¡Pobre Libia. Pobre África! LO QUE LES ESPERA AUN..
Las noticias que los medios trasmiten sobre la situación en Libia y en particular en Trípoli no pueden ser más dramáticas.
Durante seis meses y ante un virtual silencio de muchos, se desarrollo una de las más vergonzosas intervenciones de varios países europeos, coordinados por EEUU.
En esta oportunidad el imperialismo yanqui prefirió mantenerse en un segundo plano, pese a que el Centro de coordinación logística de las incursiones y despliegue armamentístico de la OTAN , lo dirigía EEUU desde bases en el territorio alemán y desde la Sexta flota en el Mediterráneo.
Una agresión militar de esas características, tiene el sello de estos tiempos.
En el siglo XIX y principios del XX la ocupación colonial o la represión de las revueltas de los colonizados, se justificaba por la necesidad “de llevar los frutos de la civilización a países atrasados y bárbaros”.
Eso es lo que sostenían los representantes de los partidos burgueses europeos.
¿Y que decían los partidos de la “socialdemocracia “de ese entonces, de esa expoliación de los países pobres y “atrasados”?
A principios del siglo pasado Ho Chi Minh, a la sazón estudiante en Paris y ya con inquietudes acerca de la necesidad de liberar a su país de la ocupación francesa, se acerco a los socialistas franceses.
Parecían a primera vista atrayentes sus discursos sobre la igualdad, la situación de los trabajadores, la redención de su situación de explotación, etc. Cuando Ho Chi Minh les pregunto cual era su posición sobre el hecho de la ocupación colonial y la necesidad de ayudar a los vietnamitas, le dijeron que a ellos solo les preocupaba la situación de los trabajadores, tanto en Francia, como en las colonias y no el hecho colonial en si.
Solo los comunistas en ese entonces tuvieron una posición clara en contra del colonialismo, de enfrentar a su propia burguesía y ayudar a la lucha de liberación de las colonias “Es fundamentalmente por eso que me hice comunista y me afilie e la Internacional Roja " concluyo Ho Chi Minh.
Esto viene a colación, acerca de lo que esta pasando hoy. Ha cambiado el libreto. Ahora la intervención la van preparando poco a poco.
La primera agresión es la mediática
Se empieza durante semanas, meses y aun años, una operación en todos los medios mundiales, para convencer a la mayor parte de la opinión mundial, que el régimen de tal o cual país “viola los Derechos Humanos”.
Por supuesto la campaña se centra en aquellos que de alguna manera molestan, en el“nuevo orden imperial” dirigido por EEUU y el “imperialismo colectivo” (al decir de Claudio Katz) que esta potencia comanda.
A los que son fieles aliados, como Arabia Saudita (donde hay una monarquía absoluta, sin parlamento y violaciones de todo tipo de DDHH) no se les molesta lo mas mínimo.
Al contrario hay de hecho una coalición entre Israel. Arabia, los países del Consejo de Cooperación del Golfo (vasallos saudíes) y los EEUU, que es el verdadero “club de la contrarrevolución” en el Medio Oriente. Esto es muy importante para entender lo que esta pasando en Libia.
Frente a este hecho, es banal discutir si Gadafi o Assad en Siria son autócratas o progresistas agredidos (según el cristal que cada uno quiera mirarlos).
Si hacemos de este punto el centro de la cuestión, entonces estamos haciéndole involuntariamente el juego a los EEUU y los agresores.
De alguna manera estaríamos brindándole un margen de credibilidad al “argumento humanitario”.
Porque también, los juicios que se hacen en este terreno, se basan en lo que las grandes agencias nos muestran a través de imágenes, informaciones o análisis gruesamente distorsionados.
Un ejemplo son los “miles de victimas “de la represión gaddafista contra los manifestantes. Hace poco una enviada de la Unión Europea dijo que en realidad no superaban el centenar No se trata de justificar a Gadafi, sino resaltar la manipulación grosera de la verdad con fines utilitarios. Por supuesto, no se hizo ninguna mención a tal informe, ni se modifico la letanía de los grandes medios.
Ya brindamos nuestra opinión en un artículo sobre Libia al comienzo de las primeras manifestaciones acerca del régimen de Gadafi y su “Revolución verde”.
“Señalábamos como después de un periodo mas o menos “nacionalista “y “antiimperialista” que fue desde 1969 (año en que llega al poder) hasta la cercanía de los 90, comienza con posterioridad un giro a Occidente.
Primero se reconcilia con los EEUU y les entrega a los presuntos responsables del atentado de Lockerbie (voladura con explosivos de un avión civil con numerosas victimas). Luego comienza a cortejar además a los países europeos. Firma acuerdos con los Estados y empresas petroleras como la ENI italiana, las francesas, inglesas, chinas, norteamericanas, etc. y les entrega la explotación de pozos de petróleo.
Se aleja de la OLP , con la que entra en conflicto. También se incluye en este periodo su conflicto con Hamas por la desaparición del Trípoli de un jefe de esta organización.
Antes de ese giro, su apoyo a la revolución iraní contra el régimen del Sha, le provoco el odio mortal del régimen Saudita.
Todo este viraje a la derecha lo detallamos porque sirve para dos cosas: Por un lado explicar como el imperialismo pudo aprovechar, no solo las debilidades implícitas del sistema instituido por Gadafi, sino también su propio acercamiento a Occidente.
Se repite en cierto modo la historia de Saddam Hussein: ellos mismos tejieron la soga que los iba a terminar ahorcando.
Todos los jefes militares, economistas, tecnócratas y diplomáticos, que desertaron de su régimen, son los que ascendieron (y se enriquecieron) en el periodo de “acercamiento a Occidente” capitalista. Vieron para donde soplaba el viento y ofrecieron sus servicios a la trama de la rebelión.
Aun a pesar de este giro neoliberal, los observadores y la gente que ha estado en Libia señalan que este país no presentaba, ni de cerca, los niveles de pobreza de otros países del Medio Oriente, como el caso de Egipto Es evidente que había un gran sector de la población adicto al régimen y otro sector que estaba en contra desde hace mucho tiempo También es cierto que las declaraciones megalomaniacas que hacia a veces el líder no lo hacían muy defendible, pero eso mas bien pesaba para afuera del país.
También es evidente el asunto del nepotismo, con relación a los hijos y a la vida rumbosa y frívola de algunos de ellos, sus fortunas personales, etc.
Cuando empezaron las primeras protestas (mucho menos masivas, que en Egipto o Túnez, bastaba mirar las imágenes de la TV ) muchas organizaciones de izquierda de Europa y América Latina imaginaron una “nueva revolución árabe”.
Al poco tiempo, vemos que algunos de los “manifestantes “exhibían fusiles ametralladores y un tiempo mas, ya les veíamos manejando armas antiaéreas, lanzacohetes y hasta cañones.
Algo no encajaba bien, a poco que se pensara. ¿Desde cuando una revolución popular transita tan rápido a un armamento de este tipo?
Pronto, las manifestaciones cesan y se crea un escenario de guerra civil en Bengasi toma forma un Comité Nacional de Transición y desde ahí comienza irradiar la rebelión
¿Pero por que en Bengasi?
Libia es un Estado de reciente y frágil constitución En realidad la ocupación italiana, durante la Segunda Guerra Mundial, estimuló la división del país en tres zonas Cirenaica (Bengasi), Tripolitania (Trípoli) y Fezzan (tierras altas, beréberes, etc.)
A cada una de las zonas correspondió un predominio de determinadas tribus. Así cuando se unificó formalmente Libia se instalo la monarquía en la persona del rey Idris Senussi (su apellido indicaba su pertenencia a la tribu Senussi, predominante en Bengasi) este se apoyó en su tribu y desarrollo un gobierno entreguista de los recursos petroleros, hasta que fue derrocado por un joven oficial llamado Muammar Gadafi.
Los análisis corrientes provenientes de fuentes de izquierda, sobre todo europea, pasan por alto estas cosas, incurriendo en lo que se puede llamar “reduccionismo clasista”. Subestiman o desconocen el peso en un Estado mal integrado, de los antagonismos tribales. Desconocen las complejidades de la política del Medio Oriente, donde hay múltiples actores (aparte del imperialismo europeo y norteamericano) que intervienen en múltiples escenarios, sobre la base de grandes líneas étnico religiosas.
No se trata de cuestionar un verdadero análisis de clase, que tome en cuenta el peso de todos estos factores. Muchas veces hay un desconocimiento, subestimación o concepciones ideológicas que hacen “ver” en determinados procesos, cosas que solo existen en las cabezas de los que escriben tales artículos.
Así fue que se quiso ver en la rebelión, poco menos que una reedición de un “nuevo octubre” “una revolución democrática donde luchaban codo con codo jóvenes pequeño- burgueses y trabajadores, con una real potencialidad socialista”.
