La islamofobia: el Plan perfecto de Allah (swt)
¡Oh, Muhammad! Ante todo, elige perdonar, ordena el bien y apártate de quienes se comportan contigo en forma ignorante. (Qurân, 7:199).
05/10/2012 - Autor: Reina Mora
islamofobia muhammad quran
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La islamofobia: una prueba de Allah (swt)Dijo el Mensajero de Allah : "Allah es bondadoso y ama la bondad en todos los asuntos; y recompensa a las personas por su bondad, a la vez que desprecia la violencia". (Muslim 2593).
Si eres maltratado responde con una buena actitud. (Qur’ân, 7:199).
El islam, la religión "enferma"
No hace falta pensar, ni siquiera informarse, está todo claro. Existe una religión retrógrada, misógina y violenta: el islam. Se trata de un arma de destrucción masiva compartida por un billón de personas que se presentan al mundo en una de las últimas portadas de la revista Newsweek tal y como son: (musulmanes) peligrosos, amenazantes y salvajes.
Por si acaso no leemos la revista Newsweek, la plataforma American Freedom Defense Initiative inició una campaña publicitaria en los autobuses de San Francisco que ahora llega al metro de Nueva York con el siguiente lema: “In any war between the civilized man and the savage, support the civilized man. Support Israel. Defeat Jihad”. (“En cualquier guerra entre el hombre civilizado y el salvaje, apoya al hombre civilizado. Apoya a Israel. Derrota la Jihad”).
La verdad es que resulta enternecedor, un país con la bomba atómica, el mejor servicio secreto del mundo y uno de los mayores ejércitos de Oriente Próximo mendigando apoyo en el metro de Nueva York en contra de los musulmanes. Los halcones (israelíes) convertidos en gorriones por la amenazante Jihad.
No seré yo quien defienda a los palestinos ni denuncie el robo de sus tierras, el asesinato de sus gentes, la aniquilación de su historia. Son musulmanes. No tienen defensa, sus nombres les señalan, su religión les acusa. Son culpables. Y además, como dicen los civilizados israelíes, salvajes. Por eso mismo, ni los defiendo yo, ni tampoco la ONU.
¿Cómo han caído tan bajo?
(Es evidente que me refiero a los musulmanes, los israelíes nunca se caen, están bien agarrados a su aliado estadounidense).
El infierno de la identidad
Desde hace varias décadas el islam ha dejado de ser el camino hacia Allah (swt) y parece haberse convertido para algunos en una trinchera identitaria defensiva. ¡Soy musulmán/a! gritaron frente a la ocupación francesa, británica, estadounidense o israelí, olvidando que también eran egipcios, afganos, iraquíes, argelinos...
Y mientras el viento de la historia iba silenciando sus gritos frente a los colonizadores, el infierno de la identidad tentaba al musulmán con la ficción de ser suni, shia, sufi, wahabi, salafi, salafi-literalista, conservador, fundamentalista, yihadista, islamista… otorgándole, como corrección a su orfandad política, una identidad que fomenta la exageración y el extremismo religioso y le permite realizar esa ansiada autoafirmación frente a una convulsa y amenazante globalización.
El Profeta (la paz esté con él) dijo:
“Tengan cuidado y aléjense de los extremismos en la religión, ya que la única cosa que destrozó a los que vinieron antes que ustedes fue la exageración en la religión”. (Sahíh ibn Hibán).
Este extremismo concluye en una teatralidad finalmente trágica, como hemos visto recientemente en la reacción de algunos musulmanes a la película “Inocencia de los musulmanes”, o en una sangrienta automutilación como observamos en Iraq, Afganistán, Mali...
La primera victoria de esa confusión identitaria fue quizá el secuestro de la revolución iraní por unos ambiciosos clérigos muy alejados del carácter compasivo de Muhammad (sas) y en contradicción con la voluntad de Allâh (swt):
El Profeta dijo: "Las cosas más amadas para Allah son las que adoptan un camino intermedio y moderado". (Al-‘Ayluni, en su libro Kashf al-jafa 1/391).
