Enemigo histórico a la vista

Enemigo histórico a la vista

La importancia de las palabras y la visita del máximo enemigo histórico
Por Iván Jaime Uranga Favela
Sería motivo de risa y burla de los niños de primaria si un biólogo les explicara el comportamiento de los depredadores diciendo que un oso polar y un tiburón son iguales y que podemos llamar al oso tiburón y al tiburón oso marino. Lo mismo ocurriría si un ingeniero basado en las dos ruedas que poseen una bicicleta y una motocicleta dijera que les pueden llamar de forma indistinta. En ciencias sociales sin que nadie se ría o se burle, se permite llamar capitalista al oligarca esclavista y al señor feudal, por la característica común que tienen los tres como explotadores del género humano, cuando es evidente que los sistemas sociales donde se originó el poder de cada uno y la manera de ejercerlo son diferentes.
Parece ocioso discutir la importancia de las palabras porque los errores cometidos en este sentido suenan a chiste, pero en el estudio de las ciencias sociales y en particular la historia y la economía, tienen enorme relevancia. Cometer errores de esta especie ha costado al pueblo mexicano años de miseria y opresión. Nuestros libros de historia aseguran que fuimos sometidos a la esclavitud por los soldados españoles que enviaron los reyes católicos, falso. Hernán Cortés tomó Tenochtitlán acompañado por cerca de 800 españoles y un ejército Tlaxcalteca, de más de 100 mil hombres originarios de esta tierra llamada Anáhuac. El poder durante la colonia llamada Nueva España, fue ejercido por enviados del rey de España, puesto por el Vaticano, mismo que bendecía los nombramientos de los virreyes y se enriquecía. ¿España o el Vaticano gobernaron la Nueva España? ¿Por qué las construcciones más suntuosas del centro histórico de la Ciudad de México pertenecían al clero?
Los virreyes podían ser miembros en activo del clero o no, pero los impuestos del diezmo y la justicia a través de la santa inquisición los ejercía el clero. A finales del año 1800 la oligarquía clerical ejercía un poder indiscutible desde las instituciones legales en la Nueva España y era propietario de las fuerzas productivas, los medios de producción. Los mexicanos derrotamos al ejército español y sus mercenarios, llamados realistas, ambos al servicio de la oligarquía clerical, alrededor de 1821 conseguimos la independencia del rey de España, el poder del clero se tambaleo hasta sus cimientos, pero conservó buena parte del poder y propiedades. Como clero y realistas no son palabras sinónimas, el verdadero enemigo, un poco maltratado gozaba de salud.
En los 30 años siguientes el clero señoreo en el poder con nuevos ejércitos mercenarios nacionales y extranjeros llamados ahora conservadores. Benito Juárez derrotó a los conservadores y por primera vez en la historia se confiscó gran parte de sus propiedades. El clero a través de prestanombres conservó bajo su propiedad gran parte de las haciendas, es decir, el poder económico. Las palabras clero y conservadores no son sinónimas, por tanto, el clero vivito y coleando.
¿Quién tenía el poder durante la dictadura de Porfirio Díaz? Adivinaron, el clero. En las haciendas el señor hacendado siempre acompañado por el señor cura, ejercía el poder político-económico, administraban justicia terrenal y divina. Las películas mexicanas campiranas son documentos históricos que reflejan esa época. La Revolución Mexicana derrotó al ejercito mercenario y las instituciones de poder, llamados federales o pelones, hirió de muerte al clero, pero con el levantamiento cristero y los ejércitos mercenarios llamados cristeros derrotados a medias, las buenas y malas artes políticas del clero, para 1940 México se estrenaba con un presidente pro-clerical, nada menos que Ávila Camacho. Las palabras clero, federales o pelones y cristeros, no son sinónimas, por tanto, no representan lo mismo, se derrota a los sicarios pero el enemigo real VIVE y sigue fregando.


¿Importan las palabras? Sí. Claro, por lo que representan, la superficie es