Egipto es a Gaza lo que el agua a las plantas: si dejas que corra el
aire y le pegue el sol, la planta crece y prospera; si, en cambio, la
encierras y no le das agua, se marchita. Cuando los Hermanos Musulmanes
subieron al poder en Egipto hace un año muchos pensaron que eso traería
una bonanza para la Franja de Gaza donde gobierna Hamas, primos hermanos
de los HHMM. Cuando Al-Banna creó la hermandad musulmana una de las
causas principales de su movimiento después de la liberación del país de
los ingleses era la causa palestina.

¿Qué ocurrió?

Ocurrió que en la Franja de Gaza, sí, hubo un momento de limitado alivio
para aquellos que querían salir de la Franja por el paso de Rafah,
acompañado -durante ese año de mandato de HHMM- de algunos momentos de
cierres siempre debido, según los egipcios, a una situación agravada por
los ataques de hombres armados en el Sinaí (ataques que a veces
terminaban con la vida de varios soldados egipcios o con secuestros de
turistas). Después, vino la huelga, el parón de los soldados egipcios en
el Sinaí que pedían refuerzos que nunca llegaban y decidieron no
trabajar… por lo que el paso de Rafah, una vez más, se cerró, encerrando
a los palestinos de la Franja de Gaza y dejando a miles sin poder volver
a sus casas, durmiendo en parques y -los que podían costeárselo- en
hoteles de la ciudad egipcia El Arish, la más cercana a la frontera de
Rafah. Ocurrió, asimismo, que Mursi no cumplió con todas las
expectativas de Hamas, pero Hamas no parecía ejercer mucha presión sobre
“sus hermanos”. Mientras tanto, esos hermanos se reunían en Estados
Unidos o en El Cairo con ministros, enviados especiales y el mismo
presidente estadounidense. El FMI (Fondo Monetario Internacional) le dio
una buena propina, a la que se añade la bolsa de (millones de) dólares
americanos que continuó entregándose al ejército egipcio. Aunque sus
tanques y material de guerra en la península del Sinaí, nunca pareció
renovarse. Cada vez que uno pasa por los check-points del Sinaí lo que
está viendo es, realmente, un museo de la guerra. Dentro de esos
polvorientos vehículos blindados hay, seguramente, 5 soldados egipcios
sobreviviendo a 60ºC.
rafah crossing1

Con las masivas manifestaciones del pueblo egipcio y, todo sea dicho, la
presión del ejército, Mursi ha tenido que abdicar. Esto ha ocurrido hace
a penas dos días y hoy viernes, todavía a la espera de ver lo que
acontece en la capital del mundo árabe, el Sinaí ha ardido. Esta mañana
nos despertábamos con la noticia de que grupos armados han organizado un
masivo ataque contra más de 10 puntos de control diferentes, entre ellos
el cuartel de seguridad central en El Arish. Dichos grupos armados son,
como a veces se les llama, salafistas o beduinos. Se concentran y
organizan en la gran meseta del Sinaí, infranqueable para el ejército
egipcio desde hace años y, por lo tanto, como medida preventiva se
cortan las carreteras para evitar desgracias.

Así pues, hoy nos encontramos con un escenario algo excepcional: todo el
Sinaí está en alerta y, de nuevo como medida preventiva, se ha cerrado
el Paso de Rafah, única vía “oficial” para la salida y entrada de la
Franja de Gaza. Miles de palestinos están, una vez más, atrapados en el
lado egipcio y los que no pueden salir se han vuelto a sus casas a
esperar. Mientras la alarma continua, los egipcios siguen destruyendo
túneles llamados por Hamas: pasos subterráneos. Si el paso de Rafah son
las vías respiratorias de la Franja, los túneles (excavados por
palestinos no solo para el paso de humanos, sino también de bienes y
mercancías necesarias para la vida en Gaza) son las vías circulatorias.
Si su destrucción continúa, muchos temen que en la Franja comience una
crisis como la que se sufrió en 2008, justo antes de estallar la guerra,
esa fatídica guerra que lanzó Israel contra la Franja.

