Fernando Lugo. El Cáncer Imperialista y los Fraudes Laboratoriales
Si de fraudes se trata, la propaganda del gobierno arzobispal se lleva las palmas
En una de sus siempre polémicas declaraciones, el mandatario venezolano Hugo Chávez señaló lo sospechoso de que el cáncer en sus diversas formas sea una enfermedad que afecte solo a presidentes de izquierda, dejando entrever alguna manipulación del todopoderoso imperialismo detrás de tales diagnósticos. La duda fue lanzada por el líder bolivariano poco después de que se hiciera público el adenocarcinoma de tiroides que padece la presidenta argentina, Cristina Fernández.
Varios presidentes latinoamericanos se han visto últimamente alcanzados por los tumores malignos, y entre ellos se cuentan también al ex presidente Lula Da Silva y la actual mandataria Dilma Rousseff. La prensa mediática de la cual el cura presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ha sido siempre un gran favorecido, aprovechó la ocasión para incluir al cura presidente en la nómina de supuestos “izquierdistas” aquejados por el mal.
En verdad, Lugo es una prueba de que el cáncer supera las barreras ideológicas, y que en cualquier momento puede afectar a Alvaro Uribe, Juan Manuel Santos, Felipe Calderón o Sebastián Piñera, dado que los actos del gobierno arzobispal lo han ubicado bien a la derecha del espectro político, diga lo que diga la propaganda.
Hipocondría Teatral
Desde que el cáncer se le diagnosticara a Chávez, numerosas versiones circularon al respecto, desde las consabidas teorías conspirativas hasta las descalificadoras, que apuntaban a que todo se trataba de un truco de propaganda y de hipocondría teatral.
En el caso del cura presidente Fernando Lugo, ningún medio pudo acceder jamás a los resultados laboratoriales de su supuesto linfoma en fase IV, una temible enfermedad cuyo tratamiento es incompatible con el cargo presidencial.
Todos los estudios y terapéutica han sido realizados en el extranjero, y el gobierno arzobispal los mantiene como secretos de estado guardados bajo siete llaves. Y en cuanto a diagnósticos falsos y fraudes laboratoriales, el gobierno arzobispal ha demostrado mucha soltura de cuerpo.
Basta recordar que la justicia ha puesto en duda unas displicentes pruebas de ADN realizadas el cura-presidente a fines del 2010.
Los ADN adulterados
Un antecedente sobre el cual pesan sospechas de fraude es el emblemático caso de Hortensia Morán, a raíz de los famosos resultados de las tres pruebas de ADN utilizadas como operativo de prensa para blanquear al cura presidente. Para el efecto se montaron tres supuestas pruebas:
1- La prueba realizada por Laboratorio Curie, supuestamente realizada en Paraguay.
2- La prueba del laboratorio Biodiagnóstica, que envió las muestras a San Pablo, Brasil.
3- La prueba del laboratorio Meyer Lab, que supuestamente envió las muestras a Estados Unidos.
En ninguno de los casos se estableció una cadena de custodia, ni se solicitó permiso a juzgado alguno para el traslado de tales muestras. El resultado del labotario Curie hace tiempo fue declarado nulo, ya no se tiene en cuenta por la misma forma en que se entregaron los resultados.
En fecha de 31 de agosto se elaboró el informe, pero el sello de mesa de entrada figuraba 30 de agosto, es decir, se entregó un día antes de conocerse el resultado. La principal interesada en el resultado, Hortensia Morán, se enteró del “negativo” a través de la prensa, según todos los indicios, metida hasta la coronilla en un operativo para blanquear al cura presidente con miras a las elecciones municipales del 2010.
Respecto al segundo ADN, el de Biodiagnóstica, debe aclararse que el Dr. Gill no extajo las muestas, sino que recibió una muestra que la doctora Filártiga del Laboratorio Curie le pasó. ¿A quién pertenecía la muestra? Sólo Dios sabe. Da la casualidad que es la única muestra de la cual se posee un resultado original dado en San Pablo.
El tercer resultado, de Meyer Lab, sorpresa, fue el último resultado entregado y a pesar de haber sido realizado en Estados Unidos Solo tenía una redacción simple en español y con la firma de la Dra Meyer. Hasta hoy no se han podido exhibir los originales de tal prueba, ni el nombre de los labotarios norteamericanos involucrados, ni mucho menos el profesional que analizó las muestras.
No sería extraño para personajes así, que ya falsificaron su filiación ideológica, falsificar diagnósticos con la misma facilidad con la que lo hacen con los resultados laboratoriales.
Viva el Cáncer
“¡Viva el Cáncer!”, cuentan los cronistas, escribió una mano resentida en un muero de Buenos Aires cuando se anunció que la dama de los descamisados, Eva Perón, padecía la mortal enfermedad. Es que como dijera Eduardo Galeano, la odiaban los biencomidos; por pobre, por mujer, por insolente. Otro tanto hoy harían varios de los enemigos de la presidenta argentina Cristina Fernández, los de su oposición deshilachada, o los escuálidos que combaten a Hugo Chávez.
Lo cierto es que bien podrían llevarse una sorpresa parecida a la del vicepresidente de Paraguay, Federico Franco, quien ya se probaba la banda presidencial cuando ocurrió el “milagro” que al Paraguay le permite gozar de un cura presidente, que según la última encuesta, es reprobado por el 70,8 por ciento de la población.
Es que como lo expresó un maestro del humor negro, hay gente que no debería morirse nunca, bastaría con que pase el resto de su vida enferma.
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