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- Fecha: 11 May 2014
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- Fuente: Notimex
Advierte Protección Civil por rieso de tsunami en Colima a causa del Volcán Everman
“Aunque no es muy probable, el Everman podría hacer una erupción muy grande como la del Krakatoa, y eso acabaría no solamente con la población de Isla Socorro, sino que el tsunami que puede provocar hacia Colima sería de magnitudes desastrosas”, advirtió el director general de la Unidad Estatal de Protección Civil, Melchor Ursúa Quiroz.
Desde principios de febrero de 1993, que inició una nueva etapa eruptiva, el volcán Everman, que se ubica en la Isla Socorro o Benito Juárez del Archipiélago Revillagigedo, representa un riesgo latente de tsunami para Colima.
“Aunque no es muy probable, el Everman podría hacer una erupción muy grande como la del Krakatoa, y eso acabaría no solamente con la población de Isla Socorro, sino que el tsunami que puede provocar hacia Colima sería de magnitudes desastrosas”, advirtió el director general de la Unidad Estatal de Protección Civil, Melchor Ursúa Quiroz.
Aseveró que, por ello, Colima enfrenta dos riesgos volcánicos con el Everman, distante aproximadamente 600 millas náuticas de la plataforma continental, y el de Colima, ubicado al norte del territorio estatal.
“En Isla Clarión, del mismo archipiélago, hay otro volcán que no está activo, pero el de Isla Socorro o Benito Juárez sí está activo, y hace 7 u 8 años tuvo una erupción explosiva por un ducto en el mar, aproximadamente a 300 metros de profundidad, de acuerdo a estudios de la Universidad de Colima”, comentó.
Reiteró que la actividad volcánica del Everman representa un riesgo latente de tsunami para las costas colimenses, “y aunque como Protección Civil es difícil estar al pendiente, ya fueron instaladas algunas boyas de detección de tsunami”.
Explicó que gracias a esos aparatos es posible recibir notificaciones sobre los movimientos que se registran alrededor de esas islas del territorio colimense, y consecuentemente, de que puede llegar un tsunami.
Sin embargo, admitió que es difícil actuar con tiempo, pues “están en una distancia que nos puede avisar cuando mucho con 30 minutos de anticipación, de lo que no estoy seguro, pues hablo a cálculo mío y a lo mejor estoy mal, y por eso también queremos poner un sistema de sirenas de alarma en la costa”.
Ursúa Quiroz reconoció también que debido a ello, “es bastante difícil tener una capacidad de reacción y evacuación inmediata o a tiempo, y lo que estamos haciendo es cultura, que la población sepa que si está en la playa a la hora de un terremoto, lo mejor es retirarse de inmediato, haya tsunami o no”.
Precisó que en la costa colimense hay lugares problemáticos o puntos riesgosos, “porque a la hora de un tsunami debes estar a 40 o 50 metros sobre el nivel del mar para estar más o menos seguro, y por ejemplo en las playas de Cuyutlán o El Paraíso, todo es parejo y ni para donde ganar”.
Como ejemplo de lo anterior, recordó el tsunami que el 22 de junio de 1932 afectó al balneario de Cuyutlán, municipio de Armería, con una ola de más de 10 metros de altura que destruyó poco más de 400 casas, provocando la muerte de 75 personas y al menos 100 lesionados.
Aseguró que “todos los que estamos relacionados con Protección Civil sabemos del riesgo con el Everman, del peligro latente de un tsunami, y por eso estamos tratando que la población también esté enterada del riesgo y sepa cómo actuar”, indicó.
“Para ello, en cada periodo vacacional como el actual, ponemos letreros de qué hacer en caso de tsunami, e incluso checamos los albergues, su capacidad, las necesidades, por lo que todos están preparados para abrirlos en el momento que sea necesario”, puntualizó.
De acuerdo a instituciones como el Instituto de Geofísica de la UNAM y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), el Everman representa el punto culminante del Archipiélago de Revillagigedo, con una altitud que rebasa los mil 130 metros sobre el nivel del mar pero con raíces bajo de éste, a una profundidad de 3 mil 500 a 4 mil metros.
Se sitúa en el centro de la isla Socorro o Benito Juárez, la cual es habitada por un destacamento de poco más de 150 elementos de la Secretaría de Marina, junto con sus familias, y una de sus principales características es que el edificio principal tiene tres cráteres que arrojan constantes fumarolas.