La islamofobia: El plan perfecto de Allah (swt)
Las únicas caricaturas que he visto estos días son esos musulmanes asaltando embajadas, quemando consulados y asesinando a personas inocentes para, supuestamente, defender al Profeta de Allah (swt).
¡Oh, Muhammad! Ante todo, elige perdonar, ordena el bien y apártate de quienes se comportan contigo en forma ignorante. (Qur'ân, 7:199).
Así que he decidido defender al Profeta (sas) de aquellos que verdaderamente le mancillan, le deshonran y le descalifican, y que no son ni el extremista antimusulmán de origen copto que dirigió y financió la deleznable película, ni tampoco el pastor de Florida que este año iba a buscar sus cinco minutos de gloria mediática difundiendo la película y realizando un juicio a Muhammad (sas). Reconozcamos que lo de quemar el Qur’an, u orinar encima del libro sagrado de los musulmanes, es muy llamativo pero está muy visto, ya ni siquiera sirve para torturar a los prisioneros de Guantánamo ni a los insurgentes iraquíes. Aunque servir, sirvió.
Creo, muy sinceramente, que los únicos que pueden injuriar y difamar al Profeta son aquellos que hacen y dicen en nombre de Muhammad (sas) lo que él nunca dijo ni hizo. Solo los musulmanes pueden deshonrar, blasfemar y ultrajar al islam. Los no musulmanes lo atacarán, intentarán refutar el carácter sagrado del Qur’an, calumniar al Profeta (sas), ridiculizar los actos de adoración de los musulmanes, pero el éxito de su objetivo reside en nuestra respuesta.
¡Abramos los ojos! Los musulmanes estamos viviendo con la islamofobia una prueba que ya sufrieron generaciones anteriores, incluido Muhammad (sas), luego la lucha contra la islamofobia es parte de la fe y del camino.
¿Piensan los hombres que se les dejará decir: “¡Creemos!”, sin ser probados? Ya probamos a sus predecesores. Allah, sí, conoce perfectamente a los sinceros y conoce perfectamente a los que mienten. (Qur’ân, 29:2-3).
Gritan por las calles consignas a favor de Muhammad (sas) y buscan vengar cuanto antes la afrenta recibida, pero ¿alguien cree sinceramente que una zafia y cutre película o unas vulgares viñetas insultan a nuestro amado Profeta? En mi opinión estos groseros ataques solo reflejan la enfermedad espiritual, ignorancia, ansias de notoriedad y afán de lucro de sus autores, que luego esconden hábilmente tras la barbarie que se desata como respuesta en el mundo musulmán.
“Pero si sois pacientes y teméis a Allah, sus intrigas no os harán ningún daño. Allah sabe bien lo que hacen”. (Qur’ân, 3:120).
“Allah sabe bien lo que hacen”. Esta frase, que algunos musulmanes parecen pasar por alto, esconde un gran secreto. Todo forma parte del Plan, pero nosotros en nuestra rebeldía queremos alterarlo, “mejorarlo”, al pensar que la paciencia es estéril y la violencia, victoriosa. El Plan es perfecto, tal y como corresponde a la obra de Allah (swt), pero nosotros lo estropeamos con nuestra impaciencia, que no es sino reflejo de nuestra poca fe.
La islamofobia podría ser un excelente instrumento para reflejar en el mundo la luz muhammadiana, pero en lugar de eso hacemos de ella un instrumento de odio y temor hacia el islam. Una particular da’wa como la que ha realizado el egipcio canal salafi Al Naas, que además de difundir la bochornosa película la ha traducido al árabe. Con musulmanes colaborando tan activamente en el desprestigio de Muhammad (sas) para qué necesitamos carteles en el metro de Nueva York…
Y es que es más fácil quemar embajadas americanas, aterrorizar a extranjeros y vociferar consignas en manifestaciones que estudiar el Qur’an y la vida del Profeta (sas) e imitar su comportamiento.
Dijo el Profeta: "El más fuerte es aquel que controla su ira". (Muslim y Bujari) .
