¿Intervención del Mossad en el caso de
Florence Cassez?
Por
Xavier Méndez Camacho
“Ser inocente es peligroso, porque no se tienen coartadas”: Anónimo.
¿Florence Cassez es inocente?
Hago alusión al tema de “la francesa
secuestradora”, por la reciente aparición de su libro “A la Sombra de mi Vida.
Prisionera del Estado Mexicano” que ya circula en librerías y tiendas
departamentales. Es un tema delicado porque detrás de todo el entramado se encuentran
los Servicios de Inteligencia Israelíes, el sanguinario, temible y legendario
Mossad, famoso por ser el principal Cazador de Nazis en el mundo y autor del
rescate de rehenes de un avión en África ( Rescate Entebbe ) en julio de
1976. En febrero de 2006, siendo reportero del diario unomasuno publiqué una
investigación del caso donde revelaba por primera vez que detrás de todo el
montaje que preparó el ahora secretario de Seguridad Pública y entonces
director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) Genaro García Luna para
las televisoras en el rancho “Las Chinitas” sobre la banda de
secuestradores como “Los Zodiaco” se encontraba el jefe del Mossad para
América Latina y México Eduardo Cuahutémoc Margolis Sobol. Unomásuno fue el
único diario que en México se atrevió en ese momento a publicar mi
investigación y sus ramificaciones en el caso por una simple razón. El
propietario de unomásuno es árabe, Nahim Nibien Nahum y como todos sabemos,
árabes y judíos tienen grandes diferencias. En medio de la investigación que
realizaba, El Mossad se percató y fui vigilado por varios días mientras me
entrevistaba en lugares discretos con los abogados de Florence Cassez y su
familia y cruzaba información con diversas fuentes. Mi teléfono celular fue intervenido
–como después me enteré- y hubo innumerables presiones al propietario de
unomásuno para impedir que publicara. Recuerdo que una de ellas sucedió estando
yo presente en sus oficinas. El director del Heraldo de Toluca le llamó para
decirle que “unos amigos míos me dicen que vas a publicar el caso de la
francesa secuestradora apoyándola. Te anticipo que mis amigos me dicen que
detrás de todo este asunto está un señor muy peligroso que se llama Mossad ”.
Ni siquiera el director del Heraldo de Toluca tenía idea de lo que es El
Mossad ni de sus alcances. Aún así publicamos el reportaje en tres
entregas; dimos a conocer la ubicación de sus oficinas; describimos cómo eran
por dentro; revelamos que tenía una empresa fachada para cubrir sus actividades,
incluso publicamos una fotografía de su pasaporte. Hay evidencia de que
Margolis estuvo en la SIEDO el 9 de diciembre de 2005, cuando fue detenida
Florence y en el Rancho Las Chinitas el día del montaje. Eduardo Morgolis nunca
me desmintió pero hubo un silencio oficial. Ni una sola respuesta. Los demás
medios de información, principalmente televisión y radio tampoco dieron
seguimiento pese a que revelé dónde tenía su bunker El Mossad ( en la colonia
Anzures, pegado a Polanco) y la implicación de Eduardo Margolis, el jefe de
estos Servicios de Inteligencia, en el caso. La prensa mexicana se fue y se ha
ido por el montaje de García Luna pero no ha querido tocar al temible Mossad.
Hay una razón muy simple: la mayoría de los grandes medios de
comunicación en el mundo se encuentran en manos de judíos,
incluyendo el The New York Times y han cabildeado en la prensa mexicana para
dejar a salvo, intocable, al espía Margolis. Su poder es grande. Ni
siquiera Deniss Maeker en su “Punto de Partida” se atrevió a tocar el tema de
Margolis. El fondo radica en que el hermano de Florence, de nombre Sébatien se
involucró con Margolis en una empresa de “fachada” con razón
social Radiancy de México S.A. de C.V., que supuestamente era
distribuidora de equipo médico y estético. La investigación que realicé
llegó hasta Tel Aviv pues ubicó ahí el domicilio y la verdadera actividad de
Radiancy: venta de misiles y armamento. Cuando Sébastien se dio cuenta de lo
que hacía el agente israelí quiso desafanarse pero fue amenazado por Margolis.
