En días recientes, Arabia Saudita ha realizado intensos esfuerzos de coordinar con los demás países árabes y formar una postura árabe uniforme por causa de la crisis en Libia. El canciller saudita Faisal bin Farhan visitó Egipto, Argelia, Túnez y Marruecos y se reunió con altos funcionarios de dichos países. Sus visitas ocurren ante las intensas hostilidades que se vienen sucediendo en Libia; el avance de las fuerzas del gobierno de Sarraj, respaldado por Turquía, en la ciudad estratégica de Sirte y la región de la Media Luna Petrolera al este del país, e informes sobre la continua afluencia de mercenarios y armas enviadas por Turquía a Libia. También están las amenazas del aliado de Arabia Saudita, Egipto, de intervenir militarmente en Libia e incluso armar tribus libias si las fuerzas del gobierno de Sarraj y las fuerzas turcas se acercan a Sirte y a las partes orientales del país, situadas cerca de la frontera con Egipto.[1]
Durante sus reuniones con el Presidente de Egipto ‘Abd Al-Fattah Al-Sisi y el canciller Sameh Shoukry, bin Farhan expresó su pleno apoyo a Egipto y a sus posturas ante Libia. Las dos partes destacaron la importancia de una acción árabe coordinada destinada a encontrar soluciones dentro del marco de los mecanismos árabes conjuntos.[2] Las reuniones de bin Farhan en Túnez, Argelia y Marruecos también se abocaron a la situación en Libia y a la necesidad de traer paz y estabilidad a ese país. Según algunos informes, bin Faisal transmitió mensajes tranquilizadores de Egipto a Túnez y Argelia, luego que los dos últimos países expresaran su preocupación por la sugerencia de Egipto de dotar con armar a las tribus libias.[3]
La prensa saudita ha publicado artículos que explican los objetivos de la intensa campaña diplomática actual del reino. El editorial del 29 de julio del diario Al-Riyadh declaró que Arabia Saudita lanzó una iniciativa destinada a unir la postura árabe, a fin de frustrar la «contundente intervención» de Turquía e Irán en los asuntos árabes y sus esfuerzos por socavar la seguridad árabe. El principal periodista ‘Abd Al-Rahman Al-Rashed, ex-editor del diario Al-Sharq Al-Awsat y ex-director del canal de televisión saudita Al-Arabiya escribió de manera similar, que Turquía e Irán son «la mayor amenaza a lo que los árabes se han enfrentado en el último medio siglo». Quince países árabes dijo, están bajo amenaza de invasión iraní o turca y algunos incluso están controlados por estos países y abocados a la guerra. Este hizo hincapié en que esta situación requiere que los países árabes se unan y formen un tratado de defensa.
Caricatura en diario saudita: Los árabes intentan mantener a las fuerzas militares de Erdogan fuera de Libia (Al-Riyadh, Arabia Saudita, 29 de julio, 2020)
Lo siguiente son extractos del artículo de Al-Rashed:[4]
«Parece ser que nos enfrentamos a la mayor amenaza con la que hemos tenido que lidiar en el último medio siglo. Irán y Turquía, cada uno por su cuenta, se están expandiendo en la región de una manera sin precedentes, poniendo en riesgo a todos los países que la integran. Los turcos en Libia son una amenaza directa a Egipto, la mayor amenaza [que ha enfrentado] desde que firmó los Acuerdos de Paz de Camp David [con Israel], que pusieron fin a las posibilidades de librar una guerra contra este. Túnez y Argelia están amenazados indirectamente por la concentración de organizaciones islámicas armadas, que integran a [combatientes] de diversas nacionalidades, en Trípoli, [que está bajo el control de las fuerzas del gobierno de Sarraj]. Sudán también es vulnerable por las infiltraciones de estas organizaciones, aunque su frontera con Libia es la más corta, [con una longitud de] unos 400 kilómetros.
