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jueves, 6 de agosto de 2020

Así se vivió la explosión masiva que ha destrozado Beirut: "Era como una bomba atómica"

Actualizado 
Los testimonios de los supervivientes permiten reconstruir los momentos posteriores tras la "bola de humo y fuego" sobre la capital libanesa que arrojó víctimas al mar, redujo a escombros el distrito portuario y se sintió en Chipre, a 200 kilómetros
Hombres heridos por la explosión son evacuados del puerto de Beirut. AFP
"Era como una bomba atómica". Makruhie Yerganian, profesor jubilado libanés, vive desde hace más de sesenta años frente al puerto, epicentro de la explosión que ayer por la tarde sacudió Beirut, la capital de Líbano. La onda expansiva llegó a sentirse en la isla de Chipre, a casi 200 kilómetros de distancia. "He visto de todo (en mi vida), pero nunca vi nada semejante", declaró Yerganian a la AFP.
Hasta ahora las autoridades y la Cruz Roja libanesa han registrado más de un centenar de muertes y miles de heridos por una explosión que convirtió el distrito del puerto, la 'zona cero', en un amasijo de escombros, edificios arrasados y coches volcados.
La intensidad del estallido arrojó a víctimas al mar y los equipos de rescate siguen tratando de recuperar los cuerpos de los desaparecidos. Muchos de los fallecidos son empleados del puerto y de aduanas, además de personas que trabajaban en la zona o que la atravesaban en coche en plena hora punta.
Momentos después de que la onda expansiva recorriese las calles de la capital y sus alrededores, personas ensangrentadas huían de la zona del puerto mientras solicitaban auxilio, entre nubes de humo y polvo que cubrían unas calles cubiertas de los restos de edificios, coches y mobiliario. "La explosión me hizo volar a metros de distancia. Estaba aturdido y todo cubierto de sangre", recuerda el diseñador Huda Baroudi, en declaraciones a Reuters. "Trajo de vuelta la visión de otra explosión que presencié contra la embajada de EE.UU. en 1983".
"En el interior [del puerto] es una catástrofe. Hay cadáveres en el suelo. Las ambulancias se llevan los cuerpos", dijo a la AFP un soldado situado en las inmediaciones. Un hombre lloraba desconsolado mientras preguntaba a otro soldado si sabía dónde estaba su hijo, que se encontraba en el puerto.
Algunos bomberos, perplejos, buscaban a los colegas que estaban intentando apagar un incendio desatado justo antes de la explosión masiva, según uno de ellos. Varias horas después de la tragedia, los helicópteros seguían vertiendo agua del mar para intentar apagar las llamas.
Cerca de allí, unos guardias de seguridad llevaban el cadáver de un camarada. Uno de ellos se echó a llorar. "Aquí lo tienes, el día de su boda", asegura mientras muestra una foto del difunto en su teléfono móvil.
Una imagen aérea muestra el cráter de la explosión en el puerto de Beirut.
Una imagen aérea muestra el cráter de la explosión en el puerto de Beirut.AFP
Entre los heridos se encuentran miembros sirios y egipcios de la tripulación de barcos que llegaron el martes al puerto, incluido uno de Ucrania que transporta trigo a Siria. "Hace seis meses que esperamos el momento de nuestro regreso a Siria. Somos 13 jóvenes. Siete de nosotros resultaron heridos", contó uno de ellos a AFP.
En una de las entradas del puerto, una veinteañera corría gritando el nombre de su hermano. "Se llama Jad y tiene los ojos verdes", decía, aturdida. Las fuerzas de seguridad le prohibieron pasar. No era la única: durante más de tres horas, el trajín de las ambulancias no cesa en los alrededores. Entran en la zona siniestrada y salen cargadas de víctimas.
Otras personas buscaban directamente a sus seres queridos en los desbordados hospitales. "Nunca he visto algo así, era horrible", aseguró Rouba, un médico que contabilizó entre 200 y 300 personas admitidas en el departamento de emergencias de su hospital.

