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domingo, 31 de enero de 2021

"Cobramos lo justo y no hacemos de la certificación halal un negocio", Omar Weston

 

"Cobramos lo justo y no hacemos de la certificación halal un negocio", Omar Weston

*  "Nuestro concepto sobre la certificación es muy particular, ya que cobramos lo justo y no hacemos de ello un negocio. No existe musulmán en México que no sepa de nosotros. Ya hay cinco certificadoras en México, pero seguimos siendo los primeros y los que más certifican"Omar Weston, director y fundador del Centro Cultural Islámico de México

* "Creo que tenemos que hacer del Ijmag (consenso) una norma indeleble, tenemos que regresar a nuestras fuentes y desde ahí enfatizar con las circunstancias actuales, con la realidad industrial que vivimos, pues tenga  en cuenta que ahora la demanda exige sacrificar 18.000 pollos a la hora, cosa que no pasaba en aquellas épocas, es decir, tenemos que buscar un equilibrio entre un tiempo y otro… pero sin dejar de inspirarnos en nuestros clásicos, y todo eso tienen que hacerlo nuestros ulemas, y no lo están haciendo. Los ulemas de antaño eran científicos, eran empiristas, buscaban evidencias y las desarrollaban…"

* "Tengo entendido que a su llegada a México (Instituto Halal) pagaron una licitación y por ahí se metieron. El anterior gobierno les apoyaba y subsidiaba, pero alabado sea Allah, que a nadie deja sin provisiones… Sí que quiero mencionar que Junta Islámica y esta señora, Romero (directora general Instituto Halal),  han tomado una línea demasiado liberal, y ese es un grave  problema que tenemos los musulmanes en Occidente..."

* "A Romero la he visto en entrevistas y veo que  encarna la antítesis de lo que yo represento. Es muy ignorante del Islam,  incluso habla como si fuese una majestuosidad, no entiendo cómo ha podido alcanzar ese puesto"

 

Weston, en uno de sus paseos en bici
 Weston, en uno de sus paseos en bici

“Ser musulmán no significa pertenecer a algún grupo de individuos o a algún movimiento. Ser musulmán significa ser obediente a los mandamientos de Dios”, Centro Cultural Islámico de México

Mark Edward Weston Marigliani, nació en Inglaterra. Nieto de empresarios, su abuelo fundó Photo-Me International  https://photo-me.com/  Su padre se trasladó a Ciudad de México para expandir y establecer allí Foto-Mi Méxicana, así lo cuenta Mark, quien tomó voluntariamente el nombre de Omar cuando en 1989 se hizo musulmán.

Omar cuenta que el esfuerzo de su padre tuvo su recompensa, y la empresa fue a más. Era la década de los 70, y ya en los 90 el padre decidió vender la empresa, dedicándose desde entonces a la promoción y alquiler de viviendas para fines de semana. Omar cogió el testigo de su padre y se puso al frente del negocio. En su juventud estuvo entre los mejores en esquí acuático, retirándose muy joven de un deporte que le entusiasmaba.

Gregory Leigh, el hermano mayor de Omar, estudiaba en Florida, siendo en la Facultad donde conoció a personas que profesaban la religión cristiana. Ambos hermanos se iniciaron en la cristiandad en 1988, permaneciendo en dicha religión durante un corto periodo de tiempo. Gregory era inquieto, tenía el hábito de la lectura y buscaba respuestas; Omar, en cambio, estaba volcado,  en su deporte favorito, el esquí acuático. Cuando Gregory se hizo musulmán, empezó a explicarle a su hermano las virtudes del Islam, decidiendo ambos hermanos hacerse musulmanes.

Aquella decisión trajo consigo incomprensión y malentendidos con sus padres. La relación “empezó a hacerse difícil”, cuenta Omar.  “Me tuve que ir a vivir a un pequeño apartamento e iniciar mi propia vida”.  Desde entonces se puso a estudiar y se matriculó en Psicología en la Universidad de las Américas. Su abuelo aún vivía y se encargó de facilitarle los medios necesarios.  Con todo eso, Omar se dedicó de lleno al Islam, viajando a Inglaterra y a EEUU para aprender, “estudiaba más Islam que psicología, pero la carrera la terminé con una puntuación de 9,4”, recalca.