El 21 de diciembre del 2004 la esposa de Sébastien, Vanessa Mercado,
recibió una llamada de parte del citado socio, en donde los amenazó a ambos de
muerte y de secuestro en contra de sus dos hijos de 4 y 5 años, y les dijo “no
saben con quien se están metiendo”. En su libro, Florence relata que durante su
detención le preguntaron si conocía a Eduardo Margolis. Ella contestó que sí.
El jefe policíaco que la interrogó le dijo: “¡Te va a chingar Margolis!”.
Y le repitió: “¡ No tienes ninguna oportunidad. ¡Te va a chingar Margolis!”.
“En la mesa, frente a mí, uno de los hombres tira tarjetas de presentación de
cuando trabajaba para Sébastien. Llevan mi nombre, claro, y el logo de la
empresa de material médico que tenía mi hermano con Eduardo Margolis”. En los
últimos tiempos el caso de la “francesa secuestradora” ha tomado relevancia
porque incluso enfrentó a los presidentes de México y Francia. Sarkozy
está empeñado en devolver a su patria a la francesa para que allí cumpla
condena, o le otorgue el perdón porque el presidente de Francia “cree en su
inocencia”. Y solamente así ha podido salir a la luz pública el nombre
del agente israelí y tímidamente algunos medios ahora lo mencionan pero se
cuidan de no involucrar directamente al Mossad. Por eso da risa la carta que
Eduardo Margolis envió a Proceso en abril, en su derecho de réplica, cuando
Homero Campa abordó el tema. Ahí afirma que no conoce a Israel Vallarta; que no
ha tenido ninguna relación de amistad o de negocio con dicha persona y “…por
último le afirmo, que no soy jefe de seguridad de ninguna comunidad, ya que me
dedico a ejercer el comercio de manera lícita”. Homero Campa le contesta que
“los señalamientos sobre su persona no fueron realizados por el reportero, sino
que están contenidos en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIS/190/2005
–relativa a los casos de Florence Cassez e Israel Vallarta– y que se
reprodujeron sin emitir juicios. “La información sobre la supuesta relación
entre Margolis y Vallarta la describió este último en la declaración
preparatoria que rindió el 9 de marzo de 2006 y que forma parte del referido
expediente judicial, del cual Proceso tiene una copia. Puntualizo además que la
nota a la que alude el señor Margolis se titula Un “thriller” lleno de trampas
y no “Relación Turbulenta Israel Vallarta”; que apareció en Proceso 1692 y no
en el número 1693, y que en el texto nunca se afirma que él sea “jefe de
seguridad” de alguna comunidad”. Han pasado cuatro años desde la publicación
del reportaje en unomásuno y de la golpiza que me propinaron por meterme en
este caso de la cual todavía no me recupero completamente. Sucede que a los 15
días de haber revelado la identidad del jefe del Mossad, en la colonia
Clavería tomé un mini taxi a las 3 de la tarde, luego de que mi vehículo se
descompusiera y lo dejara estacionado sobre la avenida Cuitláhuac. A las dos
cuadras el chofer hizo una parada y se subieron dos individuos, se sentaron
junto a mi y uno de ellos sacó un minibat, de esos que usan para
checar llantas; me amenazó, sacó mis documentos del saco y comprobó
mi identidad. Al saber que era el reportero Xavier Méndez comenzaron a
golpearme con el bat con inaudita saña. Me quebraron una mano con la que me
defendí la cara, me rompieron la nariz, una costilla y me transfiguraron el
rostro. Después de pasearme por la ciudad por más de tres horas me tiraron allá
por el rumbo de Iztapalapa y de ahí me fui por mis medios al hospital Magdalena
de las Salinas. Antes de bajarme del auto me dijeron: “Para que no ande
de metiche piche periodista”. Era un mensaje del Mossad. Algunos
compañeros de la “fuente” de PGR me aconsejaron que denunciara en la Fiscalía
Especial para Delitos Contra Periodistas y que le comentara a
García Luna. Sabiendo las complicidades entre ellos no lo hice. Preferí guardar
silencio, hice mis maletas y me vine a vivir a Cancún.
