Por Kurt Nimmo
En un escenario de pesadilla imaginado por los faltos de cerebro del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales - cuartel general de neoconservadores locos como Michael Ledeen y los criminales de guerra del calibre de Madeleine Albright - Irán logra producir un arma nuclear y lanzarla sobre Israel, matando en última instancia a 800.000 personas. "Ataques nucleares de represalia israelíes, con bombas de alto rendimiento y sistemas de lanzamiento de cohetes de presición, serían mucho más destructivos", escribe Peter Goodspeed, para el National Post. "Una plena respuesta nuclear israelí, con algunas, pero no la totalidad, de sus 200 armas nucleares, podría tener como objetivo a la mayoría de las principales ciudades y bases militares iraníes. Significaría asesinar de 16 millones a 28 millones de personas dentro de tres semanas."
Se estima que Israel tiene alrededor de 400 armas nucleares. Como revelara el técnico de armas israelí Mordechai Vanunu en 1986, los israelíes han producido entre 100 y 200 bombas de fisión avanzada y se han apoderado de un diseño termonuclear. En 1986, al parecer ya tenían una serie de bombas termonucleares listas para usar. Según el Instituto de Análisis de Defensa, las instalaciones israelíes en Soreq y Dimona tienen la misma misión que las de Los Álamos, Lawrence Livermore y el Laboratorio Nacional de Oak Ridge en los Estados Unidos. Hace más de veinte años, Israel desarrolló en computadoras "los códigos que les permitirían construir bombas de hidrógeno".
Mientras tanto, Irán no se encuentra al ritmo, sin importar el miedo de las historias de ciencia-ficción tejidas por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Irán logró enriquecer una pequeña cantidad de uranio utilizando una cascada de 164 centrifugadoras que hicieron girar hexafluoruro de uranio gaseoso a velocidad supersónica. El uranio enriquecido que Irán produce no puede ser utilizado en un arma nuclear, ya que contiene sólo el 3,5% de U-235, mientras que un arma nuclear normalmente requiere uranio altamente enriquecido que contiene más del 90% de U-235. No importa el uranio altamente enriquecido, Irán ya tiene problemas con uranio poco enriquecido. A principios de este año, el Organismo Internacional de Energía Atómicainformó que Irán había subestimado gravemente las evaluaciones anteriores de la cantidad de material poco enriquecido que había producido. El OIEA se estresó porque las limitaciones técnicas y la ineficiencia de los equipos impedirían que Irán refinara el uranio poco enriquecido en un suministro de material adecuado para armas de esta categoría. Sin embargo, esto no ha evitado que Israel y los neoconservadores afirmen histéricamente que Irán posee "suficiente uranio enriquecido para la fabricación de material fisionable, como mínimo, para una o dos bombas atómicas del tipo de Hiroshima", como escribiera Uri Dan para el Jerusalem Post a principios de 2006. Si no tienen el material nuclear para un par de bombas en bruto, "el Presidente iraní Ahmadinejad no pudo haberse atrevido a declarar que Israel debería ser borrado del mapa", afirma Rafi Eitan, arquitecto clave del Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel) y el Mossad (el lema del Mossad es: "Por la vía del engaño, has de hacer la guerra", según Victor Ostrovsky, ex agente del Mossad).Al final, Mahmoud Ahmadinejad nunca pidió que Israel fuera"borrado del mapa", como Eitan, los neocons y la mayoría de los medios corporativos (especialmente el New York Times) varias veces y deshonestamente reclamaron. El discurso de Ahmadinejad fue deliberadamente mal traducido por MEMRI, el Middle East Media Research Institute, un frente del Mossad hecho pasar por un servicio de noticias. "Comenzando con Juan Cole, y pasando por los expertos del MEMRI del New York Times a monitores de la BBC, el consenso es que Ahmadinejad no hablo de ningún mapa", escribió Jonathan Steele del The Guardian en junio de 2006. Ahmadinejad no hablaba de atacar a Israel. Solo expresó un vago deseo de terminar con el sionismo político, que es para algunos lo mismo que atacar a Israel con una bomba nuclear. El ridículo informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales - de la coautoría del ex director de inteligencia de evaluación en la Oficina del Secretario de Defensa, Anthony Cordesman - ha aparecido a raíz de la horrorosa falla del plan de la