Sabemos que Muhammad (sas) perdonó a la mujer que intentó envenenarle a él y a sus compañeros, a Habir Ibn al Aswad que atacó a su hija Zeinab y le ocasionó además de graves lesiones un aborto, a la vecina que cada día lo acosaba en la puerta con insultos e inmundicias, a Hind que se comió el hígado y corazón de su muy querido tío Hamzah y a Washi el abisinio que lo mató, también a Ikrama y Abu Sufyan grandes enemigos del islam, a Safwan bin Umaya, que había pagado para asesinarle, a los que le lanzaban inmundicias y la placenta de una camella mientra rezaba…
Con gran magnanimidad y sinceridad los perdonó a todo ellos. Cumplió de forma extraordinaria con los preceptos del Qur’ân:
Pero recordad que un intento de resarcirse de un mal puede convertirse, a su vez, en un mal: así pues, quien perdone a su enemigo y haga las paces, su recompensa es asunto de Dios –pues, ciertamente, Él no ama a los malhechores. (Qur’ân, 42:40).
El resultado de la paciencia y el perdón de Muhammad fue la sincera conversión al islam de todos ellos impresionados por la magnanimidad de su espíritu, propio únicamente de santos y profetas.
Pero como el bien y el mal no pueden equipararse, repele el mal con algo que sea mejor --¡y, he ahí, que aquel entre el cual y tú existía enemistad se volverá entonces como si siempre hubiera estado cercano a ti, un verdadero amigo! Sin embargo, no es dado conseguir esto sino a los que acostumbran a ser pacientes en la adversidad: ¡no les es dado sino a los sumamente afortunados! (Qur’ân, 41:34-35).
Muhammad (sas) contestaba a cada ofensa con una buena palabra, su respuesta al mal recibido era ofrecer el bien. Su ejemplar conducta sanaba los corazones, haciendo desaparecer el odio, hacia su persona y el islam, mediante el perdón. Demostró con su comportamiento que el islam es una religión de paz, moderación, tolerancia y amabilidad en la que no hay lugar para la venganza ni la rabia.
Un episodio que muestra mejor que ninguno cuál debe ser la reacción de los musulmanes ante los ataques al Profeta la aprendemos con la historia de Taif, un pueblo donde sus líderes fueron extremadamente rudos, descorteses e insolentes con el Profeta, incitando incluso a sus habitantes a atormentar a Muhammad (sas). Estas turbas persiguieron al Profeta lanzando contra él obscenidades y piedras hasta que sus pies comenzaron a sangrar. Con gran pesar y dolor se refugió en un huerto desde donde rezó a Allah (swt). En respuesta a su plegaria Le envió al ángel Gabriel, quien pidió permiso a Muhammad (sas) para unir las dos colinas entre las que se encontraba Taif y aplastar así a los habitantes de la ciudad que tanto sufrimiento le habían provocado. Su respuesta, sin embargo, fue la siguiente:
“¡No! Porque espero que Allah haga surgir de sus descendientes personas que adoren sólo a Allah, sin asociarle nada”. (Sahih Muslim).
El brutal ataque y cruel escarnio de los habitantes de Taif lo habían sumido en una honda desesperación, su súplica estaba cargada de profundo pesar, pero su respuesta fue magnánima y paciente, generosa, reconciliadora y llena de esperanza: los insultos de hoy podrán ser en un futuro alabanzas a Allah (swt), si somos capaces de reflejar una ínfima parte de la misericordia de Muhammad (sas) para con sus enemigos.
"Y no te Hemos enviado sino como misericordia para la humanidad". (Qur'ân, 7:199).
Pero no hay misericordia, porque no hay silencio suficiente para escuchar a nuestro corazón, un órgano sensible infectado por un virus letal: la islamofobia, que afecta tanto a musulmanes como a no musulmanes, si bien los primeros la sufren sin saberlo. Es por ello que se insultan entre ellos llamándose kafir, incluso se matan, para gran regocijo del resto del mundo.
