberalismo que desmanteló los derechos y beneficios de los trabajadores. Esto es un planteamiento revolucionario, lo de Libia es una invasión contrarrevolucionaria de la OTAN. La lucha de clases continúa y no cesará hasta la superación histórica del capitalismo/imperialismo.
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