“Ser inocente es peligroso, porque no se tienen coartadas”: Anónimo.
¿Florence Cassez es inocente?
Hago alusión al tema de “la francesa
secuestradora”, por la reciente aparición de su libro “A la Sombra de mi Vida.
Prisionera del Estado Mexicano” que ya circula en librerías y tiendas
departamentales. Es un tema delicado porque detrás de todo el entramado se encuentran
los Servicios de Inteligencia Israelíes, el sanguinario, temible y legendario
Mossad, famoso por ser el principal Cazador de Nazis en el mundo y autor del
rescate de rehenes de un avión en África ( Rescate Entebbe ) en julio de
1976. En febrero de 2006, siendo reportero del diario unomasuno publiqué una
investigación del caso donde revelaba por primera vez que detrás de todo el
montaje que preparó el ahora secretario de Seguridad Pública y entonces
director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) Genaro García Luna para
las televisoras en el rancho “Las Chinitas” sobre la banda de
secuestradores como “Los Zodiaco” se encontraba el jefe del Mossad para
América Latina y México Eduardo Cuahutémoc Margolis Sobol. Unomásuno fue el
único diario que en México se atrevió en ese momento a publicar mi
investigación y sus ramificaciones en el caso por una simple razón. El
propietario de unomásuno es árabe, Nahim Nibien Nahum y como todos sabemos,
árabes y judíos tienen grandes diferencias. En medio de la investigación que
realizaba, El Mossad se percató y fui vigilado por varios días mientras me
entrevistaba en lugares discretos con los abogados de Florence Cassez y su
familia y cruzaba información con diversas fuentes. Mi teléfono celular fue intervenido
–como después me enteré- y hubo innumerables presiones al propietario de
unomásuno para impedir que publicara. Recuerdo que una de ellas sucedió estando
yo presente en sus oficinas. El director del Heraldo de Toluca le llamó para
decirle que “unos amigos míos me dicen que vas a publicar el caso de la
francesa secuestradora apoyándola. Te anticipo que mis amigos me dicen que
detrás de todo este asunto está un señor muy peligroso que se llama Mossad ”.
Ni siquiera el director del Heraldo de Toluca tenía idea de lo que es El
Mossad ni de sus alcances. Aún así publicamos el reportaje en tres
entregas; dimos a conocer la ubicación de sus oficinas; describimos cómo eran
por dentro; revelamos que tenía una empresa fachada para cubrir sus actividades,
incluso publicamos una fotografía de su pasaporte. Hay evidencia de que
Margolis estuvo en la SIEDO el 9 de diciembre de 2005, cuando fue detenida
Florence y en el Rancho Las Chinitas el día del montaje. Eduardo Morgolis nunca
me desmintió pero hubo un silencio oficial. Ni una sola respuesta. Los demás
medios de información, principalmente televisión y radio tampoco dieron
seguimiento pese a que revelé dónde tenía su bunker El Mossad ( en la colonia
Anzures, pegado a Polanco) y la implicación de Eduardo Margolis, el jefe de
estos Servicios de Inteligencia, en el caso. La prensa mexicana se fue y se ha
ido por el montaje de García Luna pero no ha querido tocar al temible Mossad.
Hay una razón muy simple: la mayoría de los grandes medios de
comunicación en el mundo se encuentran en manos de judíos,
incluyendo el The New York Times y han cabildeado en la prensa mexicana para
dejar a salvo, intocable, al espía Margolis. Su poder es grande. Ni
siquiera Deniss Maeker en su “Punto de Partida” se atrevió a tocar el tema de
Margolis. El fondo radica en que el hermano de Florence, de nombre Sébatien se
involucró con Margolis en una empresa de “fachada” con razón
social Radiancy de México S.A. de C.V., que supuestamente era
distribuidora de equipo médico y estético. La investigación que realicé
llegó hasta Tel Aviv pues ubicó ahí el domicilio y la verdadera actividad de
Radiancy: venta de misiles y armamento. Cuando Sébastien se dio cuenta de lo
que hacía el agente israelí quiso desafanarse pero fue amenazado por Margolis.