Hemos tenido una prueba, la islamofobia, y no la hemos superado. Nos ha confundido, nos ha dividido, nos ha vencido. Ni siquiera los que se lanzan al martirio en nombre del islam para combatir la islamofobia tienen un prometedor futuro, aunque se les había prometido el Paraíso…
“La primera persona que será juzgada en el Día de la Resurrección será el mártir muerto en la batalla. Será presentado ante Allah, Allah le recordará Sus bendiciones y el hombre las reconocerá, mientras que Allah dirá, “¿Qué has hecho con ellas?”, y el hombre responderá, “Luche hasta la muerte por Ti”, Allah le responderá, “Mientes. Luchaste para ser un héroe, y lo conseguiste.” Entonces será sentenciado y arrastrado sobre su cara y arrojado al fuego”. (Sahih Muslim, 1905).
La respuesta
Musulmán,
la islamofobia pregunta
qué es el islam
responde
con adab
3 Comentarios
Daud Garciagarc dijo el 06/10/2012 a las 14:07h:
Cada vez que alguien aprovecha la acción violenta de cualquier ignorante extremista,para manchar el nombre islam,ocurre que miles de personas que antes no habian oído hablar de esta religión,alhamdulilah se informan sobre ella,investigan,profundizan y acaban ingresando (inchaAllah) en la umma del profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sen con el).
Iván Rendón dijo el 06/10/2012 a las 17:27h:
Me parece un articulo muy interesante, claro, paciente y documentado. Yo suscribo estas palabras con todo el respeto a la autora
Anuar Ben dijo el 06/10/2012 a las 23:41h:
Yo disiento, las reacciones extremas y violentas de algunos grupos eran el objetivo planeado por quienes han ideado esta provocación, pero la mayoría de la umma ha mostrado su indignación de acuerdo al adab recomendado por Muhammad (as) por tanto el uso de la primera persona hemos perdido ante la islamofobia no me parece consecuente con los hechos. Tampoco me gusta la crítica a los dirigentes de la República islámica de Irán, se les acusa de ambiciosos de manera improcedente e injustificada, ¿qué ambición si puede saberse? económica? de poder? precisamente en el único país musulman con órganos representativos y democracia.
¡Oh, Muhammad! Ante todo, elige perdonar, ordena el bien y apártate de quienes se comportan contigo en forma ignorante. (Qurân, 7:199).
05/10/2012 - Autor: Reina Mora
islamofobia muhammad quran
6
La islamofobia: una prueba de Allah (swt)Dijo el Mensajero de Allah : "Allah es bondadoso y ama la bondad en todos los asuntos; y recompensa a las personas por su bondad, a la vez que desprecia la violencia". (Muslim 2593).
Si eres maltratado responde con una buena actitud. (Qur’ân, 7:199).
El islam, la religión "enferma"
No hace falta pensar, ni siquiera informarse, está todo claro. Existe una religión retrógrada, misógina y violenta: el islam. Se trata de un arma de destrucción masiva compartida por un billón de personas que se presentan al mundo en una de las últimas portadas de la revista Newsweek tal y como son: (musulmanes) peligrosos, amenazantes y salvajes.
Por si acaso no leemos la revista Newsweek, la plataforma American Freedom Defense Initiative inició una campaña publicitaria en los autobuses de San Francisco que ahora llega al metro de Nueva York con el siguiente lema: “In any war between the civilized man and the savage, support the civilized man. Support Israel. Defeat Jihad”. (“En cualquier guerra entre el hombre civilizado y el salvaje, apoya al hombre civilizado. Apoya a Israel. Derrota la Jihad”).
La verdad es que resulta enternecedor, un país con la bomba atómica, el mejor servicio secreto del mundo y uno de los mayores ejércitos de Oriente Próximo mendigando apoyo en el metro de Nueva York en contra de los musulmanes. Los halcones (israelíes) convertidos en gorriones por la amenazante Jihad.
No seré yo quien defienda a los palestinos ni denuncie el robo de sus tierras, el asesinato de sus gentes, la aniquilación de su historia. Son musulmanes. No tienen defensa, sus nombres les señalan, su religión les acusa. Son culpables. Y además, como dicen los civilizados israelíes, salvajes. Por eso mismo, ni los defiendo yo, ni tampoco la ONU.