OMAR EN SU JUVENTUD ok ok“En aquellos años no había nada de Islam en la Ciudad de México”, “Lo poco que había era de una comunidad diplomática que se reunía en un lugar cercano a las embajadas, un sitio que prestaba la Embajada de Egipto, pero no era una mezquita, más bien un salón en el que las personas se sentaban y esperaban que llegara Mohamed Rumi (hoy director del Centro Islámico de Chile), para oír su jutba”, relata Omar.

Aquella precariedad frustraba a Omar, que ansiaba  instalaciones más adecuadas. En aquellos días a Omar le llegó la oportunidad que esperaba: viajar a Medina para estudiar Islam. No se lo pensó dos veces. En Medina permaneció dos años. Y ya cuando volvió fue cuando decidió construir un centro islámico en la Ciudad de México, el primero en todo el país. Era el año 1994.

“Me encanta estudiar el Islam, me apasiona leer a los clásicos del Islam…Conozco mi religión. No soy un musulmán converso que anda molesto con el sistema, tampoco soy un liberal que lo aprueba todo, me siento conservador, pues entiendo que un musulmán tiene que serlo, siempre que conozca los fundamentos de su fe. Mis posturas son firmes y son el resultado de muchos años de reflexión”.

Este es Omar Mark Edward Weston, 52 años, director y fundador del Centro Islámico más grande de México, con una mezquita con más de tres mil metros de áreas verdes y un hotel halal.

P.- Aparte de la actividad cultural, el Centro que  dirige también certifica halal, siendo pionero en México en esta dinámica, ¿Qué rol juega su entidad en la sociedad mejicana?

R.- Organizamos seminarios y eventos importantes nacionales e internacionales. A nuestro centro llegan musulmanes de toda la República a instruirse en el Islam, Les damos alojamiento para que dediquen tiempo a estudiar. Tenemos presencia en varios Estados de la República.   En cuanto al halal,  iniciamos nuestra actividad en 1994 muchas empresas contactaban con nosotros porque necesitaban un certificado halal para comercializar sus productos entre la comunidad musulmana, la cual crecía rápidamente. La primera empresa que certificamos halal era la que suministraba la carne para McDonald's​, y le otorgamos el certificado de forma gratuita, pensando en que lo necesitaban y nada más. Certifícamos por amor a la causa, nunca nos planteamos el halal como negocio. Me invitaron a sus instalaciones en Chicago, y gracias a esa experiencia pude comprender muchas cosas. Desde ese momento nuestra certificación fue creciendo de forma gradual, y tenemos clientes con más de 25 años de antigüedad. Nuestro concepto sobre la certificación es muy particular, ya que cobramos lo justo y no hacemos de ello un negocio. No existe musulmán en México que no sepa de nosotros. Ya hay cinco certificadoras en México, pero seguimos siendo la primera y la que más certifica, a pesar de que el Gobierno de Peña Nieto se metió mucho en el halal.

P.- Antes de iniciar esta entrevista usted comentaba que los desajustes existentes en el halal a nivel mundial se deben en gran medida a las distintas autoridades halal que no convergen en una única dirección, así como que la participación de los ulemas es cada vez menor, llegando a definir la situación como “época oscura”, ¿Puede ser más explícito?

R.- He conocido a muchas certificadoras halal. En EEUU, Brasil, Argentina y de otros muchos países. Antes el halal era como una recomendación. Pongo el ejemplo de Malasia, un país precursor en configurar reglamentos, cuando pone en marcha el ente gubernamental Jakim, para desarrollar el concepto halal, pues entendían que desarrollándolo de forma adecuada podría beneficiar a los musulmanes. La idea en sí era buena. El problema empieza a surgir cuando el mercado crece y muchos países, más de 50, se involucran en el concepto halal de forma decidida para proceder a su regulación, y no solo los países, también un gran número de entidades privadas que empezaron a acogerse al halal, y lo que era un puñado de certificadoras, hoy hay más de 300 repartidas por todo el mundo. Todo eso ha dado pie a que existan diferentes autoridades del halal, también hay ONGs, ministerios, etc.

