Rai al Youm: ¿Por qué Europa está en contra de la anexión de Cisjordania?
Las Naciones Unidas y la mayoría de países occidentales que apoyan al régimen de “Israel” y temen su descomposición han rechazado al unísono el plan para anexionar partes de Cisjordania.
“El restringir la cuestión palestina y la disputa árabe-israelí a la estrategia del gobierno de Benyamin Netanyahu, que planea anexionar el 30% de Cisjordania y el Valle del Jordán, es un crimen y un descrédito para la causa palestina”, escribió Abdel Bari Atwan, director del periódico panárabe Rai al Youm. “No solo los territorios destinados a la futura anexión ya están ocupados, sino que toda Palestina, con la excepción de Gaza, está bajo ocupación. El silencio ante décadas de ocupación y la complicidad de Occidente con “Israel”, así como la lealtad a los Acuerdos de Oslo y sus falsas promesas es un error, si no un crimen.”
La zona A, que está bajo la soberanía ficticia de la Autoridad Palestina, representa menos del 18% de Cisjordania, pero las zonas B y C representan el 82% del área total de Cisjordania.
La oposición al plan de anexión israelí también está muy extendida en Europa y en los países árabes. En su carta abierta, los representantes electos de los parlamentos nacionales europeos explican que están “profundamente preocupados” por el “precedente” que crearía una anexión en las relaciones internacionales y por “el impacto que esta anexión tendrá en la vida de los israelíes y palestinos”. Pero no hace falta decir que esta oposición se deriva más de su preocupación por el colapso de “Israel” que de una preocupación real por los derechos legítimos del pueblo palestino. De hecho, ningún país europeo ha amenazado con imponer sanciones al régimen de ocupación. Solo se emitieron advertencias. Hungría y Austria incluso han evitado usar la palabra “condena”.
Atwan cree que para los aliados europeos de “Israel”, el estrangulamiento de la Autoridad Autónoma Palestina, el colapso de la seguridad y la explosión de la intifada (o resistencia en Cisjordania) significan un retorno al punto de partida, la situación anterior a los Acuerdos de Oslo, marcada por los enfrentamientos armados en la lucha contra la ocupación.
El mayor error cometido por la Autoridad Palestina, la heredera de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), fue su silencio sobre la ocupación y su coordinación con los servicios del régimen sionista. Durante más de 27 años, la Autoridad Palestina se convirtió en una herramienta de seguridad en apoyo de los colonos israelíes a cambio de algunos sobornos y compensaciones financieras. Como resultado, la causa nacional de los palestinos ha perdido importancia y ha quedado relegada a un segundo plano.
El resultado es que las autoridades sionistas planean ahora apoderarse de toda la tierra palestina y convertir a los palestinos en “esclavos”.
El plan de anexión consiste en primer lugar en controlar las tierras agrícolas, donde la población es baja, y de sus recursos hídricos, y en colocar en el segundo plan las grandes localidades como Nablus, Al Jalil y Tulkarem. Será una “transferencia” o expulsión a Jordania, en otras palabras, una repetición del escenario de una Nakba, como la llevada a cabo en 1947 y 1948.
El régimen israelí busca anexionar el Valle del Jordán no solo porque es la principal fuente de agua y consiste en tierras agrícolas fértiles, sino también porque la región formará en el futuro la frontera oriental de Palestina. Por lo tanto, está prohibido a Palestina tener contacto fronterizo con la profundidad árabe y repetir el error de Gaza, que tiene la profundidad de Egipto.
Nuestro principal problema es saber como será la “reacción” de la Autoridad Palestina y las corrientes islámicas a este plan, así como su estrategia antes y después de su implementación.
Al final, el régimen israelí se encuentra en su posición más débil. Está rodeado por todos lados de enemigos y misiles y su participación en una guerra le costaría caro. Además, los riesgos de la transferencia de misiles balísticos a Cisjordania desde Gaza o el Sur del Líbano son grandes, lo que crearía nuevas reglas del juego, según el periodista árabe.
“Preferimos permanecer vigilantes”, escribe Atwan, “porque no confiamos en las amenazas para detener la coordinación de seguridad. ¿Y cómo podemos confiar, cuando uno de los líderes de los servicios de seguridad le dijo al New York Times que incluso después de la ruptura de la coordinación con los israelíes, las fuerzas de la Autoridad continuarán luchando contra el “terrorismo”, que amenaza los asentamientos israelíes. Esto significa ser un voluntario para apoyar el régimen de ocupación.
La suspensión o aplazamiento del plan de anexión no debe considerarse un éxito, una victoria o una concesión por parte de “Israel”. Debemos ver la otra cara y continuar tomando las medidas necesarias para luchar contra la ocupación y recuperar nuestras tierras, indica Awtan.
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