¿Cómo han caído tan bajo?
(Es evidente que me refiero a los musulmanes, los israelíes nunca se caen, están bien agarrados a su aliado estadounidense).
El infierno de la identidad
Desde hace varias décadas el islam ha dejado de ser el camino hacia Allah (swt) y parece haberse convertido para algunos en una trinchera identitaria defensiva. ¡Soy musulmán/a! gritaron frente a la ocupación francesa, británica, estadounidense o israelí, olvidando que también eran egipcios, afganos, iraquíes, argelinos...
Y mientras el viento de la historia iba silenciando sus gritos frente a los colonizadores, el infierno de la identidad tentaba al musulmán con la ficción de ser suni, shia, sufi, wahabi, salafi, salafi-literalista, conservador, fundamentalista, yihadista, islamista… otorgándole, como corrección a su orfandad política, una identidad que fomenta la exageración y el extremismo religioso y le permite realizar esa ansiada autoafirmación frente a una convulsa y amenazante globalización.
El Profeta (la paz esté con él) dijo:
“Tengan cuidado y aléjense de los extremismos en la religión, ya que la única cosa que destrozó a los que vinieron antes que ustedes fue la exageración en la religión”. (Sahíh ibn Hibán).
Este extremismo concluye en una teatralidad finalmente trágica, como hemos visto recientemente en la reacción de algunos musulmanes a la película “Inocencia de los musulmanes”, o en una sangrienta automutilación como observamos en Iraq, Afganistán, Mali...
La primera victoria de esa confusión identitaria fue quizá el secuestro de la revolución iraní por unos ambiciosos clérigos muy alejados del carácter compasivo de Muhammad (sas) y en contradicción con la voluntad de Allâh (swt):
El Profeta dijo: "Las cosas más amadas para Allah son las que adoptan un camino intermedio y moderado". (Al-‘Ayluni, en su libro Kashf al-jafa 1/391).
La islamofobia: El plan perfecto de Allah (swt)
Las únicas caricaturas que he visto estos días son esos musulmanes asaltando embajadas, quemando consulados y asesinando a personas inocentes para, supuestamente, defender al Profeta de Allah (swt).
¡Oh, Muhammad! Ante todo, elige perdonar, ordena el bien y apártate de quienes se comportan contigo en forma ignorante. (Qur'ân, 7:199).
Así que he decidido defender al Profeta (sas) de aquellos que verdaderamente le mancillan, le deshonran y le descalifican, y que no son ni el extremista antimusulmán de origen copto que dirigió y financió la deleznable película, ni tampoco el pastor de Florida que este año iba a buscar sus cinco minutos de gloria mediática difundiendo la película y realizando un juicio a Muhammad (sas). Reconozcamos que lo de quemar el Qur’an, u orinar encima del libro sagrado de los musulmanes, es muy llamativo pero está muy visto, ya ni siquiera sirve para torturar a los prisioneros de Guantánamo ni a los insurgentes iraquíes. Aunque servir, sirvió.
Creo, muy sinceramente, que los únicos que pueden injuriar y difamar al Profeta son aquellos que hacen y dicen en nombre de Muhammad (sas) lo que él nunca dijo ni hizo. Solo los musulmanes pueden deshonrar, blasfemar y ultrajar al islam. Los no musulmanes lo atacarán, intentarán refutar el carácter sagrado del Qur’an, calumniar al Profeta (sas), ridiculizar los actos de adoración de los musulmanes, pero el éxito de su objetivo reside en nuestra respuesta.
¡Abramos los ojos! Los musulmanes estamos viviendo con la islamofobia una prueba que ya sufrieron generaciones anteriores, incluido Muhammad (sas), luego la lucha contra la islamofobia es parte de la fe y del camino.
¿Piensan los hombres que se les dejará decir: “¡Creemos!”, sin ser probados? Ya probamos a sus predecesores. Allah, sí, conoce perfectamente a los sinceros y conoce perfectamente a los que mienten. (Qur’ân, 29:2-3).
