Opinión: La postura de una mujer de Gaza sobre Hamás: 'No es complicado'
TODOS LOS PALESTINOS TIENEN DERECHO A LA AUTODEFENSA CONTRA LA CONTINUA AGRESIÓN DE ISRAEL.
Cuando tenía 9 años, las Fuerzas de Defensa de Israel me dispararon. La mayoría de las personas con las que crecí en Gaza pueden contar una historia similar: algún incidente del que se salvaron de milagro, un enfrentamiento directo con un bombardeo mortal, una masacre. La mía no tiene nada de especial.
Fue en 1992, durante la primera intifada; iba camino a casa del turno vespertino de una escuela sobrepoblada para refugiados. En aquellos días, era habitual ver escenas de desafío y enfrentamiento frente a la entrada de la escuela, entre los vehículos militarizados israelíes que hacían su ronda y los niños de la escuela secundaria cercana. Para mi yo de 9 años, los enfrentamientos eran un gran inconveniente.
Mi programa favorito, la telenovela estadounidense “The Bold and the Beautiful”, empezaba diez minutos después de mi última clase, en el Canal 2 de Israel. Todo el día esperaba ese momento, para ver mi programa antes de que mi padre, a quien no le gustaba nada que lo viera, llegara de la clínica donde trabajaba.
Tenía que cruzar la calle para llegar a casa. Aquel había sido un día escolar cualquiera: los jeeps israelíes a mi derecha, los estudiantes a mi izquierda. Se habían montado barricadas, había neumáticos incendiándose, un humo negro y espeso inundaba el aire. Los disparos eran frecuentes. Esperé lo que me pareció una pausa bastante larga y luego crucé corriendo. Escuché el estallido al mismo tiempo que sentía una sensación de ardor en la pantorrilla. Me desmayé con la imagen de Ridge y Brooke, los protagonistas de la serie, reuniéndose por fin.
Un vecino me llevó al hospital. Por suerte, la herida no era grave: solo era un disparo de refilón, una simple herida superficial. Pero el dolor fue inmenso durante semanas. Nunca llegué a ver ese episodio.
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