Conforme a los registros, en 1848, 1896, 1905 y 1951 se presentaron erupciones pequeñas a moderadas, pero en 1993 tuvo una mayor actividad eruptiva por una ventila submarina en el flanco oeste del volcán, a una profundidad de 300 metros y que se mantuvo hasta 1994, registrando más actividad en 1996.
“Aunque no es muy probable, el Everman podría hacer una erupción muy grande como la del Krakatoa, y eso acabaría no solamente con la población de Isla Socorro, sino que el tsunami que puede provocar hacia Colima sería de magnitudes desastrosas”, advirtió el director general de la Unidad Estatal de Protección Civil, Melchor Ursúa Quiroz.
Aseveró que, por ello, Colima enfrenta dos riesgos volcánicos con el Everman, distante aproximadamente 600 millas náuticas de la plataforma continental, y el de Colima, ubicado al norte del territorio estatal.
“En Isla Clarión, del mismo archipiélago, hay otro volcán que no está activo, pero el de Isla Socorro o Benito Juárez sí está activo, y hace 7 u 8 años tuvo una erupción explosiva por un ducto en el mar, aproximadamente a 300 metros de profundidad, de acuerdo a estudios de la Universidad de Colima”, comentó.
Reiteró que la actividad volcánica del Everman representa un riesgo latente de tsunami para las costas colimenses, “y aunque como Protección Civil es difícil estar al pendiente, ya fueron instaladas algunas boyas de detección de tsunami”.
Explicó que gracias a esos aparatos es posible recibir notificaciones sobre los movimientos que se registran alrededor de esas islas del territorio colimense, y consecuentemente, de que puede llegar un tsunami.
Sin embargo, admitió que es difícil actuar con tiempo, pues “están en una distancia que nos puede avisar cuando mucho con 30 minutos de anticipación, de lo que no estoy seguro, pues hablo a cálculo mío y a lo mejor estoy mal, y por eso también queremos poner un sistema de sirenas de alarma en la costa”.
Ursúa Quiroz reconoció también que debido a ello, “es bastante difícil tener una capacidad de reacción y evacuación inmediata o a tiempo, y lo que estamos haciendo es cultura, que la población sepa que si está en la playa a la hora de un terremoto, lo mejor es retirarse de inmediato, haya tsunami o no”.
Precisó que en la costa colimense hay lugares problemáticos o puntos riesgosos, “porque a la hora de un tsunami debes estar a 40 o 50 metros sobre el nivel del mar para estar más o menos seguro, y por ejemplo en las playas de Cuyutlán o El Paraíso, todo es parejo y ni para donde ganar”.
Como ejemplo de lo anterior, recordó el tsunami que el 22 de junio de 1932 afectó al balneario de Cuyutlán, municipio de Armería, con una ola de más de 10 metros de altura que destruyó poco más de 400 casas, provocando la muerte de 75 personas y al menos 100 lesionados.
Aseguró que “todos los que estamos relacionados con Protección Civil sabemos del riesgo con el Everman, del peligro latente de un tsunami, y por eso estamos tratando que la población también esté enterada del riesgo y sepa cómo actuar”, indicó.
“Para ello, en cada periodo vacacional como el actual, ponemos letreros de qué hacer en caso de tsunami, e incluso checamos los albergues, su capacidad, las necesidades, por lo que todos están preparados para abrirlos en el momento que sea necesario”, puntualizó.
De acuerdo a instituciones como el Instituto de Geofísica de la UNAM y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), el Everman representa el punto culminante del Archipiélago de Revillagigedo, con una altitud que rebasa los mil 130 metros sobre el nivel del mar pero con raíces bajo de éste, a una profundidad de 3 mil 500 a 4 mil metros.
Se sitúa en el centro de la isla Socorro o Benito Juárez, la cual es habitada por un destacamento de poco más de 150 elementos de la Secretaría de Marina, junto con sus familias, y una de sus principales características es que el edificio principal tiene tres cráteres que arrojan constantes fumarolas.
Conforme a los registros, en 1848, 1896, 1905 y 1951 se presentaron erupciones pequeñas a moderadas, pero en 1993 tuvo una mayor actividad eruptiva por una ventila submarina en el flanco oeste del volcán, a una profundidad de 300 metros y que se mantuvo hasta 1994, registrando más actividad en 1996.
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