Luego de que Joe Biden fue declarado como el ganador de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, la prensa saudita publicó artículos que minimizaban las implicaciones de su victoria para los estados árabes en general y para Arabia Saudita en particular.

Durante la campaña presidencial, la prensa saudita parecía favorecer una victoria de Donald Trump, principalmente por temor a que Biden reinstaurara las anteriores políticas de Obama, especialmente sobre los temas del expediente nuclear de Irán, la actividad de las milicias iraníes en el mundo árabe y las actividades de la Hermandad Musulmana, que muchos estados árabes han calificado de terroristas. Sin embargo, tras la victoria de Biden, los escritores moderaron su postura, argumentando que, durante los últimos cuatro años, la región árabe y el mundo en general han experimentado cambios importantes, por lo que es muy poco probable que Biden vuelva a adoptar las políticas de Obama. Entre estos cambios enumeraron el disminuido poder de la Hermandad Musulmana en el mundo árabe, los temores en Europa respecto a la política de Irán y la normalización de relaciones entre los estados del Golfo e Israel.

En apoyo a su postura, los escritores también afirmaron que los lazos entre Estados Unidos y sus aliados no tienen base en las relaciones personales entre líderes, sino en instituciones e intereses mutuos y por ende, las relaciones Arabia Saudita-Estados Unidos muy probablemente no sufrirán.

Lo siguiente son extractos traducidos de estos artículos:

Ex-editor del diario Al-Sharq Al-Awsat: Las relaciones entre países tienen su base en intereses

El periodista saudita Tariq Al-Homayed, ex-editor del diario Al-Sharq Al-Awsat, escribió lo siguiente en su columna en el diario del gobierno saudita ‘Okaz: «Las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados tienen su base en instituciones y no en relaciones. Existe una cooperación militar y económica y de seguridad y además predominan temas [importantes] que no pueden ser pasados por alto…

«Biden llega a un Medio Oriente que ha cambiado y está en constante cambio. Lo que algunos tienden a olvidar… es que el verdadero cambio en nuestra región comenzó durante la Primavera Árabe, mientras Biden ocupada el cargo de vicepresidente de Obama y no durante la era Trump. Otro punto que algunos ignoran es que, a pesar de lo que se dice sobre las buenas relaciones entre Trump y los estados árabes moderados, esto no impidió el boicot impuesto por el Golfo a Qatar, que ocurrió durante el mandato de Trump. Es decir, su administración no pudo persuadir a los estados del Golfo ni tampoco a Egipto para que restablecieran sus relaciones con Qatar cuando este último no cumplió con sus compromisos anteriores…

«[Pero] la [pregunta] más preocupante respecto a nuestra región es el cómo tratará Biden a Irán. ¿Volverá a abordar el tema nuclear y de ser así, cómo lo hará? En este sentido, también, la región ha cambiado, porque Biden encontrará una postura israelí mucho más firme sobre Irán, similar a la postura del Golfo, que sufrió un cambio con el advenimiento del proceso de paz entre los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin e Israel. Quién sabe, tal vez el campo de la paz se expanda aún más hoy, o con la llegada del nuevo inquilino en la Casa Blanca. En última instancia, los intereses serán el factor decisivo, porque tal es la naturaleza de la política…»[1]

Columnista bahreiní: En la realidad actual, Biden no podrá reanudar los planes de la anterior administración Obama

El columnista Sawsan Al-Sha’er escribió en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat: «En el año 2010, los diferentes representantes de Irán, Turquía y de la Hermandad Musulmana se encontraban en la cima de su influencia y actividad terrorista política. La mayoría de los regímenes árabes sucumbieron a la presión de la administración estadounidense y de los europeos para de esta manera permitir que estos representantes incrementaran su poder político. La Hermandad Musulmana tenía representantes en los parlamentos árabes en Egipto y en África del Norte, Túnez, Argelia y Marruecos, también tenían representantes en Bahréin y en Kuwait y no creo que existían limitaciones en sus actividades sociales en Arabia Saudita.

«Los agentes-estado de Irán llegaron a Bahréin, Kuwait y a Arabia Saudita. Tenían representantes en los parlamentos de Bahréin y de Kuwait y sus milicias propagaron la corrupción en Siria, el Líbano e incluso en Bahréin.

«Cuando estalló la Primavera Árabe, los representantes turco-iraníes mostraron sus dientes, con el respaldo incondicional de la administración Obama. La administración estadounidense hizo todo lo que pudo y derrocó a muchos regímenes árabes, hasta que Bahréin y Egipto, con el apoyo de Arabia Saudita, lograran tomar las riendas y parar en seco este plan.

