Nuestros impuestos financian actos antisemitas
Leo Zuckermann
La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación considera el antisemitismo como una forma de discriminación. 31/01/2013 00:46
Es una vergüenza que los impuestos que pagamos los capitalinos se utilicen para financiar una universidad donde se niega el Holocausto y promueve el odio antisemita. Me refiero a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Hace poco, su programa de Posgrado en Derechos Humanos organizó un evento en contra del Estado de Israel y a favor de Palestina. Hasta acá no hay ningún problema: están en su derecho, aunque uno esperaría que una universidad presentara los dos puntos de vista, el judío y palestino, de un conflicto muy complejo. Lo que es un escándalo es la participación de una mujer, Raquel Rodríguez, quien al parecer es arquitecta y participó en este evento, supongo, por ser integrante del Colectivo de Solidaridad con Palestina. Transcribo lo que dijo esta panelista (el video completo puede verse en el sitio enlacejudio.com):
“Hay mucha literatura que ya habla de que el Holocausto no fue lo que ellos nos plantearon, que fue un gran negocio, o sea, incluso estaba leyendo el otro día un libro en el que dice que no es cierto que había ese gas, que los encerraban para ducharse ni nada, que fueron cosas puestas, sobrepuestas, o sea, ya hay mucha literatura que dice que el Holocausto fue una gran mentira. Si hubieran matado a seis millones de judíos ya tendríamos la suerte de que no hubiera judíos en este planeta. Entonces vamos a empezar con que eso fue una gran mentira. Ya tienen muchos intelectuales, no sé, ellos nos los vendieron, y nos los vendieron muy bien porque dominan a todo el ámbito, los medios, todo eso. Entonces… Ay Dios mío el Holocausto, el Holocausto. Otro detalle que te quiero decir también es que los votos de la ONU a favor del Estado fueron comprados, los que votaron en la ONU a favor del Estado, este, recibieron un cheque en blanco con todos los ceros que les pudieron poner, las esposas recibieron anillos de brillantes tapados de piel, fue un voto comprado, comprado por el poder, por el poder judío y sionista. Y hoy en día cuidado con México porque hoy en día todas las empresas inmobiliarias que están funcionando en México son de judíos y nos están acabando, y nos están vendiendo nuestros espacios verdes, nuestras áreas, y son los judíos los que han captado en este momento toda el área inmobiliaria, de desarrollo inmobiliario.”
Se trata de una clásica declaración antisemita. Nótese la negación del Holocausto bajo el “lúcido y tolerante” argumento de que, de haber sido cierto, hoy el mundo tendría la suerte de que no existieran los judíos. Pero no vale la pena seguir analizando la bola de tonterías, por no llamarlas de otra manera, de la arquitecta Rodríguez quien, por lo demás, seguramente considerará que el que escribe estas líneas, su editor y el dueño del periódico son parte de la dominación internacional judía. Lo que más bien me gustaría es lanzar algunas preguntas públicas.
Me gustaría saber, por ejemplo, qué opina la rectora de la UACM, Esther Orozco, sobre estas declaraciones que se realizaron en el campus universitario que dirige. Aunque será difícil que responda porque la rectora lleva varios meses enfrentando a un grupo de estudiantes y profesoras disidentes que quieren removerla por haberse atrevido a elevar los estándares académicos de la institución.
Aunque autónoma, la UACM es una dependencia que vive totalmente del presupuesto que le otorga el gobierno del DF. En este sentido, los impuestos de los capitalinos financiaron un acto antisemita. Me parece, por tanto, que el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, y el líder de la Asamblea Legislativas, el diputado Manuel Granados, deberían opinar qué piensan. De no hacerlo, con su silencio, estarían tolerando este tipo de expresiones.
También sería bueno que Andrés Manuel López Obrador, fundador de la UACM cuando era jefe de Gobierno, nos dijera si esto es lo que quería cuando estableció un proyecto educativo alternativo “de izquierda”. Y, finalmente, habría que preguntarle al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, encabezado por Ricardo Bucio, si hará una investigación de la arquitecta Rodríguez. Recordemos que la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación considera el antisemitismo como una forma de discriminación.
Twitter: @leozuckermann
“Hay mucha literatura que ya habla de que el Holocausto no fue lo que ellos nos plantearon, que fue un gran negocio, o sea, incluso estaba leyendo el otro día un libro en el que dice que no es cierto que había ese gas, que los encerraban para ducharse ni nada, que fueron cosas puestas, sobrepuestas, o sea, ya hay mucha literatura que dice que el Holocausto fue una gran mentira. Si hubieran matado a seis millones de judíos ya tendríamos la suerte de que no hubiera judíos en este planeta. Entonces vamos a empezar con que eso fue una gran mentira. Ya tienen muchos intelectuales, no sé, ellos nos los vendieron, y nos los vendieron muy bien porque dominan a todo el ámbito, los medios, todo eso. Entonces… Ay Dios mío el Holocausto, el Holocausto. Otro detalle que te quiero decir también es que los votos de la ONU a favor del Estado fueron comprados, los que votaron en la ONU a favor del Estado, este, recibieron un cheque en blanco con todos los ceros que les pudieron poner, las esposas recibieron anillos de brillantes tapados de piel, fue un voto comprado, comprado por el poder, por el poder judío y sionista. Y hoy en día cuidado con México porque hoy en día todas las empresas inmobiliarias que están funcionando en México son de judíos y nos están acabando, y nos están vendiendo nuestros espacios verdes, nuestras áreas, y son los judíos los que han captado en este momento toda el área inmobiliaria, de desarrollo inmobiliario.”
Se trata de una clásica declaración antisemita. Nótese la negación del Holocausto bajo el “lúcido y tolerante” argumento de que, de haber sido cierto, hoy el mundo tendría la suerte de que no existieran los judíos. Pero no vale la pena seguir analizando la bola de tonterías, por no llamarlas de otra manera, de la arquitecta Rodríguez quien, por lo demás, seguramente considerará que el que escribe estas líneas, su editor y el dueño del periódico son parte de la dominación internacional judía. Lo que más bien me gustaría es lanzar algunas preguntas públicas.
Me gustaría saber, por ejemplo, qué opina la rectora de la UACM, Esther Orozco, sobre estas declaraciones que se realizaron en el campus universitario que dirige. Aunque será difícil que responda porque la rectora lleva varios meses enfrentando a un grupo de estudiantes y profesoras disidentes que quieren removerla por haberse atrevido a elevar los estándares académicos de la institución.
Aunque autónoma, la UACM es una dependencia que vive totalmente del presupuesto que le otorga el gobierno del DF. En este sentido, los impuestos de los capitalinos financiaron un acto antisemita. Me parece, por tanto, que el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, y el líder de la Asamblea Legislativas, el diputado Manuel Granados, deberían opinar qué piensan. De no hacerlo, con su silencio, estarían tolerando este tipo de expresiones.
También sería bueno que Andrés Manuel López Obrador, fundador de la UACM cuando era jefe de Gobierno, nos dijera si esto es lo que quería cuando estableció un proyecto educativo alternativo “de izquierda”. Y, finalmente, habría que preguntarle al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, encabezado por Ricardo Bucio, si hará una investigación de la arquitecta Rodríguez. Recordemos que la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación considera el antisemitismo como una forma de discriminación.
Twitter: @leozuckermann
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