La mafia en las pluris del poder
20 de Febrero de 2018
Llegaron las listas. Aunque no todas, el PRI va a guardar las suyas hasta marzo. Pero el resto de los partidos ya las armaron. La trampa sigue siendo la misma. Por un lado, leemos un par de nombres (los menos) que mucho pueden aportar a la vida política. Por el otro, vemos la misma cosa que deseamos sacudir, que representa uno de los pilares más dañinos para la democracia del país: el clientelismo. Es esa práctica tan añeja que le da sentido a las muchas adherencias que hemos escuchado en las últimas semanas: las listas que conocemos, por ahora, son el pago anticipado por clientela electoral. Y varios de los nombres de las listas que conocemos están ahí porque en México el paso a la democracia no pasó por la desintegración del clientelismo y el corporativismo: al contrario, lo cotizó más alto en el mercado de los votos.
Hoy, vemos a AMLO dando la bienvenida a los peores representantes de lo que ha llamado “la mafia en el poder”, simplemente porque “la mafia en el poder” es sinónimo de eso que, lamentablemente, todavía puede hacer la diferencia entre ganar y perder. No es gratuito que dos de los más corruptos líderes sindicales están arropados por Morena: Napoleón Gómez Urrutia y Elba Esther Gordillo. Todos saltaron cuando José Antonio Meade acudió con la CTM y demás gremios sindicales que arropan al PRI. Oh, pero si era el candidato ciudadano, decían. Oh, pero si él no es priista, gritaban. Como si ésta fuera una práctica exclusiva del tricolor. ¿Ya se les olvidó a los panistas la cercanía de Fox con Elba Esther y todo lo que ésta representaba? Por ello, aprovechando las vacantes en las listas de plurinominales, un partido como Morena, el más soberbio y que ostenta superioridad moral como ningún otro, se atrevió a anotar a Napito, exiliado en Canadá, quien aseguraba no haberse robado un centavo, pero que siempre ha vivido rodeado de lujos.
El líder de los mineros que les quitó cerca de 55 millones de dólares, a pesar de jurar inocencia, tuvo que regresar gracias a una sentencia. Ese mismo regresará a nuestro país y lo hará con fuero. Aunque las acusaciones en su contra ya no son vigentes, ¿qué necesidad tenía un partido como Morena —que se dice adorador de la honestidad— de colocarlo de nuevo en el tablero político. Así de grande su valor clientelar: él con su fuero en la bolsa, le da a AMLO votos. Así como Maquiaelba se los daba siempre al mejor postor. Y ahora lo que busca es alguien que le haya ofrecido un poco de venganza. Los sindicatos se convirtieron en una moneda de cambio político en beneficio de sus dirigentes y en perjuicio de los trabajadores. Los espacios plurinominales son ese premio que otorgan los partidos a quienes respaldan a sus abanderados. El PRI aún no revela sus nombres, pero estamos seguros de que aparecerá Romero Deschamps. Impresentable igual que Napito. Pero, repito, lo curioso es que los partidos distintos al PRI no han logrado generar nuevos mecanismos que hagan a un lado esa práctica tan tramposa como lo es el clientelismo. Los usos y costumbres priistas son usos y costumbres en el resto de los partidos. No hay una nueva generación de políticos, son los mismos operando igual en distintos grupos. AMLO ya tiene a Napoleón, a Elba (y familia completa), y a la CNTE (enemigos de Elba, pero ya vimos que en ese partido hasta los amores los decide una persona).
Eso es lo que gritan las listas plurinominales que hasta hoy hemos podido ver. Los partidos se juegan mucho en ellas. AMLO pone en entredicho lo que nos dice en su campaña: ¿cómo la adhesión de personajes sumamente cuestionados nos garantiza una verdadera lucha anticorrupción? ¿Cómo? ¿Dándoles fuero a los otrora mafiosos? ¿Poniendo a la mafia en las pluris del Poder Legislativo? Mañana nos ocuparemos de las listas del PAN, PRD y MC. Y cuando las conozcamos, de las del PRI.
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