En Tlatelolco se fincó el infortunio pero jamás se perdió su nombre: Eduardo Matos Moctezuma
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- El Colegio NacionalCCO:erubielcamacho43@yahoo.com.mxmar. 11 de ago. a las 11:0111 de agosto 2020ECN/ 188Ciencias Socialesy HumanidadesEN TLATELOLCO SE FINCÓ EL INFORTUNIO PERO JAMÁS HA PERDIDO SU NOMBRE: EDUARDO MATOS MOCTEZUMA*Dentro del ciclo Miradas hacia el pasado, Eduardo Matos Moctezuma, integrante de El Colegio Nacional, dictó la conferencia Tlatelolco a través de los tiempos (2015)* La sesión realizada en agosto de 2015, en la que participó el arqueólogo Leonardo López Luján, fue una recomendación en línea de El Colegio Nacional este 10 de agosto*Tenochtitlan y Tlatelolco son dos ciudades que crecieron de manera paralela,“pero son enemigas, no se pueden ver, hay fricciones, hasta que todo estalla el triunfo le corresponde a Axayácatl”, afirmó el colegiado
“Tlatelolco había tenido una enorme importancia en el mundo prehispánico, pero la atención de los historiadores suele quedarse en Tenochtitlan”, aseguró el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, integrante de El Colegio Nacional, durante la conferencia Tlatelolco a través de los tiempos (2015), dictada en agosto de 2015, recomendación en línea del 10 de agosto.Como parte del ciclo Miradas hacia el pasado, el colegiado reconoció que toda la atención de los cronistas se suele centrar en Tenochtitlan, porque terminó siendo la ciudad a vencer, ante lo cual Tlatelolco –que ya había sido sometida por el mexica-tenochca- quedó en una especie de segundo término.“Eso me llevó a pensar cómo el infortunio terminó por fincarse en Tlatelolco: primero, ahí es donde van a capturar a Cuauhtémoc. Las fuerzas indígenas se han ido replegando hacia Tlatelolco en contra del avance español y sus miles de aliados indígenas, y ahí es donde lo capturan”.Se trata de lo que Matos Moctezuma define como un primer infortunio, si bien permite desarrollar otro tipo de lecturas en torno a la manera de compartir esas historias: a partir de ese momento van a cesar los combates, ha triunfado el español y sus aliados indígenas, “es allí donde aquel 13 de agosto cae Tlatelolco en poder de Hernán Cortés. Ahí empieza el mundo colonial”.“Hay una frase de Bernal Díaz del Castillo que nos indica lo que es la captura del joven Tlatoani, del que tiene la palabra: ‘Señor Malinche, ya he hecho lo que soy en defensa de mi ciudad y no puedo más. Y pues vengo por fuerza y preso ante tu persona y poder, toma ese puñal que tienes en la cintura y mátame luego con él’.“Aquí hay un malentendido: él no quiere decir toma el cuchillo y mátame, sino sacrifícame, que tiene otro contenido, porque el prisionero de guerra tenía que ser sacrificado para que pudiera acompañar al sol en su recorrido, y Cortés lo perdona, con lo cual al jefe de las fuerzas mexicas no se le permite completar su ciclo y muere hasta 1525, ahorcado por órdenes de Cortés”.Después de ese primer infortunio, Matos Moctezuma se refirió a otros dos momentos fundamentales en la historia de Tlatelolco, quizá el más emblemático el 2 de octubre de 1968, pero también el terremoto de 1985.“Siempre el gobierno negó que hubiera muertos, pero sí los hubo: hay imágenes donde se ve que obligan a los muchachos a desnudarse y también a los que están en la morgue, tirados, porque no cabían ahí. No para ahí la cosa en Tlatelolco: en dónde se va a sentir con mayor fuerza el terremoto de 1985: en Tlatelolco, lo que eran los edificios hechos por Mario Pani en la época de los 60 se van a hacer como acordeón”.Entre el privilegio y la luchaLuego de hacer un recorrido por la importancia de Tlatelolco, su relación con Tenochtitlan, su auge y caída, en especial por una especie de búsqueda de poder entre esas grandes ciudades, Eduardo Matos Moctezuma también ofreció una mirada sobre las distintas etapas de excavación del sitio, sobre todo desde el siglo XIX.Para Eduardo Matos Moctezuma, es un privilegio tener dos ciudades como Tenochtitlan y Tlatelolco como parte del pasado de nuestro territorio, “porque tenemos el Alfa y el Omega de estas dos ciudades: sabemos cómo se van a iniciar, pero también cómo van a perecer”.“En este espacio que apenas cubre 200 años, ambas ciudades fueron protagonistas de muchas cosas: del mismo pueblo que establece Tenochtitlan, hacia 1325, un grupo inconforme decide pasarse un poco más al norte y funda Tlatelolco”.Dos ciudades que crecen de manera paralela, pero son enemigas, no se pueden ver, hay fricciones, hasta que todo estalla y el triunfo le corresponde a Axayácatl, de Tenochtitlan, quien “ordena que ese templo y ese lugar sería un basurero, que ya no habría gobernantes, más que los que decidan los tenochcas y aquello se convierte en un muladar”.“Hasta el momento de la conquista, Tlatelolco va a estar bajo el pie de Tenochtitlan. En relatos tlatelolcas, en los primeros años de la colonia, siempre se pinta mal al mexica, se humilla al tenochca. La rivalidad jamás culminó”.Toda esa historia y todos los infortunios, sin embargo, llevaron a Eduardo Matos Moctezuma a destacar lo que considera un elemento curioso en la historia y evolución de Tlatelolco: allí se fincó el infortunio, pero jamás ha perdido su nombre, lo conserva: “Tenochtitlan pierde su nombre, Tlatelolco lo conserva. Inclusive, el decir popular le borra el Santiago, que tenía en la época colonial. Nada más que, hasta ahora, Tlatelolco es Tlatelolco”.La conferencia Tlatelolco a través de los tiempos (2015), impartida por el integrante de El Colegio Nacional, Eduardo Matos Moctezuma, se encuentra disponible en la página de Youtube de El Colegio Nacional: elcolegionacionalmx.-0-
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