«El plan de Irán, como potencia regional, le otorga un control casi total sobre Irak, el Líbano y Siria y actualmente a través de Irak [también] amenaza a Arabia Saudita, Kuwait, Bahréin y a los Emiratos Árabes Unidos. Los ejércitos y las milicias de Turquía e Irán combaten actualmente en Siria, Yemen, Irak, Somalia y Libia. Esta nueva situación amenaza a todos y exige una coalición política para enfrentarlo, transmitiendo un mensaje claro, [es decir] que 15 países árabes enfrentan la amenaza de una invasión turca o iraní y están listos para formar un tratado de defensa como parte de una acción árabe conjunta.
«Sin embargo, a pesar del peligro y de todos los puntos críticos [regionales], parece ser que la acción conjunta [árabe] todavía es muy limitada, tal vez porque la situación no es clara para los habitantes en la región, [que ve los eventos] como algo separado junto a situaciones de campañas limitadas. En Libia, por ejemplo, todos quedaron sorprendidos por la intervención militar directa de Turquía, ya que nadie lo concibió así. Antes de esto, la guerra en Libia era considerada como la continuación de la crisis [interna] que ha sucedido allí durante los últimos nueve años. La intervención militar de Turquía y sus milicias sirias fue como la aparición [repentina] de una serpiente: despertó el miedo y activó todos los mecanismos de defensa, provocando un cambio en las posturas políticas en Libia. Túnez y Argelia si no hubiesen temido la intervención turca durante años… Estos consideraron la situación en Libia como una lucha interna apoyada por varias potencias externas. Lo mismo ocurre con Egipto, que nunca imaginó que las fuerzas de Erdogan llegarían a su frontera. Hoy el peligro es grave y Egipto definitivamente está en la mira de [Turquía]. Argelia tampoco está segura y tiene en cuenta que Turquía no dudará en extender su influencia hacia [su] dominio interno, si es que existiese algún problema de seguridad en el lugar.
«La verdad es que, cuando se trata de malas intenciones por parte de Turquía, existen signos claros de que la situación ha sido hasta ahora muy desagradable, tal como dice el refrán. Pero nadie estaba dispuesto a creérselo, porque pareciera que la ‘paranoia’ e hipérbola son resultados de los desacuerdos con el Presidente Erdogan. Hoy día ya nadie duda de esta teoría. Turquía ha enviado fuerzas y equipos [a Libia], de manera oficial y abierta. Miles de sus milicianos [sirios] que anteriormente combatieron en Siria están [ahora] combatiendo en Libia bajo la estandarte turca y han llegado a las afueras de Sirte y a la zona denominada la Media Luna Petrolera. Las preocupaciones ya no son ‘paranoia’ sino más bien una realidad y la historia no termina aquí.
«Algunos se preguntan el por qué los turcos se arriesgarían a emprender una guerra en tierras lejanas. Parte de la estrategia de Turquía es ganar influencia al norte de África, lo cual es importante para la seguridad de Europa. Su presencia [allí] le da influencia sobre países de la Unión Europea y los obligará a aceptar sus demandas. Ya hemos visto cómo el Presidente turco Erdogan utilizó a millones de refugiados sirios para imponer sus demandas políticas y financieras a los europeos. Este escenario se repetirá cuando llegue a controlar Libia: chantajeará a los europeos y amenazará a los vecinos [de Libia]: Egipto, Túnez, Argelia y Sudán.
«En cuanto a su próxima campaña – esta será en Yemen. ¿Por qué? Porque esto le otorgará a los turcos y a su simpatizante financiero Qatar, influencia sobre Washington y les ayudará a promover su objetivo de debilitar a los estados del Golfo».
[1] Véase la serie de MEMRI Despacho Especial No. 8828 – Medios de comunicación árabes apoyan la amenaza por Egipto de intervenir militarmente en Libia: Intentos por Turquía de convertirse en una superpotencia regional deben ser detenidos – 2 de julio, 2020.
[2] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 28 de julio, 2020.
[3] Al-Arabi Al-Jadid (Londres), 29 de julio, 2020.
[4] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 28 de julio, 2020.
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