Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

  Interesados comunicarse a correo: erubielcamacho43@yahoo.com.mx  si quieren versión impresa o electrónica donativo voluntario .

miércoles, 16 de diciembre de 2020

LA HOMOSEXUALIDAD EN LA EDAD MEDIA (I)

 

LA HOMOSEXUALIDAD EN LA EDAD MEDIA (I)
Roger Benito Julià
Los gays fueron uno de los grupos menos estudiados por los medievalistas y historiadores en general. Seguramente por falta de interés y por prejuicios morales derivados de la cultura católica y occidental. La disgregación de los homosexuales también es una dificultad añadida. Otros grupos marginados como judíos o musulmanes vivían en comunidad mientras que los homosexuales vivían en secreto. John Boswell (1947-1994), profesor de Historia Medieval de la Universidad de Yale rompió esta barrera en 1980 al publicar su estudio sobre los gays en la Europa occidental hasta el siglo XIV. Este volumen provocó acalorados debates en el seno de los medievalistas estadounidenses y europeos. Boswell rompió el muro pero de momento no ha tenido una continuación.
¿Por que es tan difícil hablar de la homosexualidad? En este artículo no queremos polemizar sobre el tema. Queremos aportar una visión rigurosa sobre el tema centrándonos en el periodo de la Edad Media. Para llegar hasta el medievo tenemos que pasar primero por la época clásica de Grecia y Roma y dar así una visión más completa del tema. Para esto, tenemos que despojarnos de nuestros prejuicios occidentales y entender que las ideas no son las mismas en la antigua Grecia que en la actualidad respecto a la homosexualidad.
LA ANTIGUEDAD: GRECIA Y ROMA
La homosexualidad era un hecho cotidiano en la Grecia antigua. Las relaciones entre dos hombres era un hecho aceptado socialmente. Se hablaba y se escribía de homosexualidad y de relaciones entre dos hombres con toda naturalidad. Se reconocía la perspectiva en muchos pueblos antiguos del interés erótico entre personas del mismo sexo. Se suponía que los hombres que amaban a otros hombres emularían y tratarían de parecérseles, mientras que los hombres que amaban a mujeres terminarían pareciéndose a ellas. Esta idea se ve reflejada en el discurso de Aristófanes en El banquete de Platón: “Quienes aman a hombres y sienten placer en acostarse con hombres y en ser abrazados por hombres son también los muchachos más hermosos y jóvenes, y –naturalmente– los más masculinos.” (192a). 1 Publicado en la Revista Medieval. Barcelona: Tosion. 2006. Sostiene también Platón que los amantes homosexuales serían los soldados más excelentes (El banquete 178e-179). La literatura popular estaba llena de proezas homosexuales de figuras arquetípicamente masculinas como Zeus, Heracles o Aquiles entre otros. Se distingue entre el homosexual pasivo y el activo. Aristóteles considera totalmente “natural” al homosexual pero ve al pasivo con ciertas connotaciones negativas: “Esta disposición se da naturalmente en ciertas personas [...] Cuando la naturaleza es responsable, a nadie se le ocurriría llamar inmorales a esas personas en mayor medida que a las mujeres, porque en el coito éstas son más bien pasivas que activas [...] Y el que un individuo con esta disposición la venza o ceda a ella no es un problema moral propiamente dicho.” (Ética a Nicómaco 7.5.3-5).
En la Grecia antigua nunca se juzgaba a las personas sobre la base del sexo. Se las calificaba como “castas” o “no castas”, “casadas” o “célibes”, pero nunca en categorías de “homosexual” y “heterosexual”. No existían estas categorías en el mundo griego.
Edward Gibbon dijo en su libro History of the Decline and Fall of the Roman Empire “de los quince primeros emperadores, Claudio fue el único cuyo gusto era absolutamente correcto en materia de amor”; con esto quería decir heterosexual.
Según Gibbon, el Imperio Romano fue regido durante doscientos años por emperadores homosexuales, aunque no exclusivos. A pesar de esto la homosexualidad en el Imperio Romano no ha sido objeto de estudio como en el mundo griego. Una de las primeras leyes, que regulaba las relaciones sexuales de los romanos era la Lex Scantinia. El contenido de esta ley no es claro ya que la conocemos a través de terceros. Por lo que nos cuentan estos autores esta ley no punía las relaciones homosexuales. No es hasta el siglo III que se empiezan a redactar normas que regulan las relaciones homosexuales, desde la violación de menores a los matrimonios gays. Este corpus legislativo no prohibía la homosexualidad.
LA IRRUPCIÓN DEL CRISTIANISMO EN EL IMPERIO ROMANO
La promulgación del Edicto de Milán (313) llevada a cabo por los emperadores Constantino y Licino, reconocía al cristianismo las mismas libertades y los mismos derechos que la religión pagana. Con la entrada del Cristianismo en el Imperio Romano cambió la moral del Imperio. Hubo una gran restricción de la libertad sexual de los romanos. Hay diversas razones para explicar esta restricción. En primer lugar el paso de un mundo urbano a un mundo más rural. Se crea una ética rural con una moral más rígida que no ve bien las relaciones homosexuales. Otra razón es el paso de la diarquía (senado-emperador) al control del Imperio por militares. En el año 342 los matrimonios gays se prohibieron y en el año 390 se da la primera pena relacionada con esta ley. Seguramente este paso a un clima social menos favorable tuvo alguna oposición pero no nos ha llegado ningún testimonio. El cristianismo también ayudó a este cambio de mentalidad sexual. Fue la única fuerza organizada que sobrevivió a la desintegración del Imperio Romano. El cristianismo, adoptado por los pueblos germánicos, fue el conductor de esta moral prohibitiva contra los gays. La unión del cristianismo y las restricciones morales del Imperio tardío influenció de forma muy significativa en la Edad Media. Poco a poco, como veremos, la posición de la Iglesia se irá radicalizando hasta llegar al siglo XIV, momento cumbre de la intolerancia medieval.
La Iglesia primitiva no prohibía las relaciones homosexuales, excepto en un caso: la violación de menores. Era muy común la compra de niños-esclavos para explotarlos sexualmente. Este tipo de prostitución masculina era vista de forma negativa, las relaciones entre dos adultos no. Uno de los primeros padres de la Iglesia que teorizó en contra de la homosexualidad fue Juan Crisóstomo. Nacido en Antioquia (~ 344) llegó a ser patriarca de Constantinopla en el año 398, seguramente por su gran facilidad oratoria. (Crisóstomo significa “el de la boca de oro”). Este prelado oriental fue el que más teorizó en contra de los homosexuales y las relaciones entre éstos. Según Juan Crisóstomo las relaciones sexuales entre dos hombres eran “contra natura”, o sea sin finalidad procreadora. Además estas relaciones ofendían por su desenfrenada pasión y su exceso de deseo. Este autor conocedor y admirador de la cultura clásica sabía de la existencia de las relaciones homosexuales en tiempos de griegos y romanos. Es por esta causa que en algunos de sus escritos no condenaba de forma unánime las relaciones homosexuales. Juan Crisóstomo será un autor citado en la Baja Edad Media para perseguir a los grupos gays.
EL DECLIVE URBANO EN OCCIDENTE Y EL IMPERIO ROMANO DE ORIENTE
Con la caída del Imperio Romano de Occidente (476) empieza en la parte occidental del Imperio un declive urbano. La ética rural de la que hablamos anteriormente se radicaliza. Los gays se ven oprimidos en este ambiente campesino. Las ciudades se reducen, así como el número de manifestaciones culturales gays –como por ejemplo la literatura gay–.
La entrada de los pueblos germánicos ayuda a esta disgregación urbana en la Europa Occidental. Los diferentes reinos fundados en el Imperio Romano de Occidente crearon un corpus legislativo propio.
En el reino visigodo el rey Chindasvinto (642-653) reguló las relaciones homosexuales. Según una ley promulgada en el año 650 se castigaba con la castración las relaciones homosexuales.
En el Imperio Romano de Oriente, el gran Emperador del Imperio Bizantino, Justiniano, en el año 533, equipara a las relaciones homosexuales con el adulterio. Teniendo en cuenta que la pena por adulterio era la muerte este es un cambio muy radical. Por primera vez se establecen sanciones civiles contra las relaciones entre dos hombres. Los años 538 y 544 este mismo emperador promulgará nuevas leyes de la misma condición. Procopio de Cesarea, uno de los historiadores más famosos de la época, también nos habla de relaciones homosexuales prohibidas. Sobre todo en su libro Anécdota, nos habla de casos de homosexualidad entre obispos, y como estos son castigados con la muerte por el propio Emperador.
