El irresponsable López-Gatell que ya solo sirve para fotos de paparazzis
Quince meses tiene en el mundo la pandemia del Coronavirus. En México las autoridades sanitarias se empezaron a ocupar en los primeros días de marzo, cuando tuvieron que reconocer que había fallecido un mexicano que llegó de Italia, donde el virus ya mataba a muchos.
Las cuentas que este 11 de marzo reportan las autoridades sobre los afectados por la pandemia en México son de 2 millones 339,561 casos estimados de contagio y 192 mil 488 fallecidos por Covid.
No estamos cerca del final de la pesadilla que ha enlutado a miles de hogares en México. Cuando llegue tendremos que plantear muchas preguntas entre las que destacará ¿A quién le vamos a acreditar los muertos de la pandemia? Porque ante la historia alguien debe hacerse responsable y en el escenario estarán dos personajes que han destacado por sus acciones y omisiones.
La primera acción fue la designación presidencial de un “especialista y científico” del tema, el subsecretario Hugo López-Gatell, que inició su actividad minimizando la letalidad de la pandemia y reprobando medidas preventivas, como el uso del cubrebocas, aunque enfatizó la observancia de la sana distancia, el confinamiento de la población en su domicilio e impuso un alto en la actividad económica del país.
El presidente López Obrador estuvo de acuerdo con las recomendaciones para dar la cara frente a la pandemia y, muy a su estilo, instruyó una conferencia de prensa diaria, vespertina, para informar sobre sobre los avances y retrocesos del Covid-19. Además, como acostumbra, de hacer burla y sarcasmo de lo que no entra en sus “entendederas”, recomendó el uso de estampas religiosas para “detener” el mal.
Los López contagiados
No es que sea castigo divino, pero el coronavirus alcanzó al presidente López Obrador, que de inmediato fue atendido en su domicilio de Palacio Nacional, por los mejores especialistas y recibió una atención esmerada que le permitió recuperar la salud. No tuvo que peregrinar por los hospitales de la Ciudad de México para ser atendido. No obstante la experiencia que lo acercó a la muerte, continuó con su desprecio al cubrebocas, con lo que ante los ojos de los que todos los días lo ven en los medios, se negó a ser ejemplo para los demás.
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