El traje nuevo del emperador o el Premio Nobel de Alfredo Jalife
29 de diciembre del 2013
Miguel Juárez Zapata
El bien conocido editorialista de “La Jornada” y prolífico tuitero Alfredo Jalife, se viste con el ropaje del nacionalismo y la defensa de las mejores causas. Ha bordado esta imagen con admirable tenacidad.
Sin embargo, leer sobre su proclamado “Premio Nobel de la Paz 1985” me motivó a investigar este impresionante logro del que no tenía noticias previas.
El resultado ha sido desalentador. En realidad, fueron los dos fundadores de la organización “Médicos Internacionales por la prevención de la guerra nuclear”, el ruso Yevgeny Chazov y el norteamericano Bernard Lown (éste último, a quien Jalife, dicen, denomina un “jázaro”) los que recibieron este galardón por su incansable trabajo de investigación, organización y cabildeo por la paz en épocas de confrontación nuclear.
La organización, dice Chazov al recibir el Nóbel:
“….., which has come to be called "International Physicians for the Prevention of Nuclear War" has grown rapidly: physicians from 11 countries participated in its first international congress in the USA in 1981; the fifth congress in Budapest in 1985 attracted delegates from over 50 countries. The small group of Soviet and American physicians grew to become a multinational army of 145.000 activists, who devote their free time to research on the possible consequences of nuclear war and to explain the data obtained to governments, politicians, scientists, the public and international organizations”, o traducido al castellano:
"....., que ha venido a denominarse " Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear " ha crecido rápidamente: los médicos de 11 países participaron en su primer congreso internacional en los EE.UU. en 1981, el quinto congreso en Budapest en 1985 atrajo a delegados de más de 50 países. El pequeño grupo de médicos soviéticos y estadounidenses creció hasta convertirse en un ejército multinacional de 145.000 activistas, que dedican su tiempo libre a la investigación sobre las posibles consecuencias de una guerra nuclear y para explicar los datos obtenidos a los gobiernos, los políticos, los científicos, las organizaciones públicas e internacionales . "
En otras palabras, Jalife se ha apropiado del Premio y no se preocupa en aclarar las circunstancias ni la existencia de 145,000 personas inscritas en ese momento en el movimiento. Algo huele mal.
Para analizar la validez de este comportamiento, consideremos que otras organizaciones multitudinarias, incluyendo la Unión Europea en 2012, han recibido también el Premio Nobel de la Paz. Esto implica que, si seguimos el ejemplo del Sr. Jalife, los más de 500 millones de habitantes de la Unión Europea, incluyendo a los militares, a los policías antimotines y a los criminales que permanecen presos en las cárceles europeas podrían afirmar haber recibido el Premio Nobel de la Paz ese año. El dicho de Jalife es entonces poco apegado a la verdad. Pero desgraciadamente (para sus miles de seguidores) sus problemas van más allá. Tal vez presionado por no pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores de México ni a la Academia Mexicana de Ciencias, ni a Academias de Medicina o de otra índole, se ve forzado a exagerar o inventar reconocimientos. Por ejemplo, afirma ser miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York que, desafortunadamente, he encontrado, vende sus membresías a cualquier individuo, como puede verificarse en la liga:
Por módicos MEX $4212.00, Jalife puede presumir su membresía por 3 años. Un buen negocio. Sin embargo, el Sr. Jalife incluye este “reconocimiento” entre sus “galardones”. El caso empieza a parecer penoso.
Decidí verificar entonces la aseveración de Jalife (ver su página) de que “En 1997 fue invitado a dar un curso en la Universidad de Tréveris, Alemania, galardonado con la "Cátedra UNESCO", bajo los auspicios de la Comisión de Estudios Europeos y la Unión Europea: "Europa en la Perspectiva Ibero-Americana".
Después de examinar los datos, mi conclusión me ha preocupado aún más. El párrafo es por lo menos dudoso y exagerado. Tristemente, no parece haber registro de tal curso ni de tal “galardón”. Tal vez dio una charla con ese título y la UNESCO ayudó a solventar sus gastos, como sucede en miles de casos todos los días, con académicos de todas partes. Tal vez el Sr. Jalife pueda mostrarnos el “galardón” correspondiente y el registro de su “curso”, que no es lo mismo que un premio, solo por darle el beneficio de la duda. Por otro lado, la Universidad de Tréveris ( o Tier) en Alemania fue rankeada (clasificada) en 2012 como la número 1270 del mundo, detrás de varias pequeñas universidades centroamericanas. Desgraciadamente, si intentaba impresionarnos con su localización geográfica, habría que ser más cuidadoso, ya que Tréveris es de las universidades más mal clasificadas de Alemania.
En comparación, la UNAM (donde averigüé que Jalife es profesor de asignatura por 3 horas semanales en la Facultad de Contaduría) fue clasificada en el lugar 139 y entre las tres mejores de Iberoamérica. Para mi fue una sorpresa descubrir que el Sr. Jalife no es profesor de tiempo completo, ni de medio tiempo, de la UNAM, como parecería deducirse de su biografía. Averigüé, también, que muchos jóvenes principiantes apoyan a la universidad con horas de asignatura, lo que no los hace afirmar que son “Profesores de la UNAM”.
Finalmente, encontré esta descripción de esta universidad alemana, de la que nos habla el Sr. Jalife, que resulta interesante, en particular por las constantes afirmaciones “progresistas” de Jalife.
“La Universidad de Tréveris es una institución pública refundada el 15 de octubre de 1970 tras una interrupción de 172 años. Está estrechamente relacionada en cuanto a la organización se refiere con la Facultad de Teología de Tréveris. Hoy en día estudian en ella más de 14.800 estudiantes en seis facultades.”
¿Teología? ¿Que andaría haciendo ahí? ¡A estas alturas tengo ya una muy mala sensación!
He aquí las clasificaciones del “Ranking” Mundial:
Para resumir: Para mi alarma creciente, he concluido que el Sr. Alfredo Jalife no es Premio Nobel de la Paz ( o lo es tanto como los criminales y mafiosos encarcelados en Europa), no es miembro de Academia Mexicana o extranjera alguna que lo haya reconocido por sus contribuciones a la cultura y no fue “galardonado” con premio alguno por la UNESCO. Si acaso, este organismo contribuyó a transportarlo a una Universidad de bajo rango a impartir una conferencia. Nada de qué presumir y “escribir a casa”.
También me veo forzado a concluir que cuando alguien exagera, presume y miente de esta manera de (exagerados o falsos) logros, surge la irremediable impresión de que esconde graves dudas sobre su valía real. “El Emperador está desnudo”, gritaría algún niño perspicaz de un cuento clásico.
Triste espectáculo. Sin mencionar aquí lo demás que he descubierto en estos días: su racismo, enfocado contra los judíos y disfrazado como antisionismo, su homofobia, el maltrato que cotidianamente da a las mujeres en Twitter y su manifiesta vulgaridad, sin olvidar una sobresaliente capacidad de difamar y calumniar a aquéllos que difieren de sus opiniones o de su estilo.
Mi último descubrimiento es verdaderamente revelador, se trata de las grabaciones en que se lamenta, en idioma árabe y casi llegando al llanto, sobre algunas pérdidas en sus millones de dólares en el Líbano, invertidos en bolsas internacionales, epítome de la voracidad capitalista que Jalife pretende convencernos que combate. Muy triste y revelador en verdad.
¡ El Emperador está desnudo !
Fuente original: TV Alternativa
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