¡CAPRICHOS CRIMINALES DE LÓPEZ OBRADOR…!
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Un capricho es una ocurrencia, una incongruencia, una tropelía, un atropello, una manía, un abuso, una terquedad y hasta una extravagancia.
Y no es novedad que los caprichos han sido “el juguete” preferido de las mujeres y los hombres del poder, a lo largo de la historia; caprichos que en no pocos casos marcaron el destino de los pueblos.
Y el caprichoso gobierno de López Obrador, tampoco es la excepción.
Se trata, como muchos saben, de un gobierno lleno de caprichos y de ocurrencias, algunos que nos han costado miles de millones de dólares y que han provocado la muerte de miles de vidas y, hasta la creación de millones de pobres extremos.
Caprichos plagados de extravagancias monárquicas, como vivir en un palacio con 160 sirvientes a disposición del presidente AMLO; caprichos como viajar en un convoy con 15 camionetas blindadas y una custodia de miles de militares y marinos a lo largo del trayecto entre miles de kilómetros que separan a Ciudad de México de Cancún.
Además –por si fuera poco–, el de AMLO es un gobierno plagado de incongruencias, como destruir de manera deliberada el sistema sanitario, que ya costó más de diez mil vidas y cien mil contagios de Covid-19.
Es un gobierno –el de Obrador–, que atropelló los derechos de miles de niños y mujeres víctimas de cáncer; un gobierno que cometió una tropelía mayor como destruir las guarderías y de cancelar la garantía de educación y atención desde los pocos meses de vida, para millones de niños.
Pero también es cierto que el de López Obrador es el gobierno en manos de un maniático que gusta del engaño y la mentira como discurso habitual y que, hasta hoy, ha pronunciado casi 27 mil mentiras, en sólo 534 días.
Es un gobierno abusivo que, a la vista de todos, viola la Constitución y las leyes que de ella emanan, cuando protestó jurar la Constitución y sus leyes.
El de Obrador es un gobierno terco que, por lo mismo, “rindió la plaza” ante el crimen organizado y ante la pandemia de Covid-19, dejando a los ciudadanos ante la disyuntiva nada institucional de “sálvese quien pueda”, ya que a los ciudadanos de todos los estratos sociales no cuentan, para nada, con el respaldo del gobierno de AMLO.
Y apenas el fin de semana probamos que el de Obrador también es un gobierno de caprichos criminales.
¿Por qué?
Porque el presidente mexicano resultó tan irresponsable que en pleno pico de la pandemia de Covid-19, en México –cuando el semáforo de todo el país está en rojo–, se atrevió a viajar al sureste mexicano, dizque para inaugurar obras; dizque para estar con la gente, dizque para pregonar la verdad oficial, cuando lo cierto es que busca reforzar su decaída y decadente popularidad.
Por eso las preguntas que todos, o casi todos, se formulan en México.
¿Por qué razón, caprichos como reiniciar las giras por el país, justo cuando la pandemia está en el pico más alto? ¿Por qué en lugar de poner el ejemplo de cultura cívica, AMLO pone el peor ejemplo y se juega la vida?
¿Por qué cometer incongruencias como la de romper la Sana Distancia, violar el enclaustramiento obligado y el cacareado “¡quédate en casa!”, para viajar por carretera por más de 15 horas dizque para inaugurar obras?
¿Por qué la terquedad presidencial de poner el mal ejemplo, de romper las reglas que su propio gobierno estableció; por que alentar al contagio masivo, cuando el presidente mismo no se queda en casa, en su Palacio?
La respuesta está a la vista de todos.
Porque el de López Obrador es un gobierno de caprichos criminales; un gobierno al que poco o nada le importa la vida de los ciudadanos; porque para López lo único importante es impedir que se desplome su popularidad como presidente y porque en el perfil criminal del mandatario mexicano, los caprichos se cumplen a pesar de las vidas que puedan costar.
Y esos caprichos ya costaron casi 60 mil muertes violentas, más de 10 mil muertes por Covid-19; ya costaron la vida de miles de mujeres, de miles de niños; costaron el empleo de millones de mexicano; caprichos que costaron más de dos millones de empleos y costaron que 10 millones de mexicanos se sumen al ejército de los pobres extremos.
¿Quién en México…? ¿Qué autoridad será capaz de sancionar, hoy, los caprichos criminales de López Obrador?
Al tiempo.
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