El 6 de agosto de 1914, varios vecinos de Nácori Chico (Sonora) persiguen a un grupo de apaches que ha robado una recua de mulas al ranchero Ramón Hurtado. En el Pico de la India (Sonora) capturaron a una muchacha de 14 años, llamada después Lupe, que dejaron bajo custodia de Fernando Fuentes, del rancho La Colorada. Lupe fue bautizada a los 18 años con el nombre de Guadalupe Fuentes Fimbres.
El 14 de octubre de 1927, Lupe iba con María Jesús y Rafaela Ruiz, y otras jóvenes, por el cauce de un arroyo en busca de palma para tejer cuando detecta huellas de mocasines y marcas de culata de rifle en el suelo diciendo: “Aquí fue donde cinco apaches se detuvieron ayer y esperaron durante mucho tiempo. Fue aquí donde apoyaron sus rifles en el suelo mientras esperaban. Incluso los puedo oler. Tenemos que irnos a casa“. Sospechando una encerrona de los apaches broncos (así llamaban a los apaches hostiles tras la rendición de Gerónimo en 1886) se fueron del lugar. Por allí operaba una banda liderada por un bronco llamado Apache Juan, suponiéndose que estaba en las cercanías oyendo cómo “una de las suyas” protegía a las mexicanas y hablaba mal de ellos.
Al día siguiente, 15 de octubre, esos apaches broncos atacaron a Francisco Fimbres y a su esposa María Dolores Grajeda. Los hechos ocurrieron así. Francisco y su esposa María Dolores iban de su casa en Nácori Chico a la población de Pinos Altos (municipio de Nácori Chico, Sonora). Cada uno iba en un caballo. Francisco llevaba a su hija Vicki, de dos años de edad, y María Dolores a su hijo Gerardo, de cuatro. María Dolores estaba embarazada del que sería el cuarto hijo. La recién nacida, Soledad, estaba en casa. A 10 km de Nácori Chico, el caballo de María Dolores comenzó a cansarse, por lo que Francisco le dejó su caballo para que ella no tuviera que caminar. Francisco siguió a pie, llevando el caballo de María Dolores por las riendas y con Vicki en brazos. Llevaban con ellos un rifle en la funda del caballo que ahora montaba María Dolores.
Ella, con Gerardo, iba por delante. No muy lejos de donde cambiaron los caballos llegó a una cerrada curva, alrededor de un pronunciado risco. De repente, aparecieron dos mujeres apaches saliendo de su escondrijo, agarrando las riendas del caballo de María Dolores y tirándola al suelo, la degollaron arrojando su cuerpo por el precipicio que había a un lado del camino, desapareciendo y llevándose al pequeño Gerardo. Todo pasó muy rápido. Francisco lo vio todo pero no pudo hacer nada al respecto. No estaba armado y llevaba un bebé en brazos. Sabía que de haber intentado ayudar, los hubieran matado a todos.
Después del ataque, Francisco Fimbres solía visitar a la familia Urquijo en Douglas (Cochise County, Arizona), y pacientemente contestaba a las preguntas que el joven Pedro Urquijo le hacía acerca del ataque. Pedro dijo que Francisco estaba unos 30 metros detrás de María Dolores. Unas mujeres apaches la atacaron, le clavaron un cuchillo varias veces, la arrojaron por el barranco y huyeron con el niño. Pedro preguntó a Francisco: “¿Tenías un arma?“. “Sí, pero estaba en el caballo de María Dolores“. “¿Y qué hiciste entonces?“. “Tenía el bebé en brazos, lo escondí entre los arbustos y cabalgué hasta donde estaban unos vaqueros, justo bajando el camino, para pedir ayuda. Inmediatamente buscaron a los apaches y al niño, pero no estaban por ninguna parte“. Pedro dijo que después de esto, Francisco siempre llevaba una cinta negra en el sombrero y una pañoleta negra en el brazo, y que estaba obsesionado con vengarse.
