La decisión tomada por la Autoridad Palestina de detener los servicios de seguridad y de coordinación civil con Israel ya impacta sobre la economía palestina y provoca críticas en la prensa palestina. La decisión, tomada en respuesta a la intención de Israel de anexarse parte de Cisjordania sobre la base de la iniciativa de paz formulada por la administración Trump,[1] creó un grave déficit en el presupuesto de la Autoridad Palestina. Esto se debe a que gran parte de este presupuesto consiste en ingresos tributarios palestinos que Israel recauda en nombre de la Autoridad Palestina y que luego le transfiere a esta. Como parte de su decisión de poner fin a los servicios de coordinación civil, la Autoridad Palestina se ha negado a aceptar estos fondos de Israel.[2]
La pandemia del coronavirus empeoró aún más la crisis económica, especialmente después de que la Autoridad Palestina se vio obligada a volver a imponer un bloqueo general para suprimir la segunda ola del virus. Esto, junto a la pérdida de los ingresos fiscales aplicada por Israel, resultó en una severa disminución en los ingresos de la Autoridad Palestina, ante el cual esta no ha podido pagar a sus empleados de manera regular. Por ejemplo, a comienzos de julio del 2020, el Ministro de Finanzas de la Autoridad Palestina Shukri Bishara anunció que los empleados del sector público estaban a punto de recibir la mitad de su salario correspondiente al mes de mayo.[3]
Ante esta situación, varios periodistas palestinos criticaron la decisión de la Autoridad Palestina de detener los servicios de coordinación civil con Israel en medio de la crisis del coronavirus, calificando esto como un grave error. Estos escribieron que la decisión se tomó apresuradamente por la necesidad de castigar a Israel por sus posibles planes de anexión y sin ninguna consideración estratégica por la situación económica ni tampoco intentos por identificar fuentes alternas de ingresos. También señalaron que la suspensión de la coordinación civil con Israel perjudicó a los palestinos más que a Israel y argumentaron que la Autoridad Palestina le bastaría con detener los servicios de coordinación de seguridad en esta etapa y mantener la coordinación civil para evitar así el colapso de la economía palestina.
Cabe señalar que el Coordinador Especial de las Naciones Unidas para el Proceso de Paz en el Medio Oriente Nickolay Mladenov también criticó implícitamente a la Autoridad Palestina por su negativa a aceptar los ingresos fiscales transferidos por Israel. En su informe mensual fechado el 21 de julio al Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas, este señaló que estas medidas empeoraron la crisis fiscal de la Autoridad Palestina, que «enfrenta riesgo de colapso total en un momento en que los palestinos en todo el territorio ocupado necesitan más que nunca de los servicios y del apoyo de su gobierno».[4]
Lo siguiente son extractos traducidos de artículos en la prensa palestina que critican la decisión de la Autoridad Palestina de detener los servicios de coordinación civil con Israel.
«La Autoridad [Palestina] amenaza con detener la coordinación de seguridad con ‘Israel’ en respuesta a la anexión de [Cisjordania]» (Fuente: Arabi21.com, 10 de junio, 2020).
Ex-ministro de la Autoridad Palestina: La decisión de detener los servicios de coordinación civil fue prematura y agobia al pueblo palestino
El ex-ministro de Asuntos de Jerusalén de la Autoridad Palestina Ziad Abu Zayyad escribió en el diario de Jerusalén Oriental Al-Quds que la decisión de detener la coordinación civil con Israel no perjudicó los intereses de este último, sino solo la economía palestina, que depende de dicha coordinación. Este agregó que la decisión debería haber sido parte de un plan considerado y gradual y debería haberse llevado a cabo solo después de garantizar que la Autoridad Palestina tuviera fuentes alternas de ingresos.
Este escribió: «El sector público de la [Autoridad Palestina] es sin duda una fuente importante de dinero en efectivo que fluye hacia la economía local, porque sus miembros tienen bajos ingresos y el concepto de ahorro no tiene sentido para ellos; de hecho, la mayoría de ellos ganan salarios que apenas cubren sus necesidades mensuales… Cuando los funcionarios reciben su pago, los mercados prosperan y vuelven a la vida, por lo que son ellos quienes, sin saberlo, poseen la clave para [impulsar] el motor de la economía local. Son ellos quienes lo manejan o lo detienen, dependiendo de cuándo reciben su pago.
«Ante la sombra de la pandemia del coronavirus y los encierros, la economía local se cerró y grandes sectores de la sociedad llegaron a compartir [el destino de] los funcionarios, quienes perdieron sus salarios cuando la Autoridad Palestina dejó de pagarlos con el pretexto de que Israel dejó de transferir los ingresos fiscales… luego de la decisión del liderazgo palestino de detener los servicios de seguridad y de coordinación civil con Israel… En este contexto, estoy totalmente de acuerdo con el Ministro de Finanzas, el hermano Shukri Bishara, quien dijo que debemos liberarnos de las [tácticas] de chantaje de Israel, que utiliza los ingresos fiscales con el fin de presionar a la Autoridad Palestina tratando de robarse o restar parte del dinero, a veces con el pretexto de [cubrir] los depósitos de agua y de electricidad pendientes de los municipios [palestinos], a veces con el pretexto de que la Autoridad Palestina le paga los sueldos y salarios a los prisioneros y a veces, sin razón alguna.
«Claramente, todos estamos en contra de sucumbir ante algún tipo de chantaje y sin motivo alguno. Sin embargo, antes de decidir una medida que pudiera hacer que Israel detenga la transferencia de estos ingresos, deberían haberse identificado fuentes alternas de financiación, para garantizar así el pago continuo de los salarios al sector público, siendo este el sector económicamente más débil [en la sociedad palestina], pero al mismo tiempo es la principal fuente de dinero en efectivo que fluye hacia las venas de la economía local. La decisión de detener la coordinación civil… se tomó prematuramente, creo y sin formular un plan de respaldo [que proporcione] una alternativa a los ingresos fiscales, si Israel decidiera dejar de transferirlos. La decisión de detener la coordinación civil con Israel se tomó en respuesta al anuncio de Israel de su intención de anexarse partes de Cisjordania a comienzos de julio. Pero… esta fue tomada tres meses antes de la fecha elegida por Israel [para implementar la anexión], sin considerar [la posibilidad] de que Israel tenga que posponer o cancelar la anexión por razones ajenas a su voluntad. Además, la decisión no se tomó como parte de un plan gradual para presionar a Israel: primero una suspensión de los contactos llevados a cabo por el Comité de Enlace Militar, luego una suspensión de la coordinación de seguridad y solo luego una suspensión a la coordinación civil…
«La coordinación civil es vital para mantener la vida civil palestina, ya que Israel es parte integral de muchos aspectos de [esta vida]… Hoy día, ahora que la coordinación de servicios se ha detenido, cualquier civil [palestino] que necesite algún permiso [de Israel] debe solicitarlo directamente a las oficinas de enlace israelíes y manejarlo directamente frente a los israelíes y debe dirigirse a la página [Facebook] del Coordinador [de Actividades Gubernamentales en los Territorios] para obtener instrucciones… En última instancia, la suspensión de la coordinación civil y militar no perjudicó los intereses esenciales de Israel e israelíes, sino que [solo] agobió al pueblo palestino. Hubiese sido mejor comenzar suspendiendo la coordinación militar y de seguridad, siendo este del interés israelí y dejar [la suspensión de] la coordinación civil para una etapa posterior, cuando nos veamos obligados a desaprovechar oportunidades con los israelíes y pasar a la fase de desobediencia civil…
«La pregunta ahora es ¿qué sucede después? ¿Logrará la Autoridad Palestina encontrar fuentes alternas [de financiamiento] para poder pagar los sueldos y salarios de los funcionarios públicos, como estos se merecen y bombear sangre nueva en las venas de la moribunda economía local? O ¿continuará uniéndose al engaño de que el palestino es un ser angelical cuyos poderes de resistencia son ilimitados? ¿Qué pasa si la postura de Israel sobre la anexión sigue siendo vaga durante meses? ¿Continuará Israel aferrándose a los ingresos fiscales [palestinos]? el sector civil permanecerá sin paga alguna y ¿morirá la economía local? ¿Nos quedaremos encaramados al árbol que hemos trepado o buscaremos una escalera para así ayudarnos a bajar? No tengo respuesta a ninguna de estas preguntas, pero en mi opinión, la paciencia del sector público y otros civiles de bajos ingresos y su capacidad para soportar [estas condiciones], están disminuyendo. El liderazgo debe encontrar fuentes alternas [de financiación] para poder pagarle a los funcionarios todo lo que se les debe y… satisfacer las necesidades básicas del sector de bajos ingresos…»[5]
Analista palestino: El final de la coordinación civil estuvo mal considerado y hecho sin planificación estratégica

