Claustro de Sor Juana, la historia de un sobreviviente
Te contamos los vaivenes del Claustro de Sor Juana, un edificio emblemático del Centro Histórico y que ha sobrevivido y mantenido una vibrante actividad cultural universitaria.
Después de cinco etapas de rescate y reconstrucción en 1623, 1690, 1774, 1867 y la última en 1988, se pueden apreciar vestigios de los años de esplendor del imperio azteca y del Virreinato, así como del México contemporáneo en las instalaciones de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Aquí te contamos la historia del inmueble, como muestra de un glorioso sobreviviente al pasado.
El convento original de la Orden de las Jerónimas estaba situado en la esquina que forman actualmente las calles de San Jerónimo y 5 de Febrero. Al paso de los años el convento creció.
Al promulgarse las Leyes de Reforma, se dictó la orden de exclaustración de los 12,778 metros cuadrados que corresponden a la actual manzana y con esta medida, la mitad oriental del exconvento fue fraccionada y vendida a particulares; mientras que la otra parte fue utilizada como cuartel para la milicia y hospital.
A principios del siglo XX, se instalaron diversos negocios y comercios e incluso un establo. Más recientemente funcionaron una panadería y un pequeño hotel adosado al costado oriente de la torre del templo. La fachada es de estilo renacentista y cinco patios componen su estructura.
Juana de Asbaje y Ramírez, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, profesó en el citado convento a partir de 1669.
Ahí, la poetisa escribió comedias como Los empeños de una casa y Protesta de Fe. Sus restos inhumados yacen en el templo de este lugar. Se puede leer una placa que reza: “En este recinto que es el coro bajo y entierro de las monjas de San Jerónimo, fue sepultada Sor Juana Inés de la Cruz”.
Hoy el Claustro de Sor Juana abriga la Universidad del mismo nombre, institución con gran renombre a nivel internacional.
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