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miércoles, 24 de febrero de 2021

Cuauhtemoc: “el águila crepuscular” La palabra “Cuauhtemoc” proveniente del id

 Cuauhtemoc: “el águila crepuscular”

La palabra “Cuauhtemoc” proveniente del idioma náhuatl, en realidad no tiene uno, SINO TRES SIGNIFICADOS distintos y el motivo de esta breve publicación es compartirles estas susodichas tres “traducciones polivalentes” del evocador nombre azteca “Cuauhtémoc”, mismo que portó el legendario doceavo y ultimo, “Huey Tlahtoani” mexicano, quien dicho sea de paso, no fue “sembrado” (bautizado) con ese nombre por cuestión del azar o por mero gusto de sus progenitores, pues en el México Antiguo, las personas tenían nombres personales acordes a su “misión” en la vida, misma que los sabios agoreros del templo (“tonalpohuqui”) dictaminaban o estipulaban a manera de PREDESTINO para cada persona, luego de analizar con ayuda del antiguo libro sagrado “Tonalamatl”, el momento astronómico de la hora de nacimiento y las “energías innatas” mostradas por los recién nacidos.
Establecida la introducción, he aquí los tres significados de la palabra “Cuauhtemoc”, mismos que aconsejamos sean vistos como las “capas de un todo” y no como significados separados, para que logren hacer suyo el profundo mensaje que contienen:
* Significado literal: “Águila que desciende”
Esta sin duda, es la traducción más ampliamente conocida del nombre del soberano mexica, pues como se sabe, “Cuauhtemoc” es una aglutinación del nahuatl, producto del vocablo “cuauhtli” que significa “águila” y del término “temoc” que se refiere a “bajar o descender”.
* Significado simbólico: “Puesta de sol o crepúsculo”
Dentro del idioma náhuatl, todas la palabras conservan un significado simbólico aparte del literal, pues en realidad, el idioma de los antiguos mexicanos era una “lengua poética” (Xochitlahtol = lenguaje florido), que usaba la ambivalencia (o doble sentido) para expresar con una sola palabra dos o más conceptos distintos. En este caso, el “nahual” o “simbolismo” del águila es el SOL, pues se le consideraba al Astro Rey, como “una gran ave guerrera que surcaba los cielos” (Ver, monumento Piedra de los Soles), siendo esta ave rapaz por excelencia la del águila real; por tanto, decir que el “águila desciende” es también el simbolismo del atardecer o el ocaso del día, que es el momento justo en que el “Sol (la gran ave) baja en el horizonte”.
* Significado profético: “El Finalizador”
Dentro de la cosmovisión del Anahuac, el Sol (“Tonatiuh” = Aquello irradiante) no era una deidad del panteón mexicano o un objeto de culto en sí mismo (como el caso del Culto Solar occidental), sino que era venerado precisamente porque se le consideraba el “Recipiente Sagrado” o lugar donde se almacenaba la “energía divina” que mantenía la vida en la tierra; no obstante, los antiguos mexicanos creían que esta energía mística (“Ollin”) transmutaba cada cierto tiempo establecido, cambiando de diferente naturaleza y potencia de acuerdo a los tránsitos de las “Eras o Edades” de la Civilización (“Nahui Ollin”, Mito de los Soles). Por tanto, en el sentido profético un “águila en picada o descendiendo” aparte de ser el indicativo de un “Sol en el ocaso”, también puede ser traducido como el “Final de una Edad”, pues un “atardecer” en una escala superior y sagrada, es el simbolismo de que la “energía divina” comienza a vaciarse o debilitarse y solo será restablecida cuando el Sol, aparezca de nueva cuenta en el “amanecer del siguiente ciclo cósmico” (nacimiento de una Nueva Edad).
No obstante, este significado “profético” ofrecido, acerca del nombre de Cuauhtemoc no es producto, ni conclusión de la retrospectiva histórica, formulada a sabiendas de que a Cuauhtémoc le tocó la tragedia de protagonizar la “Caída de Tenochtitlan” estando la ciudad bajo su tutela; en realidad, el significado profético nos viene desde la tradición, pues se asegura que ya se sabía entre los Señores mexicah contemporáneos a Cuauhtemoc, que posiblemente él sería el último tlahtoani de la época antigua, pues cuenta la leyenda, que los sabios del templo le “bautizaron” con ese nombre a manera de “clave y sortilegio”, porque después de revisar su “energía innata” (“tonalli”) en base a las formulas sagradas del “Tonalamatl”, se dieron cuenta que ese niño estaba PREDESTINADO a “Ocultar el sol” (como así mismo inicia su célebre Mandato al Anahuac, que dejo a la posteridad) o lo que es lo mismo, ver llegar el crepúsculo del liderazgo mexica cuando, al fin, la “oscura noche cayera sobre México-Tenochtitlan”. Fue así, que “Cuauhtémoc” (“Águila que desciende”, “Ocultamiento del Sol”, o el “Finalizador”) se le dio por nombre a ese bebe especial de nuestro pasado, hijo de Ahuizotl y la princesa Tiyacapantzin y nacido bajo la luz mortecina de un eclipse (año 4-Tecpatl, 1496), quien sería a la postre, elegido por la fatalidad para convertirse en el último líder defensor de la gran Confederación de la Triple Alianza. Por ello, desde niño a Cuauhtemoc se le fue educando y preparando para la gran prueba que según las visiones de los sabios, tendría al final de su vida, cuando llegara el momento de “Finalizar la Era” (enterrar a Tenochtitlan) y entregar el conocimiento que guardaba la “Blanca Ciudad” a nuevos guardianes.
¿Cómo supieron los sabios “tonalpohuaqui” que Cuauhtemoc sería el niño de la profecía, que habría de cargar con el peso de tener que finalizar dignamente la Era Mexica, sosteniendo a su pueblo en la más amarga de las pruebas (la derrota)?, eso aún no tiene respuesta por parte de la ciencia actual y es pieza clave del gran misterio que encierra todo lo tocante a la enigmática figura del ultimo “Huey Tlahtoani” del México ancestral.
Para abonar al fascinador mito del héroe y mártir, Cuauhtemoc, cerremos este texto con las palabras que le fueron conferidas al momento de nacer por parte de la sacerdotisa y partera que lo recibió, mismas palabras que fueron recogidas por las fuentes y que rezan así:
“… ¡Oh niñito, Tú propia tierra es otra!, no eres de aquí,
en otra parte estas comprometido, que es el campo donde se hacen las guerras…
tu oficio y facultad es la guerra,
tu oficio es dar de beber al sol con la sangre de los enemigos de Tenochtitlan,
y dar de comer a la tierra, que se llama Tlaltecuhtli, con sus cuerpos.
Tu propia patria, tu herencia y tu padre esta en la casa del Sol, el cielo;
Allá has de alabar y regocijar a nuestro Dios”.
***
Tenochcayotl Pueblo de la Luna
“A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana”

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