Los colonos se preparan para la guerra
Diga lo que diga Netanyahu, los colonos en Cisjordania y Jerusalén son el principal problema del conflicto israelo-palestino. Sin la colonización, sin la toma decisiones unilaterales con vocación de futuro en tierras árabes, con la retirada de Israel tras la Línea Verde que se corresponde con sus fronteras internacionalmente reconocidas, la paz sería cuestión de horas.
2011-09-26 08:51:02 / Fuente: Juanlu González, Bitsrojiverdes.org
Pero el gobierno de coalición hebreo está en manos de colonos integristas y la sola mención a una posibilidad de retirada de tierras ocupadas supondría la caída automática de Netanyahu y la probable subida al poder de Tzipi Livni, quien realmente ganó las últimas elecciones en Israel con el partido Kadima aunque sin la mayoría suficiente como para formar gobierno.
Los colonos no son una suerte de pioneros idílicos que van a tierras ignotas a cultivar la tierra. Todo lo contrario, son fuerzas ocupantes perfectamente armadas, racistas, supremacistas, radicales y muy peligrosas. En estos días muchos han sido armados con equipamiento antidisturbios por si tienen que enfrentarse a palestinos indignados con la penosa situación en la que han sido puestos por la ocupación israelí y la complicidad occidental. Han amenazado incluso con desafiar al poder del gobierno israelí si se atreven a usarlas como moneda de cambio con los palestinos. Algunos analistas anticipan incluso la posibilidad de una guerra civil en la que muchos militares del Tsahal, absolutamente infiltrado por sectores cada vez más integristas e incluso por ultra ortodoxos —esos los que la religión les impide incluso dar un palo al agua— tomarían partido por los colonos. Saben que en anteriores propuestas de acuerdo, como las de Ehud Barak, podrían haberse desmantelado hasta un centenar de las más de 150 colonias que Israel mantiene en tierras palestinas. Así que, a pesar de sentirse especialmente cómodos con el gobierno de Netanyahu, saben que su situación podría variar algún día no muy lejano. Incluso cabría la posibilidad de que algunas colonias cayeran del lado palestino en un futuro reparto, algo a lo que no se ha opuesto la ANP aunque, obviamente, la organización persigue como objetivo la repatriación de los colonos ocupantes a Israel o a sus tierras de origen en Rusia, Argentina, Francia, etc.
Ante tales eventualidades, muchos colonos están optando por prepararse para una guerra contra Palestina o incluso, si llega el caso, contra Israel. Están constituyendo milicias irregulares, entrenando a mujeres y niños para defender las conquistas militares y sus tierras robadas. Las imágenes adjuntas son más que elocuentes y dan buena muestra de la calaña de gentes que vive en las colonias judías de Cisjordania. Obviamente no son civiles, como muchas veces nos quieren hacer ver, son fuerzas de ocupación perfectamente pertrechadas y con pocos ánimos de paz. Como ladrones que han obtenido sus tierras por la fuerza, necesitan de la fuerza para retenerlas y no dudan en hacer uso de ella frecuentemente para amedrentar a sus vecinos, humillarlos, destruir sus cosechas, quemar sus mezquitas, demoler sus casas o tratar de que abandonen las tierras que habitan.
Pero eso no es todo, gentes que apoyan a los colonos han llegado a Cisjordania para ayudar en su protección. Se trata de miembros grupos fascistas franceses de ideología y estética sionazi comprometidos con la ocupación total de Palestina y con una larga trayectoria de ataques de tipo terrorista a organizaciones solidarias con Palestina en toda Francia. Obviamente, no han sido detenidos en los aeropuertos de Israel como los solidarios con las personas que sufren de inanición en Gaza, han llegado a la Ribera Occidental para demostrar de qué son capaces. Todo el mundo sabe que el mayor problema para la paz es la existencia misma de las colonias y el propio Netanyahu es rehén de ellas, lo tienen atado de pies y manos. Para avanzar un milímetro hacia la paz, lo primero que debería caer es el actual gobierno israelí secuestrado por ultraortodoxos integristas y colonos. La otra opción es la barajada disolución de la ANP, anunciada hoy por algunos miembros de la propia organización y demandada por otras organizaciones palestinas como la Yihad islámica, que augura una etapa especialmente dura para los palestinos, pero con resultados a medio plazo que pondrían en aprietos la propia existencia de Israel como estado judío, ya que alcanzarían la mayoría demográfica en unos pocos años.
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