Gritan por las calles consignas a favor de Muhammad (sas) y buscan vengar cuanto antes la afrenta recibida, pero ¿alguien cree sinceramente que una zafia y cutre película o unas vulgares viñetas insultan a nuestro amado Profeta? En mi opinión estos groseros ataques solo reflejan la enfermedad espiritual, ignorancia, ansias de notoriedad y afán de lucro de sus autores, que luego esconden hábilmente tras la barbarie que se desata como respuesta en el mundo musulmán.
“Pero si sois pacientes y teméis a Allah, sus intrigas no os harán ningún daño. Allah sabe bien lo que hacen”. (Qur’ân, 3:120).
“Allah sabe bien lo que hacen”. Esta frase, que algunos musulmanes parecen pasar por alto, esconde un gran secreto. Todo forma parte del Plan, pero nosotros en nuestra rebeldía queremos alterarlo, “mejorarlo”, al pensar que la paciencia es estéril y la violencia, victoriosa. El Plan es perfecto, tal y como corresponde a la obra de Allah (swt), pero nosotros lo estropeamos con nuestra impaciencia, que no es sino reflejo de nuestra poca fe.
La islamofobia podría ser un excelente instrumento para reflejar en el mundo la luz muhammadiana, pero en lugar de eso hacemos de ella un instrumento de odio y temor hacia el islam. Una particular da’wa como la que ha realizado el egipcio canal salafi Al Naas, que además de difundir la bochornosa película la ha traducido al árabe. Con musulmanes colaborando tan activamente en el desprestigio de Muhammad (sas) para qué necesitamos carteles en el metro de Nueva York…
Y es que es más fácil quemar embajadas americanas, aterrorizar a extranjeros y vociferar consignas en manifestaciones que estudiar el Qur’an y la vida del Profeta (sas) e imitar su comportamiento.
Dijo el Profeta: "El más fuerte es aquel que controla su ira". (Muslim y Bujari) .
Sabemos que Muhammad (sas) perdonó a la mujer que intentó envenenarle a él y a sus compañeros, a Habir Ibn al Aswad que atacó a su hija Zeinab y le ocasionó además de graves lesiones un aborto, a la vecina que cada día lo acosaba en la puerta con insultos e inmundicias, a Hind que se comió el hígado y corazón de su muy querido tío Hamzah y a Washi el abisinio que lo mató, también a Ikrama y Abu Sufyan grandes enemigos del islam, a Safwan bin Umaya, que había pagado para asesinarle, a los que le lanzaban inmundicias y la placenta de una camella mientra rezaba…
Con gran magnanimidad y sinceridad los perdonó a todo ellos. Cumplió de forma extraordinaria con los preceptos del Qur’ân:
Pero recordad que un intento de resarcirse de un mal puede convertirse, a su vez, en un mal: así pues, quien perdone a su enemigo y haga las paces, su recompensa es asunto de Dios –pues, ciertamente, Él no ama a los malhechores. (Qur’ân, 42:40).
El resultado de la paciencia y el perdón de Muhammad fue la sincera conversión al islam de todos ellos impresionados por la magnanimidad de su espíritu, propio únicamente de santos y profetas.
Pero como el bien y el mal no pueden equipararse, repele el mal con algo que sea mejor --¡y, he ahí, que aquel entre el cual y tú existía enemistad se volverá entonces como si siempre hubiera estado cercano a ti, un verdadero amigo! Sin embargo, no es dado conseguir esto sino a los que acostumbran a ser pacientes en la adversidad: ¡no les es dado sino a los sumamente afortunados! (Qur’ân, 41:34-35).
Muhammad (sas) contestaba a cada ofensa con una buena palabra, su respuesta al mal recibido era ofrecer el bien. Su ejemplar conducta sanaba los corazones, haciendo desaparecer el odio, hacia su persona y el islam, mediante el perdón. Demostró con su comportamiento que el islam es una religión de paz, moderación, tolerancia y amabilidad en la que no hay lugar para la venganza ni la rabia.