A finales de marzo de 1931, Francisco Fimbres salió de Nácori Chico al frente de un grupo de 12 hombres para buscar a su hijo Gerardo. De hecho no había parado de buscarlo desde que se lo llevaron. Había hecho hasta nueve expediciones. Los otros 12 hombres eran: Felipe Grajeda, Francisco Grajeda, Jesús Coronado, José Caperón, Melquíades Vargas, José Navarro, Ramón Hurtado, Miguel Limón, Dolores Fuentes, Aristeo García, Cayetano Fimbres, y Luis Aguayo.
Durante dos días peinaron una nueva sección de la Sierra Madre. El jueves 2 de abril, vieron humo y cabalgaron hacia él, subieron una pequeña colina y, de repente, se encontraron con dos mujeres apaches llevando un burro. Los mexicanos abrieron fuego, hiriendo a una mujer en el brazo. Cayetano Fimbres, tío de Francisco, recordó su grito: “¡Nakaye!” (Mexicanos). La mujer lo gritó tres veces hasta que otra bala la mató. La otra mujer intentó disparar pero un cartucho se atascó en su rifle. Trató de liberarlo con su cuchillo rompiendo la punta en la recámara del fusil cuando cayó muerta de un disparo.
Durante el ataque las mujeres llamaban a Apache Juan por su nombre. Él fue en su ayuda pero no pudo hacer nada. Ya estaban muertas cuando llegó y los demás apaches habían huido. Pronto fue localizado por los disparos y, durante dos horas se defendió. Cayetano Fimbres le descubrió tras un árbol y esperó pacientemente hasta que se asomó. Cuándo lo hizo, disparó hiriéndolo. Se acercó y le disparó otra vez, a quemarropa, entre los ojos.
Cuando examinaron los cuerpos, vieron que Apache Juan llevaba las típicas altas botas que usaban los apaches y un gorro hecho de cuero de becerro, similar a las gorras ceremoniales chiricahuas, utilizados como protección en la guerra. Llevaba prendas de vestir de tela. Él y las mujeres llevaban bolsas conteniendo muñecos de piel rellenos de hierba. Una de las mujeres llevaba un pesado vestido de piel de venado o de piel de res. Recuperaron dos rifles, un 30-06, y un viejo 45-70. Les cortaron la cabellera a los tres y se llevaron sus pertenencias. Según Lupe, una de las muertas era su madre, la otra su hermana, y el hombre, Apache Juan, su cuñado. También dijo que Apache Juan era hijo de un cautivo. Se sabe que Apache Juan tenía parientes mexicanos (los primos de su padre), de apellido Figueroa. Esa familia vivía a unos 64 km al sur de Nácori Chico, en el pueblo de Sahuaripa, donde el padre de Juan, Elías había nacido, probablemente en el seno de una familia ópata o quizá guarijío. El padre de Apache Juan había sido capturado por los apaches cuando era niño en 1844, y los mexicanos lo conocían como el Apache Elías. Se casó con una mujer apache pero mantuvo contacto con su familia de origen, visitándolos ocasionalmente y llevándoles regalos.
La madre de Lupe también fue capturada aproximadamente en el año 1900, junto con su primo de Solomonville (Graham County, Arizona) por un hombre descrito por Lupe como un gran guerrero, que había sido guía del ejército de los Estados Unidos. ¿De ahí viene la creencia de que Lupe pudo ser hija de Apache Kid, que fue explorador del ejército estadounidense?
Días después del enfrentamiento, los apaches encontraron los cuerpos de su jefe y de las dos mujeres, vengándose con el niño Gerardo. Unos cuantos días después, dos mexicanos, Isidro Mora y Cirilo Pérez, iban cabalgando cerca del lugar cuando sus caballos se asustaron por el mal olor que llegaba. Se acercaron y encontraron los cuerpos de los tres apaches cuidadosamente enterrados. También estaba el cuerpo sin vida del niño Gerardo, vestido con típicas ropas apaches, ropa de cuero, mocasines de piel, y un pequeño cuchillo. Años después, Francisco Fimbres contaría que a su hijo lo ataron a un árbol y lo lapidaron hasta morir. Tenía siete años y medio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario