Respuesta del islam a los desafíos de nuestro tiempo *
La liberación de la mujer es correlativa al nacimiento del islam
Sheij Soubhi Saleh
Entrevista
Saleh:"La liberación de la mujer es correlativa al nacimiento del islam". "Las costumbres y tradiciones han pesado durante mucho tiempo sobre la situación de la mujer. Incluso hoy, a pesar de que las legislaciones más avanzadas en algunos países, admiten la igualdad de la mujer con el hombre, la sujeción de la mujer no ha sido aún eliminada.
¿A qué se debe?
Saleh : "Los sucesores del profeta que tenían la responsabilidad de transmitir el mensaje del Corán, no han considerado bien el sacudir el pesado legado que lleva la mujer sobre sus espaldas. A ejemplo de otras sociedades humanas, la sociedad islámica ha estado dominada por el hombre, y ha sido construida a su imagen.
¿Está por consiguiente, separada del espíritu del islam?
Saleh : "Del espíritu y la letra del Corán. El período de decadencia que ha seguido a los primeros siglos de luz ha sido enraizándose en costumbres y tradiciones que el islam sólo puede rechazar".
¿Cuáles podrían ser algunos de los motivos de esta decadencia?
Saleh : "Toda sociedad dividida contra ella misma, tarde o temprano se conduce hacia su perdición. Relegando a la mujer a un papel subalterno, la sociedad islámica no hace más que acelerar su propia decadencia."
"La comunidad islámica, según la visión coránica, viene a ser como una democracia perfecta, donde toda forma de feudalismo u otras instituciones opresivas son excluidas. Si el feudalismo es un hecho en numerosas comunidades islámicas, se debe en gran parte a la colonización occidental, que las ha mantenido en sus estructuras inhumanas y que, la era de independencia actual, aún no las ha liberado".
¿Tiene derecho la mujer casada a trabajar sin la autorización del marido? ¿Puede acceder a todos los oficios?
Saleh: "Todos los oficios y funciones sin ninguna excepción y sin la autorización de nadie. La mujer casada guarda sus bienes personales e incluso su nombre de soltera. Puede ejercer el comercio en su propio nombre y aspirar a los más altos cargos, políticos o espirituales".
¿Espiritual? ¿Puede ser mufti?
Saleh: "Nada se opone a eso. Puede que un día lo veamos. La apuesta no es fácil. Es penoso constatar que se piensa actualmente que ciertos ámbitos están reservados exclusivamente a los hombres y que las mujeres no pueden ser admitidas en ellos, aún reuniendo todos los requisitos. Sí; hay fortalezas inexpugnables para la mujer, todavía por algún tiempo. No serán reducidas más que con una lucha encarnizada y perseverante.
"Los hombres tendrán su parte de lo que hayan adquirido y las mujeres tendrán su parte de lo que hayan adquirido" (4,32)
"Cuando obráis, no dejo ninguna de vuestras acciones producirse en vano, sin distinguiros a unos de otros, seáis hombre o mujeres" (3,195)
Si la mujer es libre de trabajar, ¿cómo conciliar esta libertad con sus responsabilidades de esposa y sobretodo, de madre de familia? ¿es libre para tener hijos o limitar su número?
Saleh: El matrimonio es una asociación de libertades, así pues, es natural que los cónyuges se entiendan, y se pongan de mutuo acuerdo sobre la organización de la vida del hogar. Se ha relegado demasiado tiempo a la mujer a la función de incubadora. Ella no es, ni un objeto sexual ni una máquina de reproducir la especie. Es antes que nada, compañera, como el hombre es compañero. Es la pareja, libremente, quien debe decidir su voluntad, tanto de la progenitura como de la armonía sexual.
¿Y los crímenes de honor en los que son víctimas las mujeres adúlteras o miembros femeninos de la familia por "mala conducta", los cuales se multiplican, constituyendo un síntoma peligroso respecto al prestigio de la mujer en la sociedad? Estos crímenes —nosotros lo sabemos— se amparan en el beneficio de "circunstancias atenuantes". ¿Se pueden justificar crímenes semejantes?
Saleh: Todo lo contrario, hay que condenarlos severamente. Nada los justifica, sino el estado decadente de las costumbres de algunos estratos sociales de la población. Son crímenes de derecho común, con los que la justicia debe ser implacable. El honor no tiene nada que ver con estos delitos. Es más bien un deshonor para la sociedad el tolerarlos. Para poder extirpar esta mentalidad odiosa que empuja al crimen, me inclinaría en una primera etapa hacia una agravación de penas".
Es desolador constatar hasta qué grado la práctica es a menudo contraria a la enseñanza coránica. Esto es particularmente flagrante en el tema de la mujer, tanto que todos los textos sagrados que le conciernen, forman una especie de código moral o de "buena conducta" en la que el hombre debe ceder en sus relaciones con la mujer.
Saleh: "La igualdad es la ley: ‘Las mujeres y los hombres son hermanas y hermanos’. (Hadiz relatado por Ahmad).
"La sociedad islámica después de la Hégira, no ha evolucionado siempre en el sentido deseado. No hemos visto en nuestros días una sociedad establecida en algún país islámico según los principios que preconizan mis respuestas. Queda mucho por hacer. Es cierto que hay un gran decálogo histórico que recuperar".
"El islam tiene un papel importante que jugar en la marcha del mundo hacia el bienestar y el progreso. Es mi deber recordarlo. En mi calidad de musulmán he de testimoniar. La vocación esencial del islam es dar testimonio".
"La importancia de la ética en el islam pasa por delante de los textos legislativos".
Notas:
* Cap. 15 "La Femme musulmane"
1 Doctor en Letras por la Universidad de la Sorbone. Uléma de la Universidad de al-Azhar. Miembro de la Academia Árabe del Cairo. Director de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de Líbano.
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