El 21 de diciembre del 2004 la esposa de Sébastien, Vanessa Mercado,
recibió una llamada de parte del citado socio, en donde los amenazó a ambos de
muerte y de secuestro en contra de sus dos hijos de 4 y 5 años, y les dijo “no
saben con quien se están metiendo”. En su libro, Florence relata que durante su
detención le preguntaron si conocía a Eduardo Margolis. Ella contestó que sí.
El jefe policíaco que la interrogó le dijo: “¡Te va a chingar Margolis!”.
Y le repitió: “¡ No tienes ninguna oportunidad. ¡Te va a chingar Margolis!”.
“En la mesa, frente a mí, uno de los hombres tira tarjetas de presentación de
cuando trabajaba para Sébastien. Llevan mi nombre, claro, y el logo de la
empresa de material médico que tenía mi hermano con Eduardo Margolis”. En los
últimos tiempos el caso de la “francesa secuestradora” ha tomado relevancia
porque incluso enfrentó a los presidentes de México y Francia. Sarkozy
está empeñado en devolver a su patria a la francesa para que allí cumpla
condena, o le otorgue el perdón porque el presidente de Francia “cree en su
inocencia”. Y solamente así ha podido salir a la luz pública el nombre
del agente israelí y tímidamente algunos medios ahora lo mencionan pero se
cuidan de no involucrar directamente al Mossad. Por eso da risa la carta que
Eduardo Margolis envió a Proceso en abril, en su derecho de réplica, cuando
Homero Campa abordó el tema. Ahí afirma que no conoce a Israel Vallarta; que no
ha tenido ninguna relación de amistad o de negocio con dicha persona y “…por
último le afirmo, que no soy jefe de seguridad de ninguna comunidad, ya que me
dedico a ejercer el comercio de manera lícita”. Homero Campa le contesta que
“los señalamientos sobre su persona no fueron realizados por el reportero, sino
que están contenidos en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIS/190/2005
–relativa a los casos de Florence Cassez e Israel Vallarta– y que se
reprodujeron sin emitir juicios. “La información sobre la supuesta relación
entre Margolis y Vallarta la describió este último en la declaración
preparatoria que rindió el 9 de marzo de 2006 y que forma parte del referido
expediente judicial, del cual Proceso tiene una copia. Puntualizo además que la
nota a la que alude el señor Margolis se titula Un “thriller” lleno de trampas
y no “Relación Turbulenta Israel Vallarta”; que apareció en Proceso 1692 y no
en el número 1693, y que en el texto nunca se afirma que él sea “jefe de
seguridad” de alguna comunidad”. Han pasado cuatro años desde la publicación
del reportaje en unomásuno y de la golpiza que me propinaron por meterme en
este caso de la cual todavía no me recupero completamente. Sucede que a los 15
días de haber revelado la identidad del jefe del Mossad, en la colonia
Clavería tomé un mini taxi a las 3 de la tarde, luego de que mi vehículo se
descompusiera y lo dejara estacionado sobre la avenida Cuitláhuac. A las dos
cuadras el chofer hizo una parada y se subieron dos individuos, se sentaron
junto a mi y uno de ellos sacó un minibat, de esos que usan para
checar llantas; me amenazó, sacó mis documentos del saco y comprobó
mi identidad. Al saber que era el reportero Xavier Méndez comenzaron a
golpearme con el bat con inaudita saña. Me quebraron una mano con la que me
defendí la cara, me rompieron la nariz, una costilla y me transfiguraron el
rostro. Después de pasearme por la ciudad por más de tres horas me tiraron allá
por el rumbo de Iztapalapa y de ahí me fui por mis medios al hospital Magdalena
de las Salinas. Antes de bajarme del auto me dijeron: “Para que no ande
de metiche piche periodista”. Era un mensaje del Mossad. Algunos
compañeros de la “fuente” de PGR me aconsejaron que denunciara en la Fiscalía
Especial para Delitos Contra Periodistas y que le comentara a
García Luna. Sabiendo las complicidades entre ellos no lo hice. Preferí guardar
silencio, hice mis maletas y me vine a vivir a Cancún.
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