El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reveló este lunes que no tomará ninguna medida en contra de la persona que le arrojó una botella de agua en Veracruz, durante una visita a ese estado.
"Puede estar tranquilo, no pasa nada", dijo el mandatario en su acostumbrada rueda de prensa matutina. En su mensaje, recalcó que una de las líneas directrices de su Gobierno es la máxima tolerancia para "no caer en provocaciones" y evitar cualquier tipo de represión.
El domingo, López Obrador estuvo en el puerto de Veracruz para inaugurar los edificios Leyes de Reforma y la Casa Benito Juárez, cuando un grupo de trabajadores del Poder Judicial se acercó para corear consignas en su contra. En la protesta, uno de los descontentos le arrojó una botella de agua al mandatario.
"Ayer me tiraron una botella de agua y pues, [como] yo empecé jugando bésibol (...) hasta la pude haber agarrado, pero no pasó a mayores", dijo el presidente entre risas, tras puntualizar que comprendía la reacción, pero que no caería en provocaciones.
El episodio ocurre días después de que se aprobara una polémica reforma al Poder Judicial, que desató la batalla entre los jueces, el Ejecutivo y los trabajadores de ese sector. La pugna es porque consideran que la modificación es lesiva para el sistema de justicia.
"Entiendo que están enojados (...), ellos quisieran que no cambiará nada, el conservadurismo viene precisamente de conservar, de mantener el statu quo, pero eso ya no se puede. Pero ahí se les va a ir pasando el enojo", vaticinó.
No obstante, aseveró que su única pretensión como gobernante es cerrar su sexenio —que culmina el próximo 1 de octubre— "sin masacres, sin desaparición de nadie, sin torturas, sin perseguir a ningún periodista, sin censura". En esa línea, celebró datos como el descenso de la pobreza y de la desigualdad.
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