«Cuando Obama abandonó la Casa Blanca, solo quedaban pocos remanentes de estos representantes turcos e iraníes en los países árabes. Su papel en Egipto, Arabia Saudita y Bahréin terminó y en Túnez estos luchan por su estatus. La financiación por parte de Qatar a estos agentes-estado fue detenida y se les impidió interferir, lo que interrumpió por completo el plan. Irán fue boicoteado y Turquía también se encuentra ahora aislada por los pueblos del mundo árabe…

«Durante los cuatro años del mandato de Trump, Egipto, Bahréin y Arabia Saudita lograron salirse por sí mismos de las armas de Irán y de Turquía y de todos los medios utilizados por la administración Obama. Fue un período de prosperidad económica, seguridad y de estabilidad… Estos años también vieron cambios esenciales en los estados del Golfo en términos de normalizar sus relaciones con Israel, lo cual puede ser un factor importante en la política de Estados Unidos y puede que haya más países esperando normalizar sus relaciones con Israel. También hubo una mayor apertura en los estados del Golfo hacia el Oriente – hacia Rusia, China e India – reflejando la insatisfacción de estos estados con la anterior política exterior estadounidense.

«Estos cambios han creado una nueva realidad, que puede tener implicaciones para los intereses estadounidenses y del Golfo y el próximo inquilino en la Casa Blanca actuará en consecuencia. Lo que es muy cierto respecto a las relaciones entre Arabia Saudita y Estados Unidos y no cambió antes o después de Obama y antes o después de Biden, es la significativa contribución de Arabia Saudita a la guerra contra el terrorismo del EIIS y su contribución a la estabilidad del mercado petrolero. Si Biden ocupa la Casa Blanca en los próximos cuatro años e intenta continuar el plan de Obama desde el momento en que este fue detenido, tal situación reflejará una lectura incorrecta de los cambios ocurridos en los últimos cuatro años y su fracaso impactará los intereses de Estados Unidos respecto a los países de la región.

«No importa qué ayuda y apoyo brinde Irán, sintiéndose este satisfecho con la elección de Biden, a sus aparatos en Arabia Saudita y Bahréin, [esta ayuda y apoyo] no cambiará la situación. Puede que esta tenga algún efecto limitado en el Líbano e Irak, si Biden adopta una política de total rendición y retirada, otorgándole a Irán mano libre en estos países. En cuanto a Arabia Saudita, la crisis de Yemen puede ser el tema crucial mediante el cual Biden pueda hacer presión sobre ello.

«En cuanto a Turquía, para empezar, este no posee buenas relaciones con Biden, por lo que el poder de la Hermandad Musulmana no se incrementará. Otra variable, fuera de nuestra región árabe, que tendrá un impacto en el próximo período es Europa. El apoyo de Irán al terrorismo se ha vuelto claro para los países de Europa, al igual que el apoyo de Turquía al EIIS, ya que Europa ahora se enfrenta a las armas terroristas de estos dos países…

«Por lo tanto, independientemente de las anteriores declaraciones de Biden, la situación no permitirá que su administración inicie una segunda fase de la Primavera Árabe».[2]

Periodista saudita: Los Estados árabes son fuertes y no se verán afectados por el cambio

El periodista saudita ‘Abdallah Al-‘Otaibi escribió en el diario Al-Sharq Al-Awsat: «¿Será Biden una réplica exacta de Obama? ¿Cambiará este una vez que asuma las riendas del gobierno? La respuesta a la primera pregunta es que seguramente no será una réplica exacta de Obama. De hecho, incluso si el propio Obama volviera a ser presidente, hubiese cambiado, porque el mundo ha cambiado en los últimos cuatro años de una manera que hubiese hecho muy difícil retomar sus antiguas políticas… Dicho esto, Biden no se desviará de las líneas generales de la política de Obama…

«Los desacuerdos entre los dos candidatos, Trump y Biden, sobre asuntos internos son temas del pueblo estadounidense y el pueblo estadounidense es quien los decidirá. Pero lo que le importa a nuestra región y al mundo es el tema de la política exterior estadounidense en los próximos cuatro años, dadas las débiles posturas de Obama sobre los temas más candentes de la región. La postura de Estados Unidos sobre Irán, por ejemplo, es uno de los temas importantes que más preocupan a los estados árabes, quienes consideran al régimen iraní como un régimen que apoya el terrorismo, que se ha apoderado y ha ocupado varios países árabes y que ignora todas las leyes internacionales. El problema de la región y del mundo respecto al régimen iraní no se limita al tema nuclear, siendo este la base del mal acuerdo hecho en el período de Obama. Los estados del Golfo y los países árabes poseen posturas firmes contra el teocrático y hostil régimen en Teherán y no estarán de acuerdo en volver a acoger el anterior acuerdo nuclear, con todas sus imperfecciones y defectos.