Un episodio que muestra mejor que ninguno cuál debe ser la reacción de los musulmanes ante los ataques al Profeta la aprendemos con la historia de Taif, un pueblo donde sus líderes fueron extremadamente rudos, descorteses e insolentes con el Profeta, incitando incluso a sus habitantes a atormentar a Muhammad (sas). Estas turbas persiguieron al Profeta lanzando contra él obscenidades y piedras hasta que sus pies comenzaron a sangrar. Con gran pesar y dolor se refugió en un huerto desde donde rezó a Allah (swt). En respuesta a su plegaria Le envió al ángel Gabriel, quien pidió permiso a Muhammad (sas) para unir las dos colinas entre las que se encontraba Taif y aplastar así a los habitantes de la ciudad que tanto sufrimiento le habían provocado. Su respuesta, sin embargo, fue la siguiente:
“¡No! Porque espero que Allah haga surgir de sus descendientes personas que adoren sólo a Allah, sin asociarle nada”. (Sahih Muslim).
El brutal ataque y cruel escarnio de los habitantes de Taif lo habían sumido en una honda desesperación, su súplica estaba cargada de profundo pesar, pero su respuesta fue magnánima y paciente, generosa, reconciliadora y llena de esperanza: los insultos de hoy podrán ser en un futuro alabanzas a Allah (swt), si somos capaces de reflejar una ínfima parte de la misericordia de Muhammad (sas) para con sus enemigos.
"Y no te Hemos enviado sino como misericordia para la humanidad". (Qur'ân, 7:199).
Pero no hay misericordia, porque no hay silencio suficiente para escuchar a nuestro corazón, un órgano sensible infectado por un virus letal: la islamofobia, que afecta tanto a musulmanes como a no musulmanes, si bien los primeros la sufren sin saberlo. Es por ello que se insultan entre ellos llamándose kafir, incluso se matan, para gran regocijo del resto del mundo.
Hemos tenido una prueba, la islamofobia, y no la hemos superado. Nos ha confundido, nos ha dividido, nos ha vencido. Ni siquiera los que se lanzan al martirio en nombre del islam para combatir la islamofobia tienen un prometedor futuro, aunque se les había prometido el Paraíso…
“La primera persona que será juzgada en el Día de la Resurrección será el mártir muerto en la batalla. Será presentado ante Allah, Allah le recordará Sus bendiciones y el hombre las reconocerá, mientras que Allah dirá, “¿Qué has hecho con ellas?”, y el hombre responderá, “Luche hasta la muerte por Ti”, Allah le responderá, “Mientes. Luchaste para ser un héroe, y lo conseguiste.” Entonces será sentenciado y arrastrado sobre su cara y arrojado al fuego”. (Sahih Muslim, 1905).
La respuesta
Musulmán,
la islamofobia pregunta
qué es el islam
responde
con adab
3 Comentarios
Daud Garciagarc dijo el 06/10/2012 a las 14:07h:
Cada vez que alguien aprovecha la acción violenta de cualquier ignorante extremista,para manchar el nombre islam,ocurre que miles de personas que antes no habian oído hablar de esta religión,alhamdulilah se informan sobre ella,investigan,profundizan y acaban ingresando (inchaAllah) en la umma del profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sen con el).
Iván Rendón dijo el 06/10/2012 a las 17:27h:
Me parece un articulo muy interesante, claro, paciente y documentado. Yo suscribo estas palabras con todo el respeto a la autora
Anuar Ben dijo el 06/10/2012 a las 23:41h:
Yo disiento, las reacciones extremas y violentas de algunos grupos eran el objetivo planeado por quienes han ideado esta provocación, pero la mayoría de la umma ha mostrado su indignación de acuerdo al adab recomendado por Muhammad (as) por tanto el uso de la primera persona hemos perdido ante la islamofobia no me parece consecuente con los hechos. Tampoco me gusta la crítica a los dirigentes de la República islámica de Irán, se les acusa de ambiciosos de manera improcedente e injustificada, ¿qué ambición si puede saberse? económica? de poder? precisamente en el único país musulman con órganos representativos y democracia.
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