Si bien es necesario tener claridad y precisión en las palabras para un mejor análisis, en el discurso político no es una situación sine qua non.
No es lo mismo narcoestado que narcopolitica, ni narcogobierno que narcopresidentes. En todas estas palabras es común la presencia de la narcodelincuencia, sin embargo, hay falacias de la parte por el todo. Un narcoestado expresa que sociedad y gobierno, todo el pueblo han sido tocados por la narcodelincuencia, lo cual se cae con que encontremos un Justo que no lo sea.
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La narcopolitica es una generalidad, implica que hay políticos que tienen alianza, vínculos o complicidades con la narcodelincuencia.
El narcogobierno puede inducir la idea de que un gobierno, no siempre en su totalidad, podría tener infiltrada alguna relación clara con los narcodelincuentes; volvemos a la falacia de la parte y el todo.
Los narcopresidentes, una referencia a las personas que han ocupado esa representación popular, tanto han ensuciado el cargo, que sólo las pruebas fehacientes podrían orientar a quienes los señalen como tales, sin caer en la perversión de la voluntad popular.
Leamos al presidente actual y, enseguida al expresidente y que cada quien norme su juicio.
Amlo: “sí se puede hablar de un narco Estado, porque estaba tomado el gobierno (de Calderón): quienes tenían a su cargo combatir a la delincuencia estaban al servicio de la delincuencia. Mandaba la delincuencia, tenía una gran influencia la delincuencia, era la que decidía a quién perseguir y a quién proteger”.
Amlo: “sí se puede hablar de un narco Estado, porque estaba tomado el gobierno (de Calderón): quienes tenían a su cargo combatir a la delincuencia estaban al servicio de la delincuencia. Mandaba la delincuencia, tenía una gran influencia la delincuencia, era la que decidía a quién perseguir y a quién proteger”.
Calderón responde: “yo no soy el Presidente que anda saludando a la mamá del Chapo, no liberé a ningún criminal en ninguna circunstancia, ni a los hijos del Chapo ni a los sobrinos. Soy el presidente del gobierno que más criminales ha extraditado ante la justicia de Estados Unidos, el que más ha capturado a los más buscados de la justicia, 25 de 34”.
El expresidente Calderón le dice al presidente López que si tiene elementos de prueba los presente ante la autoridad competente, si no, que se calle.
Por su parte la Consultoría SPIN, analiza las 413 mañaneras que ha dado el presidente López Obrador, hasta ahora, lleva 29,703 mentiras, lo que hacen un promedio de 73 mentiras por cada mañanera.
Desde luego que cada quien es libre de creer lo que considere pertinente, según su posición o interés. Los señalamientos en política muchas veces son un boomerang que retorna con más fuerza contra quien los expresa.
Hay una vieja máxima popular, que obliga a la prudencia, pues los carniceros de hoy serán las redes de mañana.
Así los pleitos políticos que anuncian los tonos de las próximas campañas electorales.
Así lo que se juega en el discurso político.
Hay quien cree que esta discusión sobre el narcoestado es un distractor presidencial más, una cortina de humo para ocultar los graves problemas que hay. Sin importar la sociedad, la crisis de salud que existe, los graves problemas de inseguridad y el impacto negativo de la economía en la vida cotidiana de los mexicanos. Hay otros que creen que es irresponsable tirar la piedra y esconder la mano. Así las cosas.
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