El 2 de octubre que sí se olvida
Por alguna razón que escapa a nuestra comprensión, el 2 de octubre es una fecha en la que se recuerdan acontecimientos de interés nacional o mundial. En el caso de México, la matanza de estudiantes universitarios en la Plaza de la Tres Culturas en Tlatelolco en 1968 sumó un elemento dramático a la serie de movilizaciones juveniles y estudiantiles que se realizaban en todo el mundo.
Ayer se cumplieron 50 años de aquel crimen de lesa humanidad, pero de no haber sido por esa sangre, hoy México viviría reprimido y sin la posibilidad de ejercer el derecho de la libre manifestación. Ante lo atractivo del recuerdo de aquellos violentos acontecimientos y la mediatización de esta fecha al grito de: “2 de octubre no se olvida”, si hay un acontecimiento que sí olvidamos; la fundación del Opus Dei en 1928 por José María Escrivá de Balaguer y Albás sacerdote español y hoy santo de la iglesia católica.
La singularidad de esta congregación religiosa cuyo nombre completo es: Prelatura Personal de la Santa Cruz y Opus Dei, es que su pensamiento rompió con la idea que existía en aquellos primeros años del siglo XX en el que sólo los religiosos podían acceder a una vida santa.
La santidad se entiende como el cúmulo de virtudes en la que se incluye una elevación ética y el desarrollo de una vida ejemplar. El concepto trasciende a la iglesia católica y aplica para todas las religiones en las que se destaca a alguno de sus integrantes en el ejercicio y transmisión de esos valores.
El pensamiento de San José María Escrivá de Balaguer revolucionó el concepto de santidad al establecer que cualquier hombre o mujer con su vida cotidiana y su trabajo bien hecho podemos alcanzar la santidad.
Escrivá de Balaguer dijo que la finalidad del Opus Dei o la Obra de Dios es contribuir a que haya en medio del mundo, hombres y mujeres de todas las razas y condiciones sociales que procuren amar y servir a Dios y a las demás personas en y a través de su trabajo.
Para el Opus Dei, usted y yo, al final de la vida podemos ser santos a través de una vida cotidiana, coherente, así como lo hizo Jesús en sus primeros 30 años de vida. Ser santos a través de la santificación del trabajo, al realizar una actividad honrada, hecha con un espíritu de excelencia, que sirva a la sociedad como Jesús, quien hizo todo bien. Ser santos a través de la oración, el sacrificio, los sinceros actos de caridad, comprensión, compasión y cortesía. Ser santos a través de la unidad de vida con Jesucristo como guía.
A grandes rasgos así es el Opus Dei que celebra 90 años de su fundación. El 2 de octubre también tiene cosas buenas para recordar.
Corazón que sí siente: Cuauhtémoc Blanco se llevó a todos sus compadres del futbol para gobernar Morelos. Lo que preocupa es que en su equipo no hay un buen portero para evitar que les metan una goliza.
@JESUSMARTINMX
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