Cuando la OTAN, comenzó los bombardeos “humanitarios” para proteger civiles, los defensores de esa posición comenzaron a verse en figurillas, para explicar como un movimiento “revolucionario” era apoyado con bombardeos, ni más ni menos, que por la OTAN y el imperialismo yanqui.
Algunos como Ignacio Ramonet, de Le Monde Diplomatique, no se inmutaron, pues han apoyado los bombardeos de la OTAN , tragándose el “argumento humanitario”, al menos cuando los mismos se iniciaron.
Entonces se pronunciaron en contra de los bombardeos y se apresuraron a decir que los rebeldes no solo no lo precisaban, sino que lo repudiaban.
Pero cuando se constituyó el gobierno del CNT, con sede en Bengasi y se comenzó a saber que en su composición entraban monárquicos, ex –oficiales desertores del régimen de Gadafi (como el propio comandante en Jefe de las fuerzas rebeldes, asesinado hace pocos días, por una fracción del propio campo rebelde), personalidades vinculadas a la CIA y también yihadistas, vinculados a Al Qaeda y al régimen de Arabia Saudita y ningún “izquierdista” que digamos, dijeron que ese Comité no representaba la “verdadera composición de la Revolución ”
Ello pese a la evidencia del peso de jefatura del mismo, de su pronto reconocimiento por Francia primero y otros países europeos después, del reconocimiento del régimen infame de Arabia Saudita (vaya progresismo con semejantes aliados). Qatar, país socio y satélite de Arabia, se sumo enviando aviones a bombardear y seguramente también dinero y armas para los rebeldes.
Pronto y a medida que el conflicto avanzó se hizo evidente que ya no solo los dirigentes, sino también los combatientes aparecían pidiendo “bombardeos más efectivos de la OTAN ” “ La OTAN no nos ayuda bien, no bombardean con efectividad a las fuerzas militares de Gadafi “, entre otras expresiones frecuentes.
En EEUU se generó cierta alarma cuando se “descubrió” que el armamento que se les estaba suministrando a los rebeldes con base al dinero confiscado al Estado Libio y depositado en Bancos europeos y americanos iba a parar a grupos vinculados a Al Qaeda(¡qué ingenuo era este Gadafi!, que ingenuos ¿o entreguistas? son los que ponen las reservas en la boca del lobo! Como el caso de Uruguay).
Pero eso no les importo.
Total, lo importante era derrocar a Gadafi.
Había que castigarlo porque no había entregado el petróleo en la escala total que ellos querían.
Además había cometido el atrevimiento de negarse a integrar el Club del Mediterráneo (proyecto de integración de las Armadas de los países norteafricanos a la OTAN ), porque se oponía a la AFRICOM (la prolongación de la OTAN en África)
Había manifestado en las reuniones de la Organización de Unidad Africana la disposición de poner las cuantiosas reservas libias de 160 mil millones de dólares, al servicio de la constitución de un Banco Africano, que sacara al continente de la égida del FMI y el Banco Mundial.
En el sur de Libia hay una de las principales reservas de agua de África. El régimen había avanzado en costosas obras para extraer a gran profundidad agua dulce para uso humano y regadío. Se hicieron acueductos, que llevaban agua tanto a Trípoli, como Bengasi.
O sea que había muchos motivos para deponer a Gadafi.
Por lo tanto, no tiene asidero el argumento de que la intervención solo se hizo para parar “el ascenso de las rebeliones en el mundo árabe”.
Es cierto que también ese era el objetivo
Pero no como lo presentaban ciertos análisis de algunos izquierdistas europeos y latinoamericanos, para “ adelantarse" a los revolucionarios libios, montarse a su revolución y (deponiendo a Gadafi) poner un régimen totalmente adicto.
En realidad, no existían ni existen en Libia esos “revolucionarios” con que soñó esta izquierda.
El mensaje era dirigido a los egipcios, tunecinos, palestinos, yemeníes, etc. y se puede resumir en esta formulación:
“Si Uds. luchan por la democracia, al estilo de Occidente puede que los estimulemos y los apoyemos, sobre todo cuando decidamos que algunos “palos podridos” deban ser cambiados”
“Pero no se les ocurra ni por asomo soñar con afectar nuestros intereses económicos, nuestras inversiones y nuestro dominio y menos aun plantear cualquier rumbo al socialismo Si hacen eso, desataremos contra Uds. la campaña más furibunda de demonización y a continuación los atacaremos, igual que le sucedió a Libia”
Tomemos muy en cuenta ese siniestro mensaje.
Pobre Libia, si le espera lo que ya esta sufriendo Irak...
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