Los dos ejemplos son de leyes civiles, sin influencia de la Iglesia. Fuera de la Península Ibérica no se conocen leyes germánicas respecto a la homosexualidad. En el reinado de Carlomagno (768-814) tampoco se legisló sobre las relaciones homosexuales. Seguramente la conducta homosexual no era tan censurada por las leyes civiles y eclesiásticas, como lo eran las relaciones extramatrimoniales. La literatura germánica muchas veces desprende la idea de que las relaciones entre dos hombres era vista de forma positiva frente a la pasividad sexual.
En este momento, en la Europa Occidental se desarrollaron las comunidades monásticas. La regla de San Benito de Nursia estipulaba que todos los monjes tenían que dormir en la misma habitación, con la cama del abad en el centro. También se obligaba a los monjes a dormir con la luz encendida, probablemente por la misma razón. En la misma regla se obligaba a los monjes a dormir con la ropa puesta y los jóvenes se les obligaba a “mezclarse con los mayores y no se les permitía dormir uno al lado del otro”. Seguramente para evitar relaciones prohibidas nocturnas se establecen estas normas dentro de la regla monástica. Hemos de tener en cuenta la obligación al celibato a los monjes, cosa que también explica estas regulaciones.
LA HOMOSEXUALIDAD EN EL ISLAM
La recuperación urbana se dio primero en la Península Ibérica sobretodo por la conquista islámica. No es de extrañar que los gays reaparecieran en dichas ciudades. Tanto el Corán como los primeros textos religiosos sostenían actitudes moderadamente negativas respecto de la homosexualidad, pero no prohibitivas. La sociedad islámica y la mayoría de culturas islámicas trataron la homosexualidad con indiferencia y a veces con admiración.
Tenemos diversos testimonios literarios que nos hablan de la homosexualidad en el Islam. Al-Tifasi es uno de ellos. Nacido en Gafsa (suroeste de Túnez) en el año 1184. Este autor escribió la obra Esparcimiento de corazones, donde se nos relatan la vida de prostitutas, homosexuales y travestís en el Islam. Es en el fondo una recopilación de anécdotas sobre estos temas. Al-Tifasi describe a los homosexuales como activos o pasivos. Los activos para tener éxito han de hacer numerosos regalos, una casa a su disposición para sus propósitos. Los homosexuales pasivos suelen ser chicos jóvenes y muy acicalados (afeitados, maquillados y depilados). Al-Tifasi explica numerosas anécdotas sobre hombres que venden su cuerpo para vivir: “Se le dijo a un mozo: “Tu amo es pobre y tu vistes ropas lujosas. ¿De dónde las has sacado? ¿A cuento de qué esta pregunta? ¿No sabéis que la casa de la moneda la llevo yo en mis zaragüelles?” Al-Tifasi también nos habla del dabb o el aprovechamiento de la oscuridad para sodomizar al dormido sin que este se percate. Otro aspecto que trata Al-Tifasi es el coito anal practicado tanto por homosexuales como por heterosexuales.
En la Península Ibérica también existía una cierta permisividad con las relaciones homosexuales en época islámica. Es conocido el caso de Al-Mutamid (rey de Sevilla en el siglo XI) que se enamoró del poeta Ibn Ammar, del que no soportaba estar separado, “ni siquiera una hora, ni de día ni de noche”, y a quien convirtió en uno de los hombres mas ricos y poderosos de la Península. El mismo Al-Mutamid relata también el amor hacia un criado: “Lo hice mi esclavo, pero la humildad de su mirada me convirtió en su prisionero, de tal modo somos ambos y al mismo tiempo esclavo y señor uno del otro”. El amor entre dos hombres es aceptado y se habla libremente de él en la literatura. También en el siglo IX el reino de Valencia fue gobernado por una pareja de ex esclavos que se habían enamorado y habían ascendido juntos en las filas del servicio civil hasta colocarse en una situación tal como para gobernar por sí mismos. Los historiadores musulmanes, llenos de admiración, caracterizaron su gobierno conjunto como una relación de plena confianza y mutua devoción. Su amor fue celebrado en verso por poetas atraídos a su corte desde toda la Península.
Las actitudes positivas respecto la sexualidad gay no se circunscribían a la cultura islámica únicamente en la Península. Había también una gran cantidad de cristianos que vivían en ciudades hispánicas conquistadas por los musulmanes.
[...]
(CONTINUARÁ)

No hay comentarios:

Publicar un comentario