Antonio Velasco, inclasificable
Renacimiento mexicano
Foto: Facebook Antonio Velasco Piña
La interpretación histórica de Velasco Piña es indispensable para estos tiempos.
Tras el fallecimiento de Antonio Velasco Piña se han suscitado múltiples foros, conversatorios, notas, columnas, escritos, recordando su vida y obra, en ellos se ha podido dejar en evidencia toda la escuela de pensamiento que dejó y que hoy más que nunca sus enseñanzas se hacen necesarias para la sociedad de hoy. De hecho el encabezado de la nota del periódico Excelsior lo describió como un autor inclasificable, y es cierto, Don Antonio no era ni de izquierda o de derecha, de un credo u otro, sino que logró auténticamente crear una corriente histórico-filosófica por encima de los dogmas ideológicos y religiosos.
Para estos momentos que atravesamos como humanidad bien nos viene retomar su visión en la interpretación de la historia centrada en los siguientes tres componentes:
1. El error que priva del estudio histórico con una visión eurocéntrica de “la historia universal” que se divide en “la edad antigua, edad media, edad moderna y época contemporánea”; sin embargo, la caída de Tula, la invasión de China por Gengis Kan o la creación del imperio Inca ¿pueden clasificarse como acontecimientos medievales por el hecho de haber ocurrido en los mismos años en que prevalecía el feudalismo en Europa?, por supuesto que no, la historia de los seres humanos se desarrolla estrechamente vinculada con las del planeta, tal como la cosmovisión planteada por culturas mayas, tibetanas o hindúes.
2. Otro obstáculo que se interpone a la comprensión del verdadero sentido de la marcha de la historia es la generalizada opinión de considerar que esta transcurre siempre de forma lineal, esto es que existe una continua evolución y todo debe calificarse como un permanente asenso y progreso. Tanto el comunismo como el capitalismo se basan en este principio, además de que sus postulados están determinados por la economía y los sistemas de producción. Nada más falso que ello, las antiguas cosmovisiones de muy diferentes culturas en sus etapas más sobresalientes coincidían en estimar que el desarrollo de la humanidad se da conforme a ciclos orgánicos y estos a su vez constituyen una espiral, no se niega la evolución y el progreso, pero se considera que contemplar sólo estos es mirar nada más una cara de la moneda, así como existe la evolución hay también involución y decadencia, los ciclos a su vez no son cerrados sino una espiral en asenso del genero humano hacia planos superiores de conciencia y una mayor espiritualidad.
3. El tercer error que nos plantea es la visión misógina que soslaya todo cuanto la mujer participa en el desarrollo de la historia y en la que afortunadamente ha adquirido mayor relevancia en la actualidad, sin embargo, el rol protagónico de la mujer debe comprenderse a cabalidad y hoy aún se tiene el gran pendiente de recuperar lo sagrado femenino en todas sus dimensiones, desde la sexualidad, hasta la posibilidad de que oficien misa, sean rabinas, papisas o salvadoras.
El simple hecho de acercarnos a la historia desde este lente nos permitirá hacer frente de manera más afable y estoica a los grandes retos que se presentan en este nuevo ciclo histórico del mundo.
Siendo así, es menester interiorizar las enseñanzas de Don Antonio, no por ser más cultos, sino para estar preparados de cara a los tiempos que se avecinan y contribuir en esta búsqueda humana por reencontrarnos con nosotros mismos recuperando el sentido de la historia como una oportunidad para convertirnos en nuestra mejor versión maximizando nuestra existencia y ocupando el lugar histórico que nos corresponde y que hemos heredado de los antiguos mexicanos.
Colibri, @witzilin_vuela; El Siervo @CesarG_Madruga
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