Bayona y el replanteamiento de la monarquía peninsular.
Mientras en la península no hubo mucho problema en la implementación del modelo centralista de los Borbones, en la América hispana no fue posible llevarse a cabo en su totalidad y dejo a las elites regionales muy resentidas con la monarquía. Esto hizo que durante la invasión napoleónica los españoles pelearan sin necesidad del monarca, pero en ultramar vino a significar que ante la falta de este, la soberanía regresaba al pueblo, lo que los facultaba a que pudiesen elegir sus propias autoridades pero sin desconocer al rey español pero que recelaba que se siguiese otorgando poderes a los peninsulares.
El ambiente político daba a entender en la necesidad de una política liberal que eliminase el sistema de privilegios para que se pudiese avanzar a un estado moderno basados en el principio de nación. Pero el peso de los vicios del sistema del antiguo régimen, que en el caso americano implicaba el sistema de privilegios de los poderes locales, la poca claridad de la relación entre la monarquía con las posesiones americanas, la fuerza de los virreyes como fuerzas centralizadoras representaron problemas que amenazaban el rompimiento de la estabilidad si no se aplicaban las medidas correctas.
Todo este contexto tuvo un giro en los acontecimientos cuando ocurrió la advocación de los Borbones ante Napoleón mediante los Estatutos de Bayona de 1808, este será el primer intento constitucionalista que fue llevada a cabo en España, pero al ser impuesta por el invasor provoca que esta sea desestimada. Uno de los primeros cambios que represento fue le cambio de denominación de la corona al ser renombrado el monarca español como “Rey de las Españas y Emperador de México”.
Para darle solides al proyecto constitucional, el mariscal Joaquín Murat convoca a la elección de representantes que legitimasen las nuevas reglas. Si bien se seguía respetando la posición de la nobleza y el clero, se le intento otorgar más poder a las instituciones y los tribunales al momento de ejercer la ley. Aun así, la mayoría castellana implicaba una desigualdad que afectaba a los aragoneses, con excepción de Navarra y los vascos que siguieron conservando su autonomía gracias a que no se resistieron a José Bonaparte. La propuesta incluía la formación de Cortes que tuvieran representación todos los componentes del reino, conformado por 40 diputados peninsulares y 22 indianos que representasen a las principales ciudades de las provincias con el matiz de que fuesen representados por miembros de los comerciantes y de las universidades, pero esto no los excluía de que ciertas ciudades tuviesen privilegios frente a otras en cuanto a representación.
Uno de los problemas que heredaron de los Borbones era la necesidad de imponer un nuevo ordenamiento territorial en los reinos, ya que los napoleónicos dictaminaron que para la elección de los diputados de Cortes estos tenían que representar territorios con 300,000 habitantes, lo que implicaba un cambio en cuanto a la división administrativas que podía afectar el gobierno en sus usos prácticos, ya que por ejemplo Galicia en aquel entonces tenía una población de 1 millón de habitantes, en cambio provincias históricas como Álava que con su población de 70,000 la llevarían a desaparecer su representación.
Se cambia el sistema de intendencias por el de prefecturas para intentar imponer el orden en la península y de paso consolidar la anexión de Cataluña a Francia como se pretendía, cosa que falla por la inestabilidad de la situación. Esto implicaba una pérdida de autonomía al nivel municipal, ya que los alcaldes y corregidores estaban a las expensas de los prefectos, lo que disminuía los poderes locales frente a los intereses del rey.
La debilidad del gobierno napoleónico hizo que no se pudiera probar la eficacia del nuevo sistema, pero sirvió de ejemplo para los nuevos planteamientos legislativos que se estaban fraguando en el bando nacionalista y con el que se pretendía dar una nueva forma de hacer política que pudiese mantener la cohesión del imperio.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura
Federico Flores Pérez
Bibliografía: Rafael Estrada Michel, Monarquía y Nación, entre Cádiz y Nueva España
Imagen: S/D, Abdicaciones de Bayona, Grabado Siglo XIX
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