inteligencia israelí y norteamericana de sabotear las elecciones iraníes y fomentar una "revolución de color".También motivado para coincidir con los provocativos ejercicios militares israelíes en el Mar Rojo que constituyen el ensayo para el ataque a Irán. "Expertos de Defensa de Israel señalaron... que la actividad naval se ha dado a conocer con la intención de enviar un mensaje a Irán", informó el Telegraph, la semana pasada.En el mundo real, la única amenaza nuclear en el Oriente Medio es la representada por Israel. Si Israel cumple con su amenaza - cada vez más probable con el paso de las semanas - de atacar las instalaciones nucleares de Irán, el resultado será catastrófico. A raíz de un ataque, "enormes cantidades de material radiactivo serían esparcidos en el aire para contaminar al pueblo de Irán y los países vecinos", explica la Dra. Helen Caldicott, que consultó a una eminente autoridad internacional sobre las armas nucleares. "Esta lluvia induce a padecer cáncer, leucemia, y enfermedades genéticas en estas poblaciones durante los próximos años, es por tanto una catástrofe médica y un crimen de guerra de inmensas proporciones", escribe en su libro, "El Poder Nuclear no es la respuesta", publicado en 2007. Ella cita el ejemplo de Chernobyl.Por último, como nota de los analistas, las armas convencionales no serán eficaces contra los emplazamientos subterraneos de lugares de almacenamiento de materiales nucleares y plantas de conversión de uranio iraníes en Isfahan y la planta subterránea de enriquecimiento de uranio en Natanz. "Los funcionarios iraníes han reconocido que la instalación de Isfahán está específicamente diseñado para ser impermeable a los ataques convencionales, por lo que es un objetivo nuclear primordial. La planta de Natanz está enterrada entre 18 y 23 metros debajo de la superficie, por lo que es un objetivo difícil para un ataque convencional. Para este escenario, nosotros modelamos los ataques: cada uno se realizaría con tres armas nucleares de penetracion B61-11 en conjunto para explotar con un rendimiento de 340 kilotones. Los modelos meteorológicos en el HPAC fueron utilizados para determinar el patrón de distribución de la lluvia", escribe Physicians for Social Responsibility.
"Con nuestro mapa [arriba] podemos ver que dentro de 48 horas, la lluvia cubriría la mayor parte de Irán, la mayor parte de Afganistán y se propagaría hacia Pakistán y la India. Las consecuencias de la utilización de un arma de excavación, como la B61-11 serian peores que la de un arma de superficie, debido a el polvo y desechos radiactivos extras expulsados del sitio de la explosión. En el área inmediata de los dos ataques, nuestros cálculos indican que dentro de 48 horas, se estima que 2,6 millones de personas morirían". En el área más amplia, más de 10.5 millones de personas podrían estar expuestas a una lluvia radiactiva significativa. "En la inmensa zona de lluvia, muy pocas personas tendrían acceso a una atención médica adecuada, aumentando así el número de víctimas potenciales de un ataque. De los estudios realizados después del uso de armas nucleares contra Japón, sabemos que también habría un grave trauma psicológico para la población afectada, que agravaría aún más los resultados negativos para la salud de las víctimas del ataque".Los saudíes están tomando en serio la amenaza. En 2008, el Consejo Shura Saudita - compuesto por un grupo selecto de toma de decisiones oara el cirulo autocrático - preparó "planes nacionales para hacer frente a cualquier peligro nuclear y radiactivo repentino que pueda afectar al reino siguiguiendo las advertencias de los expertos respecto a posibles ataques contra los reactores nucleares de Irán en Bushehr", de acuerdo con periódico líder del reino, Okaz. En septiembre de 2008, Israel comenzó también la preparación de civiles para la inevitabilidad de una exposición radiactiva.Israel y los Estados Unidos están dispuestos a aceptar este enorme número de muertos y contaminación radiactiva, a fin de "enviar un mensaje" a Irán. Además de millones de muertes iniciales, un ataque israelí -, naturalmente, llevado a cabo con la participación de EE.UU. - supondrá un golpe mortal a la economía global y desencadenaría una Tercera Guerra Mundial (los neocons llaman a esta la "cuarta guerra mundial", pues consideran a la guerra fría como la tercera).
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