OTROS BARRIOS DE BEIRUT

En todos los barrios de la capital, incluso en los suburbios, se han visto destrozos causados por las explosiones que sacudieron la ciudad y desataron el pánico en las terrazas de las cafeterías. En los edificios, los habitantes inspeccionaban los daños. Los vidrios de las ventanas estallaron, las vitrinas de los comercios, también, esparciendo una alfombra de cristales en las aceras.
Fotos publicadas en las redes sociales muestran daños en el interior de la terminal del aeropuerto de Beirut, situada a nueve kilómetros del lugar de las explosiones. Personas que grababan la explosión desde sus balcones a más de dos kilómetros de distancia del puerto aseguran que la onda expansiva les lanzó por los aires.
Todas las imágenes del momento de la brutal explosion en Beirut | EL MUNDO
"Vi una bola de fuego y humo sobre Beirut. La gente estaba gritando y corriendo, sangrando. Algunos balcones fueron volados de los edificios. El vidrio de los edificios altos se rompió y cayó a la calle", dijo un testigo a Reuters.
Otro testigo, Hadi Nasrallah, dice que vio el fuego pero no esperaba la explosión. "Perdí la audición durante unos segundos, sabía que algo andaba mal, y de repente el cristal se rompió por todo el coche, los coches que nos rodeaban, las tiendas, los edificios. Solamente cristal que caía desde todas partes", aseguró a la BBC.

"NUESTROS LÍDERES ESTÁN EN COMA"

"Es como una zona de guerra. No tengo palabras", se lamentó el alcalde de Beirut, Jamal Itani, mientras inspeccionaba los daños. "Esto es una catástrofe para Beirut y Líbano."
Muchos de los afectados señalan directamente a las autoridades. "Ya tenemos una crisis económica y financiera, la gente tiene hambre y, estos ladrones y saqueadores, ¿compensarán las pérdidas? ¿Quién va a compensar a los que perdieron a sus seres queridos?", se pregunta Bilal, un libanés de unos sesenta años.
En declaraciones a Reuters, muestra poca esperanza sobre el futuro: "Es el golpe de gracia para Beirut, esto es una zona catastrófica". Residente en el centro de la ciudad, Bilal pensó que se trataba de un terremoto porque todo su edificio "se estremeció" con la explosión. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) afirmó que sus sensores registraron la explosión como un terremoto de 3,3 en la escala de Richter.
Hassan Zaiter, de 32 años, es gerente del gravemente afectado Hotel Le Gray, en el centro de Beirut: "Esta explosión sella el colapso del Líbano. Culpo a la clase dominante". Para muchos residentes, lo ocurrido ayer fue un terrible recordatorio de la guerra civil que desgarró al país de 1975 a 1990 y que supuso enormes deudas por la reconstrucción de zonas afectadas. "Con esta explosión nos llevaron de vuelta a los años de guerra ... Nuestros líderes están en coma", dijo Ali Abdulwahed, de 46 años, gerente del Café de l'Etoile, un restaurante junto al parlamento.

SALVADOS POR EL CORONAVIRUS

Las medidas tomadas por el coronavirus, como el teletrabajo y las clases en línea, han evitado que en algunos edificios de la ciudad haya que lamentar mayores víctimas. Es el caso del Instituto Cervantes de Beirut, ubicado en el centro de la capital, donde la explosión "impactó contra el guardia de seguridad y un policía", ambos de nacionalidad libanesa, que se encontraban en el centro de enseñanza.
"Con motivo del confinamiento, los estudiantes han retomado desde el pasado jueves las clases en línea y en ese momento no había estudiantes en el centro", indicó a Efe la directora del centro, Yolanda Soler-Onís, que agregó: "Es un milagro". "El plan es seguir con las clases en línea y empezar a reconstruir el instituto", dijo, ya que el edificio ha sufrido graves daños materiales.
Otro ejemplo es la oficina de la agencia Associated Press (AP) en Beirut, donde la explosión arrancó de cuajo las ventanas y las empujó hacia el interior de la redacción, sobre lugares de trabajo que en cualquier otro momento habrían estado ocupados. "El coronavirus nos salvó", ha escrito en Twitter la periodista Dalal Mawad, junto a una foto de la escena.

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