El columnista de Al-Quds Hani Al-Masri, quien también se desempeña como director del centro de investigación Masarat, también expresó la opinión de que la Autoridad Palestina debería haber detenido solo la coordinación de seguridad y mantener por ahora la coordinación civil, ya que este último es vital para el funcionamiento de su economía, especialmente durante la crisis del coronavirus. Este escribió: «Durante varias semanas, los territorios palestinos han estado en el ojo de la tormenta de la pandemia del coronavirus, continuando la primera ola o entrando ya en una segunda ola mucho más severa que la primera… El gobierno obtuvo una victoria cuando logró detener la primera fase de la pandemia tomando medidas rápidas, pero también cometió varios errores, el más importante de los cuales fue [luego] comportarse como si el virus hubiese desaparecido o se encontraba a punto de desaparecer y moviéndose abruptamente de un encierro casi total a abrir todo de nuevo. Esto se basó en la conciencia del ciudadano [común], sin aplicar medidas de precaución, especialmente en las empresas, a las que se les permitió permanecer abiertas incluso durante el encierro…
«Esto erosionó la credibilidad del gobierno, especialmente cuando este no proveyó una explicación convincente en su decisión de mantener el encierro en vísperas de las celebraciones de [Eid al Fitr], lo que causó que muchos dueños de negocios perdieran [sus ingresos] que anticiparon durante este celebración anual popular, seguida de la decisión de levantar [el encierro] al tercer día de la festividad. Si el cierre durante la festividad pretendía evitar que la gente se congregara, [el haber levantado el encierro les permitió] celebrar reuniones aún mayores al tercer día de las festividades. Luego el gobierno permitió organizar reuniones nacionales a las que asisten miles [para protestar contra los planes de anexión de Israel], sin garantizar el estricto cumplimiento de las precauciones [de salud] necesarias por la pandemia…[6]
«Lo que empeoró la situación es que el gobierno agotó todos sus recursos durante la primera ola [de la pandemia, es decir, el dinero recaudado por] el fondo Waqfat ‘Izz[7] y se negó a recibir el dinero de los impuestos [recaudado por Israel], A pesar de que es dinero palestino, con el pretexto de que esto requería de una coordinación con las autoridades de la ocupación, [que este decidió detener]. Esto exacerbó en gran medida la crisis económica, en la medida en que el ministro de finanzas [palestino] anunció que el gobierno había perdido el 80% de sus ingresos, lo que llevó a pagar la mitad del salario [a los empleados de la Autoridad Palestina] durante dos meses y medio y a un incremento en la tasa de desempleo…
«No está del todo claro el por qué se ha detenido la coordinación civil, ya que no se puede abandonar por completo hasta que se elimine la ocupación, a menos que las propias autoridades de la ocupación le pongan fin a ello, momento en el que toda la nación [palestina] tendrá que lidiar con esta decisión. [Solo] la coordinación de seguridad, que perjudica a la OLP, a la Autoridad Palestina y a todos los palestinos, debió haberse detenido. Su finalización pudiera haber sido muy eficaz, si se hubiese hecho como parte de una visión general y un plan estratégico integral dirigido para eliminar a la ocupación y desmantelar los asentamientos, en lugar de como una reacción [instintiva] o una expresión de enojo, mientras se cuenta con el supuesto de que la ocupación no puede manejarse sin la Autoridad Palestina. La Autoridad Palestina está de hecho empujando la crisis al límite a fin de posponer o detener la anexión y reanudar la coordinación de servicios [con Israel], como si el conflicto [radicara en] la fase de anexión legal y no en la propia ocupación…»[8]

[1] El 19 de mayo, 2020 el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud ‘Abbas, anunció que, ante la intención de Israel de anexarse territorios en Cisjordania, la OLP se considera a si mismo libre de compromisos con todos los acuerdos y entendimientos alcanzados con Israel y los Estados Unidos. Esta decisión pone fin a las actividades de los mecanismos de coordinación entre Israel y la Autoridad Palestina establecidos sobre la base de los Acuerdos de Oslo, que manejan conjuntamente ambas los servicios de seguridad como la coordinación civil (Wafa.ps, 19 de mayo, 2020).
[2] Véanse por ejemplo las declaraciones del Primer Ministro de la Autoridad Palestina Muhammad Shtayyeh (wafa.ps, 27 de julio, 2020).
[3] Wafa.ps, 2 de julio, 2020.
[4] Un.org, 21 de julio, 2020.
[5] Al-Quds (Jerusalén Oriental), 19 de julio, 2020.
[6] Para más críticas de los palestinos al mal manejo de la pandemia por parte de la Autoridad Palestina, véase la serie de MEMRI Despacho Especial No. 8842 – Periodista palestino: Hebrón es el ‘Wuhan de Palestina’, con el mayor porcentaje de casos de coronavirus en el mundo, 14 de julio, 2020
[7] El fondo Waqfat ‘Izz (‘Strong Stand’) fue establecido por la Autoridad Palestina a fin de recaudar fondos del sector privado para familias de bajos ingresos durante la pandemia.
[8] Al-Quds (Jerusalén Oriental), 14 de julio, 2020.