Antes en Arabia Saudí era la Rábita, y ahora está el Ministerio de Calidad e Inocuidad, y ahí andan con sus disensiones, pero a lo que voy es que las verdaderas autoridades del halal tienen que ser los ulemas, y lamentablemente estas personas no han sido consideradas como merecen en ningún aspecto. Ahora el halal va hacia la estandarización, y las agencias de acreditación están tomando un rol que está haciendo del halal algo secular, y nuestros ulemas andan atrapadas en este sistema. El problema del halal no son las pequeñas certificadoras, sino las grandes agencias de acreditación, pues están desprovistas de la participación de los ulemas.

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P.- La llegada del Instituto Halal a México, allá por 2016, estuvo marcada por la polémica, ya que desde un primer momento algunas autoridades mostraron públicamente su apoyo a la entidad española, en especial el Ministerio de Agricultura, todo ello a través de alguno de sus departamentos como SAGARPA, que más tarde se llamaría  SADER,  ¿Hubo trato de favor hacia el Instituto Halal?  

R.- En un viaje a Libia conocí a Mansur Escudero, fundador del Instituto Halal. Mantuvimos una conversación muy centrada en el pensamiento Murabitun, ya que en México teníamos un grupo cuyos miembros se fueron con los zapatistas para instruirles en la religión, una larga historia esa. Estoy de acuerdo con algunas cosas de Ian Dallas (fundador del movimiento Murabitun), pero también estoy en desacuerdo con muchas otras. Volviendo a Mansur, tuvimos largas conversaciones. También conocí en un congreso a su hijo Hanif.  Tengo entendido que a su llegada a México pagaron una licitación y por ahí se metieron. El anterior gobierno les apoyaba y subsidiaba, pero alabado sea Allah, que a nadie deja sin provisiones…

Sí que es verdad que cuando llegaron a México causaron algo de revuelo, pero yo estaba a distancia de todo eso y no me involucraba. Pero sí que quiero mencionar que Junta Islámica y esta señora, Romero, han tomado una línea demasiado liberal, y ese es un grave problema que tenemos los musulmanes en Occidente, pues a partir del 11-S muchos políticos se aprovecharon de la situación y han fomentado figuras liberales musulmanas, sobre todo figuras femeninas, para constituir un frente y encajarlo en un modelo secular liberal, siendo los liberales los que hacen todo esto.  Creo que la comunidad musulmana de España debe tener cuidado con la asimilación que se pretende desde Occidente, y para eso es bueno que estudien los orígenes de estos 250 años de secularización, que estudien a fondo la Ilustración,  a  Voltaire, a Montesquieu, Thomas Pain, Jefferson, la ética de  Hegel, los grandes de la  escuela Inglesa… tal vez eso les ayude a comprender muchas cosas, pero todo eso tienen que hacerlo en contraposición con el pensamiento islámico, ya que el Islam tiene mucho que ofrecer y es mejor. La forma de vida islámica es mucho mejor. Pero si esto no se hace así, y los musulmanes empiezan a predicar que lo que ofrece Occidente y su idea liberal es mejor… y ahí empiezan a atacar los fundamentos de su propia fe, muchas veces sin darse cuenta de que se dañan a sí mismos.

P.- Han bastado unas simples pesquisas de un periódico para que el estándar de Malasia saltara por los aires, un modelo que era tomado como referente por muchos países, ¿No cree que hay demasiados estándares? ¿Qué es hora de que los países árabes y musulmanes universalicen un único estándar halal?

R.- Su pregunta es muy interesante, y por eso digo que tenemos que regresar a los ulemas, pues los ulemas en el Islam… hay muchos libros sobre este tema. Creo que tenemos que hacer del Ishtahadat (consenso) una norma indeleble, tenemos que regresar a nuestras fuentes y desde ahí enfatizar con las circunstancias actuales, con la realidad industrial que vivimos, pues tenga usted en cuenta que ahora la demanda exige sacrificar 18.000 pollos a la hora, cosa que no pasaba en aquellas épocas, es decir, tenemos que buscar un equilibrio entre un tiempo y otro… pero sin dejar de inspirarnos en nuestros clásicos, y todo eso tienen que hacerlo nuestros ulemas, y no lo están haciendo. Tenemos un problema de estandarización de difícil solución.  Los ulemas de antaño eran científicos, eran empiristas, buscaban evidencias y las desarrollaban…

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