Los menos escuchados son, quizás, los beduinos del Sinaí. Grupos
tribuales que han sido castigados duramente por el gobierno egipcio
durante años. Siempre que paso por el Sinaí me gusta hablar con ellos
sobre la situación. En 2010 me contaban que preferían mil veces a los
israelíes que, por lo menos, les pagaban bien y les respetaban como mano
de obra. Con esto, podemos llegar a entender la ira que encierran contra
el gobierno esclavista y, todo hay que decirlo, contra un gobierno que
les privó de lo que era suyo: el mar Rojo, sus tierras… Su vida. No
quiero justificar ataques ni derramamiento de sangre, pero esto es lo
que hay. Hace dos meses volví de nuevo al Sinaí, los convoys militares
para extranjeros (no para palestinos, aunque también sean extranjeros)
de nuevo se habían instaurado. El primer día, varias niñas beduinas -que
venden pulseras a los turistas- cantaban lo que era una canción de odio
hacia los egipcios y amor hacia los palestinos y su causa. No era
divertido, pero sí muy significativo.
crisis combustible

Y, mientras escribo esto, las crisis se agudizan en la Franja de Gaza.
Cuando se habla de crisis -material- en este contexto nos referimos a
falta de: combustible, material de construcción, electricidad, bienes de
primera necesidad y alimento. La crisis de alimentación es continua,
teniendo en cuenta que el 80% de la población de la franja dependen
directamente de las ayudas ofrecidas por la UNRWA (Oficina de Naciones
Unidas para Ayuda al Refugiado Palestino). Pero se acrecentó debido al
recorte que sufrieron a principios de este año 2013. Ahora solo se
reparten ayudas una vez cada dos o tres meses…

La crisis de combustible, de gasolina o gasóleo, ha sido algo más
paulatina. Prácticamente la totalidad de combustible entra en la Franja
a través de los túneles, pero si estos se cierran no entra ni una gota.
Los camiones cisterna empezaron a aparecer por las estaciones cada vez
con menos frecuencia, mientras colas de coches y personas con sus
bidones comenzaron a ser el día a día en la franja. Hoy por hoy esta
escena es tan frecuente como ver a la gente ir a comprar al zoco. La
gasolina se utiliza en la mayoría de los coches privados y en las casas
para los motores que aportan electricidad cuando la luz se corta. Esto
ocurre en turnos diarios de 8 horas de cortes de electricidad. El
gasóleo lo usan los taxis y aquí lo llaman “solar”.

Hace dos días entraron camiones cisterna provenientes de Israel por el
paso de Karem Abu Salem que permanece cerrado la mayoría de las veces.
El precio del combustible israelí es más del doble del precio que hasta
ahora teníamos en la franja: 1 shekel/ litro de solar egipcio- 5 shekel/
litro de solar israelí… 2 shekel/ litro de gasolina egipcia- 7 shekel /
litro de gasolina israelí. El otro día, al coger el taxi de la
productora vimos que no era el mismo coche, el conductor nos dijo que
había tenido que pedir el coche a un primo porque él se había quedado
sin gasolina. Otro día, el taxi marchaba a trompicones porque había
metido a saber qué tipo de gasolina hecha en casa.

En cuanto a la crisis de material de construcción, ha sido más bien
repentina debido al cierre de los túneles por donde entraban más de
3.000 toneladas de material cada día. Por el citado paso de Karem Abu
Salem solo entra material israelí destinado a proyectos de las Naciones
Unidas. Esto ha provocado que muchas personas tengan su casa a “medio
hacer”, que muchos estén durmiendo en casas inacabadas o en chabolas al
lado de la casa en obras. Menos mal que no estamos en invierno. Menos
mal que la vida sigue y lo último que se pierde es la fuerza y la
esperanza.