La 4T vive del pasado
Se han cumplido dos años desde que Andrés Manuel López Obrador logró el triunfo electoral e instalar la grandilocuente Cuarta Transformación, comparándose así con Morelos, Juárez y Madero, y aunque parece estar lejos de aquellos próceres de la patria, la ávida intención de López Obrador cuando alude a estos personajes históricos es la de pertenecer a este selecto grupo en la historia. Sin embargo llevamos dos años en los cuales se alcanzan a ver más retrocesos que pasos encaminados hacia el futuro. AMLO ha centralizado el gobierno, la agenda, el debate, la oposición y el poder, en un acto a todas luces alejado de la actualidad solicitante de una democracia abierta, participativa y moderna.
Cada que López Obrador se refiere a Morelos quisiera tener su sensibilidad de generar la unión entre todas y todos los mexicanos sin importar raza o estratos sociales, no obstante es palpable que con sus frases y motes lo único que está ocasionando es más división. Cuando menciona a Juárez, su máximo ídolo, realmente se ve como un reformista, sin embargo, al menos en la separación Iglesia-Estado, AMLO se ha empeñado en denostar todo tipo de laicidad en nuestro país mediante frases bíblicas y escapularios para tratar temas de Estado. De igual manera, al citar a Madero y su frase icónica “sufragio efectivo, no reelección” siempre queda en el aire sus intenciones de hacer caso omiso a uno de los pilares del México moderno.
El presidente y su afición por la historia de México, en estos dos años solo ha pasado los días recordando a varios expresidentes, desde Lázaro Cárdenas hasta Enrique Peña Nieto, por supuesto con sus matices. Para Cárdenas también hay vítores y reconocimientos por parte del presidente, pero sin mucho ahínco por el ya sabido desencuentro con el heredero legítimo, Cuauhtémoc Cárdenas. Empero, para los expresidentes más recientes -los del siglo XXI– solo hay señalamientos, ofensas y amenazas. Todas las problemáticas que acarrea el país son “culpa” de estos tres personajes.
Desde Palacio Nacional solo observan la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Si nos encontramos con problemas graves de inseguridad “siempre es culpa” de Felipe Calderón, si el ejército se encuentra en las calles fungiendo de policía civil “es culpa” de Calderón; si la corrupción no se termina por decreto es “culpa” de Peña Nieto, si “las escaleras no se han barrido de arriba hacia abajo”, como dice el presidente, es “culpa” de Peña, si la economía no avanza también es “culpa” del gobierno anterior; si el tema es la migración la “culpa” le corresponde a Vicente Fox, la caída histórica en los precios de la mezcla mexicana de crudo es “culpa” de Fox, si Trump quiere construir un muro fronterizo, la “culpa” la tiene Fox. Si todo va mal en la 4T los “culpables” son Fox, Calderón y Peña, las malas decisiones tomadas y la situación que vivimos hoy “no tienen nada que ver con esta administración” repiten al unísono los feligreses cuatroteístas.

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