«La postura de la nueva administración estadounidense hacia la Hermandad Musulmana y los violentos movimientos terroristas es otro tema preocupante que será examinado si Biden es declarado ganador en las elecciones. Los estados del Golfo y los países árabes tienen una postura conocida y firme sobre la necesidad de designar a estos movimientos de terroristas, porque creen que son ​​la raíz del terrorismo… El atroz ataque terrorista perpetrado en Viena y las amenazas dirigidas a varios países europeos ocurrieron porque no se tomó una postura firme contra estos movimientos. Ninguna administración estadounidense podrá retroceder en la historia y volver a apoyar los movimientos del Islam político [es decir, la Hermandad Musulmana], porque cuando las conspiraciones son expuestas, su poder disminuye y es más fácil detectarlas y eliminarlas…

«Los estados árabes de la región son en estos momentos varias veces más fuertes de lo que eran a comienzos de la década, durante lo que se llamó erróneamente la Primavera Árabe. Estos no se verán afectados por ningún cambio en los Estados Unidos o en cualquier otro país poderoso, porque están en mejores condiciones de defender sus intereses, a sus pueblos y su soberanía que en el pasado».[3]

Periodista saudí: La política de Biden en el Medio Oriente no será sustancialmente diferente de la implementada por Trump 

Hussain ‘Abdul-Hussain, columnista del portal en inglés en la red Al-Arabiya, escribió un día antes de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos:

«Es muy probable que Biden modifique ligeramente la política de Trump en el Medio Oriente, pero no se apartará sustancialmente de esta… Bajo una presidencia de Biden, los países del CCG seguirán siendo aliados firmes de Estados Unidos. A pesar del ruido electoral sobre un posible deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita, los lazos entre Washington y Riad trascienden el partidismo y seguirán siendo bastante fuertes…

«Tanto el partido demócrata como el republicano entienden muy bien que la inversión de Estados Unidos en Irak no puede dejarse en manos de Irán. Tanto Obama como Trump mantuvieron tropas en Irak, a pesar de las promesas de retirarlas. Biden las mantendrá por mucho más tiempo, hasta un momento en que Bagdad sea lo suficientemente fuerte para manejar su soberanía y salvaguardar los intereses estadounidenses…

«Biden también mantendrá la presencia de tropas estadounidenses al este de Siria para continuar prohibiendo que tanto el EIIS como el gobierno sirio se aprovechen de los recursos petroleros…

«Estados Unidos tiene poco o ningún interés en el Líbano, excepto en la lucha contra el terrorismo de Hezbolá. Ya que Beirut no lo ha hecho, Washington le ha apretado los tornillos a la milicia pro-Irán a través de la aplicación de sanciones. Tanto en Siria como en el Líbano y también en Gaza, una presidencia de Biden continuará apoyando a Israel para mantener pacíficas sus fronteras con estas áreas, incluso si esto requiere de la intervención militar israelí.

«Biden mantendrá la ya fuerte alianza de Estados Unidos con Israel y es poco probable que traslade la embajada de Estados Unidos de Jerusalén a Tel Aviv. También es poco probable que Biden desempeñe un papel activo en la reactivación de las conversaciones de paz entre Israel y los palestinos y muy probablemente mantendrá el mantra de Obama: ‘Estados Unidos no puede querer más una paz que las partes involucradas en su búsqueda’…

«Biden ya ha emitido declaraciones alabando la paz unilateral entre Israel, por una parte y los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán, por la otra. Es muy probable que Biden continúe con la política de Trump de alentar a los países árabes restantes a firmar las paces con Israel…

«Ya sea bajo las administraciones Obama, Trump o Biden, Estados Unidos continuará su ayuda anual a Egipto, siempre que El Cairo cumpla con tres cuestiones estratégicas: la libertad de navegación en el Canal de Suez, los vuelos militares estadounidenses sobre el espacio aéreo egipcio y la estabilidad de la frontera de Egipto con Israel.

«Biden, sin embargo, se apartará de la política de Trump en el Medio Oriente sobre el tema Irán y Turquía. Es muy poco probable que Biden continúe con la política de ‘máxima presión’ ejercida por Trump sobre Irán y tratará de unirse al acuerdo nuclear cuando Irán revierta sus violaciones. Sin embargo, muchas de las sanciones que Trump le impuso a Irán son irrelevantes al programa nuclear de Teherán y en cambio, están conectadas con las ‘actividades desestabilizadoras’ de Irán, principalmente su patrocinio al terrorismo». Las sanciones no-nucleares de Trump pudieran anular la eliminación de las sanciones en materia nuclear por parte de Biden, lo que mantendrá la economía iraní tambaleando y obligue a Irán a negociar, no solo por las cláusulas de extinción del acuerdo en materia nuclear, sino también por su apoyo al terrorismo en el mundo…

«Trump ha roto inexplicablemente filas con demócratas y republicanos sobre el tema de Turquía y se ha conectado personalmente con Erdogan. Pero el estado de ánimo de los Estados Unidos sobre el tema Turquía ha sido muy amargo, dadas las travesuras populistas de Erdogan. Si Biden llega a convertirse en presidente, las relaciones entre Estados Unidos y Turquía pudieran deteriorarse aún más, sumándose a los problemas de Ankara con la Unión Europea».[4]


[1] ‘Okaz (Arabia Saudita), 8 de noviembre, 2020.

[2] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 8 de noviembre, 2020.

[3] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 8 de noviembre, 2020.

[4] Englsh.alarabiya.net, 2 de noviembre, 2020.